Putin y Francisco: defensa de los valores cristianos
de Vladimir Rozanskij

Esta tercera visita de Putin al papa Francisco, después de las del 2013 y de 2015, fue particularmente cordial y “distendida”, sin excesivas presiones debidas a contingencias internacionales y sin demostrar particulares gestos extraordinarios en las relaciones ruso-vaticano. Fue más que nada una “etapa de confirmación” de una sintonía de más vasta escala.

 


Moscú (AsiaNews)- Volviendo a Rusia después de su visita-relámpago a Roma del 4 de julio, el presidente Putin narró a los periodistas que las posiciones de Rusia y del Vaticano coinciden en la defensa de los valores tradicionales y en el desarrollo del diálogo interreligioso y entre las civilizaciones”. “Hemos hablado también de los problemas de la defensa de la población cristiana de Oriente Medio y de las ayudas humanitarias en Siria”, dijo Putin.

Se tocaron diversos aspectos de las relaciones bilaterales entre la Federación Rusa y la Santa Sede: “Nos pusimos de acuerdo sobre el prestar particular atención a la colaboración en la esfera de la cultura, de la formación y de la asistencia sanitaria”, agregó el líder ruso. En el curso de la visita fue firmado un memorándum de entendimiento sobre acciones comunes en campo sanitario, reforzando la dimensión internacional de hospital “Niño Jesús” OPBG de Roma, como lo afirma también el comunicado difundido por la Sala de Prensa vaticana. El acuerdo fue firmado por el ministro de Salud ruso, Veronika Skortsova, y por Mons. Paolo Borgia, Asesor para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado vaticana, estableciendo un programa de colaboración

Sono stati considerati diversi aspetti delle relazioni bilaterali tra la Federazione Russa e la Santa Sede: “Ci siamo messi d’accordo sul prestare particolare atten entre el hospital “Niño Jesús” y las estructuras sanitarias de la Federación Rusa.

Siempre, según el informe de Putin a los periodistas, con el Papa Francisco fueron tocados las cuestiones más urgentes de política internacional, sobre todo la situación en Siria, en Ucrania y en Venezuela, junto a los temas relacionados con la ecología y “algunas cuestiones significativas para la vida de la Iglesia católica en Rusia”. También en último encuentro oficial en Rusia de 2017 con el Secretario de Estado, el Card. Pietro Parolin, se habló del status jurídico de los misioneros católicos en Rusia.

Putin aseguró que el encuentro fue “caluroso” y agradeció al Pontífice “por el tiempo que me dedicó y por la interesante y constructiva conversación, un coloquio lleno de bondad”. El Papa expresó a Putin su “sincera y desmedida satisfacción”, como fue comunicado también por el Vaticano.

Al final del encuentro hubo un saludo a la delegación rusa y el intercambios de dones. El Pontífice ilustró al jefe de Estado ruso una medalla que conmemora los 100 años de la finalización de la Primer guerra mundial, regalándole también la de su sexto año de pontificado.

También le consignó una copia del Mensaje para la Jornada mundial por la paz del 1° de enero pasado, autografiado hoy por Putin, las exhortaciones apostólicas Gaudete et Exultate sobre la llamada a la santidad en el mundo contemporáneo y Christus Vivit a los jóvenes y a todo el pueblo de Dios, además de un ejemplar del Documento de Abu Dhabi sobre la fraternidad humana para la paz mundial y la convivencia común y al final un aguafuerte que representa la Basílica Vaticana y la Plaza de S. Pedro, casi como para renovar el deseo de “volver” otra vea a Roma para el Presidente. El Presidente Putin le regagaló un ícono de los Santo Pedro y Pablo, un libro fotográfico y la copia del film “El pecado” del cineasta ruso Andrej Konchalovskij.

Esta tercera visita de Putin al Papa Francisco, después de las del 2013 y del 2015, en concreto fue particularmente cordial y “distendida”, sin excesivas presiones debidas a las contingencias internacionales y sin mostrar particulares gestos extraordinarios en las relaciones ruso-vaticanas. Fue más que nada una “etapa de confirmación” de una sintonía de vasta escala, que llevará según los protagonistas en influir sobre una concepción más “dialogante y multipolar” de las relaciones internacionales y ecuménicas.