India, las condolencias del Papa por las víctimas de las lluvias monzónicas
de Nirmala Carvalho

El saldo de víctimas por las inundaciones asciende a 184 y hay más de un millón de evacuados. Mons. Derek Fernandes logró llegar a Kadra, en Karnataka, donde las aguas se han retirado. La población ha perdido todo; la principal preocupación, la propagación de epidemias.


Nueva Delhi (AsiaNews) – Profunda tristeza, por la “trágica pérdida de vidas humanas a causa de los monzones de los últimos días” en la India, expresa el Papa Francisco en un telegrama que lleva la firma del Secretario de Estado, Card. Pietro Parolin, mostrando su cercanía y “sinceras condolencias a los familiares de las víctimas y de los heridos” por las inundaciones que han azotado particularmente los Estados de Karnataka, Maharashtra y Gujarat. En tanto, el saldo de las lluvias torrenciales continúa ascendiendo y se detiene en 184 víctimas en todo el país, con más de un millón de evacuados. 

En el pensamiento de pontífice también están presentes los que han perdido todos sus medios de sustento y su casa. Al concluir el mensaje, el Card. Parolin subraya que Francisco “garantiza sus oraciones por los esfuerzos de rescate en curso, y sobre la nación invoca de corazón las bendiciones divinas de la fuerza y la perseverancia”.

Con respecto a las operaciones de auxilio, aún hay dificultades para llegar hasta localidades del Interior que han quedado aisladas a causa de la furia del agua, que ha invadido calles y rutas, cortando las vías de comunicación. En tanto, Mons. Derek Fernandes, obispo de Belgaum y administrador apostólico de Karwar (en Karnataka), informa a AsiaNews que ha podido llegar a Kadra, donde “las aguas se han retirado, pero dejando las viviendas inhabitables. La mayor parte se ha derrumbado y es peligroso volver a ellas, ya que los muros están construidos con ladrillos de adobe”.

La escasa resistencia del material de construcción, explica el obispo “es el motivo por el cual las casas no han resistido a la furia de las inundaciones. Cuando regrese, la población necesitará ayuda para reconstruir todo”. Su diócesis ha puesto en marcha las operaciones de socorro “hace 15 días, distribuyendo artículos de primera necesidad. Aquí también está trabajando bastante bien la maquinaria de gobierno y el vice-comisario ha venido en persona para supervisar la apertura de los diques. De momento, la situación parece estar bajo control e incluso el nivel de las aguas ha descendido. La principal preocupación es la propagación de epidemias vinculadas al agua insalubre”. 

Mons. Fernandes cuenta que en la zona viven personas sumamente pobres, que hacen trabajos humildes y administran pequeños comercios. “Hemos visitado el negocio de un soldador -agrega-: toda su maquinaria ha quedado destruida. Los habitantes lo han perdido todo: utensilios de cocina, neveras, objetos personales. Nuestro personal, compuesto por voluntarios, está ayudando a limpiar las casas y a prevenir los ataques de animales peligrosos, como las serpientes. Está brindando apoyo psicológico y también cocina y distribuye comida de buena calidad a por lo menos 2.000 personas. También estamos haciendo una estimación de los costos que implicaría reconstruir las viviendas y un plan para la rehabilitación de la población”.