Molestada pero condenada por difamación: docente pide la gracia a Widodo
de Mathias Hariyadi

Baiq Nuril Maknun de 38 años se convirtió en un ícono del movimiento #MeToo en el país. La próxima semana, será llamada a descontar una pena de 6 meses de cárcel y pagar una multa de 500 millones de rupias indonesias. La Corte suprema la encontró culpable de haber grabado y difundido las insinuaciones completamente sexuales por parte del director de su escuela.

 


Yakarta (AsiaNews)- Condenada a la cárcel por haber grabado una conversación con su presunto molestador, un docente de Mataran-la más grande ciudad de la isla de Lombok y capital de la provincia de Nusa Tenggara Occidental (NNT)- pide la gracia al presidente indonesio,  Joko “Jokowi” Widodo. En los últimos días, la atención de la opinión pública indonesia está concentrada sobre el caso judicial de Baiq Nuril Maknun, de 38 años (Foto). que se convirtió en ícono del movimiento #MeToo en el país.

La próxima semana, Maknun será llamada a descontar una pena de 6 meses de cárcel y pagar una multa de 500 millones de rupias indonesias (cerca de 31.500 euros). El perdón del más alto cargo del Estado representa la última esperanza, desde el momento que la mujer agotó toda posibilidad de apelación. La cuestión cataliza los miedos de muchas mujeres indonesias. Ellas temen que su lucha contra las molestias sexuales, aún si llevadas al tribunal, podrían hacerla callar por una causa de difamación.

Los hechos datan del año 2012, cuando Maknun era empleada en la escuela superior SMAN 7 di Mataram. La docente recibe un llamada telefónica del director, musulmán e identificado sólo por las iniciales del nombre, M. En los primeros minutos, la conversación versaba sobre temas laborales; pero la segunda parte, el dirigente comienza a narrar sobre una cita íntima con otra mujer. Maknun considera ser víctima de una molestia y decide grabar la charla. Mientras tanto, los colegas la acusan de haber tenido relaciones sentimentales con el dirigente escolar. Para desmentir las habladurías, Maknun decide hacer escuchar la grabación para que se enteraran.

En 2015, la grabación comienza a circular en la pequeña comunidad de Mataran. El director va a la estación de policía y hace una denuncia por difamación contra Maknun: la mujer es acusada de haber grabado y divulgado la llamada telefónica, en violación de la controvertida Ley sobre la información, transmitir o hacer disponible a otras personas informaciones electrónicas que contengan insultos o difamaciones. Quien hizo pública la registración no fue Maknun, sino la ex colega Iman.

El tribunal del distrito de Mataran dice que la imputada no es culpable de difamación en julio de 2017. El fiscal presenta un recurso contra el veredicto en la Corte regional, que cambia la sentencia. La Mahkamah Agung (MA) – la Corte suprema indonesia- emite la condena definitiva condena en septiembre de 2018. El último capítulo de la cuestión judicial se cerró el pasado 5 de julio, cuando los jueces Margono, Desniyati y Suhadi rechazaron su pedido de revisar el proceso.

La conducta de la MA provocó duras críticas del Institute for Criminal Justice Reform (ICJR), instituto de investigación con sede en Yakarta que desde 2007 promueve reformas judiciales y democráticas. La organización afirma que el colegio que la juzgó no trato a la mujer en acuerdo con su status de “víctima” de molestias sexuales. Los activistas critican también a la Corte regional, acusándola de no haber tomado en consideración el hecho que quien difundió la grabación no fue la imputada. Expresa desacuerdo también con la Komisi Nasional Anti Kekerasan terhadap Perempuan (Komnas Perempuan), la Comisión nacional contra las violencias contra las mujeres-organismo estatal independiente, fundado por decreto presidencial en 1998. Sri Nurherwati, una de las comisarias, subraya que el veredicto del MA es injusto, en cuanto sus bases legales no son relevantes.

Maknun pide la intervención del Ministerio de los Asuntos legales y de los derechos humanos y afirma: “En cuanto ciudadana indonesia, ahora puedo poner mis esperanzas sólo en el ‘Padre de la nación’, el presidente Widodo”.