Masacre de Daca, misionero del PIME: Trabajamos para el diálogo entre los jóvenes

El ataque al Holy Artisan Bakery Cafè, sucedido hace 3 años que provocó 22 muertos, entre los cuales 9 italianos. El representante de la Farnesina (Ministerio de Exteriores) pide se realicen “investigaciones más rápidas para llegar a la verdad”. Neutralizada la célula terrorista autora de la masacre. “Shalom”: un grupo cristiano que trabaja para hacer conocer a jóvenes de credos diversos. 

 


Daca (AsiaNews) – Tres años después de la masacre terrorista de Daca “se puede afirmar con certeza que la célula islámica que realizó tal masacre no existe más, pero el punto central sigue siendo la educación en las escuelas”. Lo afirma a AsiaNews, el p. Francesco Rapacioli, misionero del PIME (Pontificio Instituto Misiones Extranjeras) en Bangladés.

Hoy en el país se recuerdan a las víctimas del atentado del 1° de julio de 2016, que le costó la vida a 20 civiles, de los cuales 9 eran italianos y dos policías. Por un lado el aniversario ofreció al gobierno de Daca la ocasión para reafirmar la derrota de la amenaza terrorista, gracias a la eliminación física de los militantes en enfrentamientos de “cross-fire” (fuego cruzado), criticados por las Ong de todo el mundo. Por la otra, agrega el sacerdote, nos lleva a “interrogarnos sobre cuál sea el rol de las escuelas en todo esto y qué podemos hacer para estimular la convivencia entre los jóvenes y la fraternidad humana”. 

La tarde de la masacre, 5 terroristas del grupo fundamentalista Jama’atul Mujahideen Bangladesh (JMB) irrumpieron en el restaurante frecuentado por extranjeros y dividieron a los clientes en dos grupos. Aquellos que conocía de memoria los versículos del Corán, fueron dejados libres; los otros, masacrados. Sobre la matanza investiga el Tribunal especial para el anti-terrorismo de Daca. Después de 3 años, la investigación llevó a la incriminación de 21 miembros del JMB, entre los terroristas, planificadores y proveedores de armas. Sobre un total de 211 personas que deben ser escuchadas como testigos, por ahora la policía sólo interrogó a 60.

Para recordar a las víctimas hoy fueron organizadas 2 ceremonias: la primera en el Holey Artisan Bakery Cafè, en el acomodado barrio de Gulshan, lugar de la masacre; la segunda en la Embajada italiana. En esta ceremonia estaba presente el misionero italiano, que narra: “Fue una celebración breve pero intensa, al final de la cual se descubrió una lápida conmemorativa en la cual están grabados los nombres de nuestros connacionales” (foto 2).

En representación de la Farnesina, estaba presente Luigi Vignali, director general para los italianos en el extranjero, que “pidió tiempos más rápidos para llegar a la verdad y hacer justicia a las víctimas y a sus familias”. En representación del gobierno de Daca, continúa el p. Rapacioli, “estuvo un representante de Hasina, que subrayó la importancia de las relaciones entre Italia y Bangladés, en términos de remesas de los ciudadanos  de Bangladés, además también como factor de crecimiento de la economía italiana. Él también reafirmó la política de tolerancia cero en relación con los radicales”.

Después de la masacre, Bangladés descubrió la presencia de un fundamentalismo islámico latente y radicado sobre todo en las madrasas (escuelas coránicas) financiadas desde el extranjero. El extremismo se propagaba a través de internet y por decenas de docentes radicales que trabajaban sobre las frágiles mentes de los jóvenes. El p. Rapacioli sostiene que también los estudiantes de las escuelas católicas “educados en la capacidad crítica y al razonamiento, son interceptados por los terroristas y sufren el lavado de cerebro. En aquel caso prevalece el sentido de umma (comunidad), con la defensa del islam a toda costa”. Por esto, continúa; “si queremos evitar que se creen los presupuestos para la radicalización, debemos monitorear en manera sistemática la enseñanza en las escuelas islámicas y formar a la humanidad también en las escuelas liberales laicas y católicas”.

El sacerdote es el ideador y creador de un movimiento carismático que alienta el diálogo y la convivencia entre los jóvenes de religiones diversas: “Se llama Shalom” y nació en el año 2005 como obra mía, de un monje de Taizè y un reverendo de la Church of Bangladesh (presbiterianos y anglicanos). Con el grupo creamos ocasiones de conocimiento recíproco, diálogo y reflexión”. La próxima cita es para el 21 de septiembre en la Notre Dame University: “hemos organizado un evento junto a la Comisión episcopal para el diálogo interreligioso. Se encontrarán 60 jóvenes cristianos y 60 musulmanes. El tema es el documento sobre la Fraternidad humana firmado en Abu Dhabi por el Papa Francisco y el Gran imán de Al-Azhar, Ahmad Muhammad Al-Tayyib. Discutiremos junto a 22 teólogos (12 del seminario católico de Bonani y 10 protestantes), dos directores de escuelas protestantes, consagrados, presbíteros y ministros protestantes”. 

“Es un encuentro simbólico- dice en conclusión - que se refiere a aquel que sucedió hace 800 años atrás entre S. Francisco de Asís y el Sultán (de Egipto Malik al Kamil). Queremos invertir sobre los jóvenes de diversas confesiones a través del diálogo positivo. Es un gesto simbólico, pero que puede construir una mentalidad diversa y permite encontrarse entre cristianos y musulmanes: no fingiendo que somos todos iguales, sino preguntándonos si sea posible- y en qué términos- una convivencia, a partir de nuestras pertenencias”.