Nacido en Milán, participó en las Cinco Jornadas. Misionero en Oceanía, a su vuelta fundó la congregación de las Hermanas de la reparación
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- Procede la causa de beatificación del p. Carlos Salerio, del PIME. El Papa Francisco de hecho autorizó a la Congregación para las causas de los santos a emanar el decreto que reconoce sus virtudes heroicas.
Nacido en Milán el 22 de marzo de 1827, en 1839 entró en el seminario de la arquidiócesis de Milán y de allí habiendo concluido los estudios clásicos, pasó a frecuentar filosofía en el de Monza, Era todavía seminarista en 1848, cuando sucediron las Cinco Jornadas de Milán. Carlos estuvo entre aquellos que inmediatamente proporcionaron ayuda caritativa curando a los heridos y hospedando a los evacuados, luego ayudó a los compañeros a levantar una barricada y juntos a algunos participó al asedio de Mantua en calidad de abanderado del “Batallón de los estudiantes”, compuesto también por seminaristas de Lodi, Bérgamo, Como y Cremona.
Ordenado sacerdote en 1850, fue admitido el el naciente Seminario lombardo para las Misiones Extranjeras, germen del futuro PIME y partió para Oceanía. Obligado a volver a su patria a causa de enfermedades que lo habían afectado, reconoció que tenía una misión: formar un grupo de jóvenes, guiado por Carolina Orsenigo, a la caridad hacia los más pobres y abandonados, en particular hacia las mujeres y las jóvenes, para reparar el mal cometido por los hombres. Entonces surgieron las Pías señoras reparadoras, luego denominadas Hermanas de la reparación.
El p. Carlos murió en Milán, en la sede del Seminario lombardo para las misiones, el 29 de septiembre de 1870.
Además del decreto referido al p. Carlos Salerio, el Papa autorizó la publicación también de aquellos que se refieren:
al milagro atribuido a la intercesión de la beata Giuseppina Vannini (en el siglo: Giuditta SDelaide Agata), fundadora de las Hijas de S. Camilo; nacida en Roma (Italia) el 7 de julio de 1859 y allí falleció el 23 de febrero de 1911;
al milagro, atribuido, atribuido de la beata Dulce Lopes Pontes (en el siglo: María Rita), de la Congregación de las Hermanas Misioneras de la Inmaculada Concepción de la Madre de Dios; nacida en San Salvador de Bahía (Brasil) el 22 de mayo de 1914 y allí fallecida el 22 de mayo de 1922,
a las virtudes heroicas del siervo de Dios, Juan Bautista Pinardi, obispo titular de Eudossiade y obispo auxiliar de Turín; nacido en Castagnole (Italia) el 15 de agosto de 1880 y muerto en Turín (Italia) el 2 de agosto de 1962;
a las virtudes heroicas del siervo de Dios Domingo Lázaro Castro, sacerdote profeso de la Sociedad de María; nacido en San Adrián de Juarros (España) el 10 de mayo de 1877 y muerto en Madrid (España) el 22 de febrero de 1935;
a las virtudes heroicas del siervo de Dios Salvatore da Casca (en el siglo: Erminio Pinzetta), religioso profeso de los Frailes Menores Capuchino; nacido en Casca (Brasil) el 27 de julio de 1911 y muerto en Flores da Cunha (Brasil) el 31 mayo de 1972;
a las virtudes heroicas de la sierva de Dios María Eufrasia Iaconis (en el siglo: María Giuseppina Amalia Sofía), fundadora de las hijas de la Inmaculada Concepción, nacida en Casino de Calabria, hoy Castelsilano (Italia) el 18 de noviembre de 1867 y muerta en Buenos Aires (Argentina) el 2 de agosto de 1916.