India, médico católico: cualquiera sea la forma de maternidad subrogada, es un delito moral
de Nirmala Carvalho

La norma, que permite que las parejas indias casadas puedan procrear a través de una madre subrogada, fue aprobada en la Cámara Baja del Parlamento. Gracias a los bajos costos de las técnicas de inseminación artificial, el país se ha convertido en la capital mundial del alquiler de vientres.

 


Bombay (AsiaNews) – Todas las formas de maternidad subrogada  “son un delito moral”. En diálogo con AsiaNews, es lo que afirma el Dr.  Pascoal Carvalho, médico de Bombay y miembro de la Academia Pontificia para la Vida. De esta manera, rechaza la ley presentada en el Parlamento hace dos días. La normativa permite la fecundación in vitro y la donación del útero de una madre subrogada por meros motivos “altruistas”, es decir, no-comerciales. 

La Surrogacy (Regulation) Bill 2019 fue presentada en la Lok Sabha [la Cámara Baja del Parlamento indio, ndr] el 15 de julio pasado. Se trata de una versión aggiornada de la norma aprobada en diciembre del 2018 por esa misma Cámara, que quedó varada en el Parlamento por una falta de consenso. La ley plantea una serie de límites al llamado “alquiler de vientres”, una práctica en la que la India ha devenido capital mundial. 

Yendo al detalle de la ley, ésta prevé que solo las parejas indias que lleven al menos cinco años de matrimonio podrán recurrir a fecundación asistida; la madre “en alquiler” no podrá recibir compensación alguna, debe ser pariente de la pareja y ofrecer su vientre de manera altruista; las personas solteras, extranjeras y homosexuales quedan excluidas de la posibilidad de recurrir a la subrogación de la maternidad. 

Una de las novedades de la ley es la prohibición de abandonar al hijo por parte de las parejas que solicitan la fecundación artificial; la gestante que curse el embarazo deberá estar casada, ya tener un hijo propio, y debe tener entre 25 y 35 años de edad; el hombre de la pareja solicitante debe tener entre 26 y 55 años, y su esposa, entre 23 y 50. 

En la India, la mercantilización del cuerpo femenino ha creado un mercado floreciente, que se ha visto favorecido por los módicos costos de los embarazos (que van de 18.000 a 30.000 dólares, un tercio del precio en los EEUU), si se los compara con los de los países occidentales. A raíz de esto, el país se ha convertido en una meta privilegiada para el turismo médico, en particular, para los tratamientos in vitro o la maternidad subrogada.  

El Dr. Carvalho explica que “la subrogación altruista es un acuerdo de maternidad subrogada en el cual la mujer lleva adelante el embarazo como un acto de generosidad y no recibe compensaciones económicas, salvo en lo referente a los gastos médicos necesarios. Como en cualquier contrato de subrogación, la mujer lleva en el vientre a un niño fecundado in vitro a través de una inseminación artificial, y luego dona el bebé a los padres designados”. Según el médico, “es importante comprender que tanto la maternidad subrogada altruista como aquella comercial requieren del uso de la inseminación en una probeta; por tanto, todas las formas de subrogación constituyen un delito moral”.  

Si bien la mujer ofrece su útero de forma gratuita, “es un trágico abuso del proceso reproductivo natural”. La práctica del alquiler de vientres, agrega, “es el mayor desafío ético lanzado al Magisterio de la Iglesia por parte de la cultura sesgada de la sociedad moderna”. Según el médico indio, “entre las mayores amenazas a la familia y a la vida, se cuentan: el ilimitado poder de la ciencia, la investigación tecnológica y el avance [científico] carente del respeto por la vida; el aborto, el divorcio y las técnicas de reproducción asistida; la clonación, la investigación sobre las células madre, la subrogación de la maternidad, la eutanasia y todas las cuestiones éticas y biomédicas”. Por último, concluye diciendo: “Frente a estos enormes desafíos éticos, la Iglesia católica de la India es un poder defensor de la cultura de la vida”.