P. Rupak Lokhande, de Mumbai a la misión en Costa de Marfil
de Rupak Lokhande

Misionero PIME desde hace 15 años, partirá dentro de poco hacia el país de África occidental. Cómo creció su vocación, buscando “algo de grande” y viéndolo realizado en la misión dos sacerdotes italianos en Mumbai; el p. Antonio Grugni y el p. Carlos Torriani. El amor a África y la riqueza de la fe de la Iglesia en India.

 


Roma (AsiaNews)- Desde India, país multicultural y multireligioso, a la Costa de Marfil, país también este multicultural y multirreligioso: es el recorrido del p. Rupak Lokhande, de 44 años, indio de Mumbai, miembro del PIME desde hace 15 años. Dentro de 2 semanas partirá para el país de África occidental. En la narración de sus perspectivas misioneras y sobre la historia de su vocación, surge la gratitud por haber encontrado a dos misioneros italianos del PIME en India, el p. Antonio Grugni y el p. Carlos Torriani, que con su testimonio le hicieron comprender que “Dios va más allá de cada frontera, supera toda barrera, entrando en el corazón de la vida de las personas”. El camino del testimonio es aquella del ofrecimiento de la propia vida marcada por la fe en Cristo: amor, servicio, perdón. A continuación lo que nos narró.

Nací en 1975 en Ahmednagar, y criado en un pueblo de pescadores cerca de Mumbai (Maharashtra). Tengo 44 años. Fui ordenado hace 15 años, en 2004. Vengo de una parroquia más bien antigua y tradicional, dedicada a San Sebastián. Estudie en la escuela parroquial y luego fui a la universidad. 

Lo que decidió por mi vocación misionera en el PIME (Pontificio Instituto Misiones Extranjeras), contribuyeron dos hechos.

El primero es el testimonio de 2 misioneros del PIME en Mumbai, el Antonio Grugni y el p. Carlos Torriani. Estos son dos grandes personajes. El PIME tiene una parroquia de Irla (Mumbai) y el p. Grugni servía en esa parroquia, venía también a vernos para algunos encuentros con los jóvenes. Él me llevó a visitar una vez el Lok Seva Sangham, una asociación que trabaja para la prevención de la lepra y el cuidado de los leprosos. Yo fui como voluntario. El Lok Seva Sangham, había sido fundado por el p. Torriani. De este modo comencé a pensar en mi vocación.

Yo ya había pensado ser sacerdote. Pero aquella de ser misionero me surgió del mirar a los padres Antonio Grugni y al p. Carlos Torriani. Estos 2 padres me maravillaron porque eran extranjeros, pero hablaban mi lengua, venían a mi parroquia, eran personas de gran inteligencia. El p. Torriani había impostado su centro de leprosos inspirándose en la filosofía de Mahatma Gandhi. No era sólo una persona que obraba, sino que estaba profundamente dentro de mi cultura. Me han hecho comprender que Dios va más allá de toda barrera, poniéndose en el corazón de la vida de las personas.

Entonces pensé: si seré cura, quiero ser así: encontrar otras culturas, aprender otras lenguas, meterme en la vida de los otros...

Estaba impactado por su concreción. El p. Grugni, que era médico, había una relación muy especial con los jóvenes. Luego, gracias a él, encontré a las Hermanas de la Inmaculada, que tienen una comunidad en Versova (Mumbai). El p, Grugni me llevó a menudo a visitarlas.

El segundo elemento que influenció mi elección es que mi llamada llegó en el momento justo: era joven, en búsqueda de ideales grandes y me sucedió esta propuesta inteligente, importante, espiritual. En esta búsqueda de algo más grande había también había frecuentado una escuela militar por 3 años (el Indian Navy voluntary reserve), pero al final la misión venció.

Estudié en Filipinas y después de la ordenación trabajé en el seminario menor del PIME en Hyderabad. Luego, después de los estudios de psicología en Roma, fui enviado al seminario mayor del PIME en Pune. Y finalmente llegó el momento de ir a vivir la misión en otro país: el 17 de agosto partiré para Costa de Marfil. 

El trabajo que me espera es diverso del realizado hasta ahora: del mundo de los seminarios a la misión directa . Pero, por mucho tiempo esta posibilidad. Desde siempre había soñado poder ir a África, para hacer un trabajo pastoral. Durante mi formación, pasé también 2 años en Papúa Nueva Guinea. Ya entonces soñaba poder vivir la misión directa. Este ir significa Dios mismo que camina y que va más allá de las fronteras que nosotros hombres ponemos al mundo. Luego, ¿por qué África? De África me interesa la simplicidad de la vida, las bellezas naturales, la riqueza humana y sobre los recursos, también si el continente está marcado por calamidades naturales y humanas. Pero me impresiona la elasticidad de las personas africanas, su capacidad de superar y resistir a todo, construyendo todavía de nuevo.

África es un continente multicultural, con una población que vive de lo esencial, que se basa sobre todo sobre la vida rural. Deseo ser un cura cercano a este mundo, a los pueblos, a los jóvenes, a los viejos… Encontré a algunos sacerdotes de Costa de Marfil y de ellos percibí que aquella Iglesia es activa, vibrante. Mientras espero la partida, estoy leyendo libros sobre África y busco videos en Youtube. Cuando estaba en el seminario, mi rector era el p. Agustín Mundupalakal. Él había sido misionero en Camerún y nos hablaba siempre de la bella de África, de sus paisajes, de su gente.

En Costa de Marfil el PIME sobre todo realizó un trabajo pastoral y sobre todo en el mundo rural, pero también alguno trabajó con los estudiantes de la universidad.

¿Qué lleva a la Iglesia y a la sociedad de Costa de Marfil un católico indio? Nosotros en India estamos ya en un contexto multicultural y multireligioso. La Iglesia es una minoría, el 2,3% de la población. Pero ya desde los inicios, la Iglesia tuvo una gran influencia en la sociedad con compromiso en la cultura, en la salud, en la promoción humana. Fue una realidad que acompañó a la sociedad india. Madre Teresa es el rostro más conocido de la Iglesia india, cercana a aquellos que sufren y que son los más pobres. Aún siendo una cosa muy pequeña, la Iglesia siempre dio un gran testimonio. Y yo pienso que mi testimonio en Costa de Marfil será en esta línea: acoger la diversidad de las culturas, de las religiones, acompañando a las personas, expresando la novedad del Evangelio y la vida de la Iglesia. 

¿Qué puede ofrecer la fe en Jesucristo a la población de Costa de Marfil?

La fe en Jesucristo cambia a la persona y el modo de ver. Justamente en India, en mi contexto multirreligioso, es visible cuánto la fe cristiana cambia el modo de percibirse, el modo de mirar a los otros, comparando a las otras tradiciones religiosas. Amor, servicio, perdón, no como una estrategia, sino como calidad que constituyen nuestra persona y nuestra fe.

Luego tengo una certeza: a través de este camino, yo me convertiré en santo porque cuando más se obedece al carisma misionero de este instituto, el PIME, luego vendrá el crecimiento espiritual para mi vida.