Card. Sako y Bartolomé I: el destino de Irak y los cristianos

El encuentro, de características “cordiales”, se realizó ayer en el Fanar. Para el primado caldeo el país mejoró respecto al pasado, pero se necesita tomar distancias “fuertes” del odio y la violencia. El patriarca ecuménico reivindica la amistad con el Papa Francisco y subraya las dificultades entre las Iglesias. La esperanza de una Pascua unificada entre católicos y ortodoxos en Oriente Medio.

 


Estambul (AsiaNews) - La situación de los cristianos, la realidad de Irak que está cumpliendo un difícil recorrido de renacimiento después de decenios de guerras y de violencias yihadistas, además del propósito (todavía se está estudiando) de unificación de las celebraciones de la Pascua. Son estos lo temas entre el patriarca ecuménico Bartolomé I y el patriarca caldeo, el Card. Louis Raphael Sako, que en estos días está en Turquía para la ceremonia de la toma de posesión del nuevo obispo caldeo de Diyarbakır Mons. Ramzi Garmou.

El cara a cara, de tonos cordiales como se lee en una nota enviada a AsiaNews, se realizó ayer en el Fanar, en la sede del patriarcado ortodoxo ecuménico en Estambul. En su discurso, el primado caldeo subrayó que- en general- la seguridad en Irak está mejor respecto al pasado.

Hay “tomas de distancia más fuertes”, agregó, respecto a los discursos “de odio y de violencia”. Luego él agregó que es fundamental “releer el pensamiento religioso” y presentarlo “en clave moderna, moderada” porque “el fundamentalista no tiene futuro”.

Bartolomé I manifestó su orgullo por la amistad instaurada con el Papa Francisco, que ya se encontró una decena de veces en estos últimos años de pontificado. Sobre la cuestión de la unidad entre las dos Iglesias, el patriarca subrayó que hay diversas Iglesias de rito oriental y persisten elementos que hay que allanar en particular sobre la unificación del tiempo cuando se celebra la Pascua. Uno de los obstáculos, agregó, consiste en el hecho que “algunas Iglesias ortodoxas se oponen” y no quieren crear ulteriores fracturas o divisiones.

Cerrando el encuentro, el patriarca caldeo insistió decididamente sobre la “urgente necesidad” de unificar al menos las celebraciones “para las Iglesias católicas y ortodoxas en Oriente Medio”, dando un renovado impulso “a su presencias unitaria en la región”. Al final, el purpurado expresó la esperanza para la institución de un comité conjunto católico-ortodoxo “sobre ecumenismo y los desafíos que enfrentan los cristianos en la región”.