Obispo indio: Necesitamos paz y humanidad en la Iglesia siro-malabar

Mons. Thomas Menamparampil procura dar un mensaje de paz en el caso que tiene como involucrado al Card. George Alencherry. Los sacerdotes de la diócesis de Ernakulam-Angamaly lanzan una huelga de hambre, pero luego dan marcha atrás. Arzobispo emérito de Guwahati: “No sirve tener “vencedores y vencidos”. 

 


Guwahati (AsiaNews) – Fuerte reclamo a favor de la paz y la humanidad, para que se resuelva de una manera constructiva la disputa que está sacudiendo a la Iglesia siro-malabar en la India: es el mensaje de Mons. Thomas Menamparampil, arzobispo emérito de Guwahati, en Assam. En diálogo con AsiaNews, él toma la palabra para referirse al caso en el que ha quedado involucrada la diócesis de Ernakulam-Angamaly, en Kerala, donde desde hace semanas, continúa la protesta del clero local contra el Card. George Alencherry.

“No veo otra manera -afirma- si no es tratar todo el caso de la manera más humana posible. En una disputa no debe hacer necesariamente ‘vencedores y vencidos’. Podemos alimentar un sincero respeto unos por otros aún teniendo opiniones profundamente distintas. Un enfoque legal jamás será de tanta ayuda como el humano”. 

Mons. Menamparampil pertenece al rito siro-malabar y vive en el noreste de la India. Hace 30 años que se ocupa de construir la paz en sus comunidades, marcada por el conflicto entre la guerrilla armada maoísta y las fuerzas del gobierno. “Una de las lecciones que aprendí trabajando por la paz en circunstancias de conflicto, es que debemos estar dispuestos a fracasar. Yo lo estoy, pero mientras tanto, rezo”. 

Él sostiene un enfoque conciliador en la resolución de las controversias. “No dañes tu parte si admites que hay algo justo del otro lado”. Según dice, cuando uno se equivoca, “es justo mostrar respeto hacia el adversario. Asumir posiciones inconciliables no aumenta la estatura de los interesados. En cambio, comprender la debilidad de las propias afirmaciones, eso sí puede ayudar”. 

En lo que respecta al caso de la Iglesia siro-malabar, subraya: “Por un lado, es importante analizar el pasado; por otra, es todavía más importante asegurar el futuro. Cuando las emociones se dejen a un lado, una mirada convencida y de cara al futuro nos volverá a reunir. Porque no hay duda que nos necesitamos unos a otros”. 

La cuestión de las acusaciones dirigidas contra el Card. Alencherry, arzobispo mayor de la Iglesia siro-malabar, está provocando una profunda fractura en la Iglesia india, de la cual forma parte, con más de 30 diócesis. Al arzobispo de Ernakulam-Angamaly se lo inculpa de una “irresponsable” operación inmobiliaria, la cual habría costado a la Iglesia una pérdida de 10 millones de dólares con respecto al precio de mercado. 

En abril de este año,  la policía de Kerala estableció que las cuentas bancarias que se habían presentado como prueba contra el Card. Alencherry en realidad habían sido “falsificadas”, razón por la cual quedó exonerado de toda acusación. Por su parte, la defensa del cardenal siempre sostuvo que las pruebas habían sido montadas con el objetivo de desacreditar la figura del prelado frente al Sínodo del rito eclesiástico, previo a su celebración, que fue en enero de este año. Con el correr de los meses, el caso fue tomando matices oscuros, involucrando a numerosos sacerdotes cercanos y hostiles al cardenal

En el pasado mes de junio, el Papa Francisco volvió a incorporar al cardenal en la guía de la diócesis, tras mantenerlo alejado un año,  e hizo cesar la administración apostólica interina de Mons. Jacob Manathodath. Desde entonces, la mayor parte de los sacerdotes ha comenzado a protestar contra su reincorporación y sobre todo, por la decisión de remover a dos obispos auxiliares. 

El último episodio del delicado caso data del 19 de julio. Ese día, un cura de la diócesis, el Pbro. Joseph Parekattil lanzó una nueva forma de protesta: ayuno a ultranza, si los pedidos del clero no son tomados en consideración por el Sínodo convocado para principios de agosto. Se unieron a él 200 de los 461 sacerdotes. Ayer, los manifestantes interrumpieron la huelga de hambre luego de que el Comité Permanente del Sínodo -del cual forma parte el mismo cardenal- decidiera acoger los pedidos: examinar la suerte del cardenal, retirar la suspensión de los obispos auxiliares, y las acusaciones de falsificación de documentos que pesa contra algunos sacerdotes. 

A la luz de todo lo que está ocurriendo en la diócesis de Kerala, Mons. Menamparampil también se ha hecho promotor de una iniciativa de los misioneros siro-malabares en el noreste de la India. En nombre de obispos y sacerdotes, él difundió un llamamiento “a todos los sectores de la Iglesia siro-malabar -jerarquías, clero, religioso y  simples fieles- pidiendo olvidar todas las diferencias, cualquiera sean éstas, y trabajar de manera sincera por la paz y la unidad entre los hijos de Santo Tomás [Apóstol, patrono del rito católico, ndr]” . “Todo lo que queremos -subraya el arzobispo emérito en el petitorio -es que la Iglesia nos alimente desde el punto de vista espiritual y nos dé la motivación misionera, no pierda en lo más mínimo su gloria ni deje escapar la oportunidad de seguir construyendo el futuro en común de la Iglesia universal”. (A.C.F.)