Naipyidó y Daca vuelven a intentar: pronta la repatriación para 3.454 Rohingyá

Las autoridades birmanas recibirán a 300 personas por día en dos campos para los evacuados. El primer intento para el retorno voluntario de los refugiados fracasó en noviembre de 2018. El obispo de Pyay: “Según algunos, hay personas que ganan de la crisis humanitaria”. La repatriación suscita temores por posibles tensiones étnicas.

 


Naipyidó (AsiaNews). Después del primer fracaso, Myanmar y Bangladés intentarán iniciar el proceso de repatriación voluntario de los refugiados rohingyá: a partir del próximo 22 de agosto, el gobierno birmano aceptará a un grupo de 3.454 evacuados.

Desde agosto de 2017, más de 730 mil han encontrado refugio en Bangladés después de de las campañas militares del Tatmadaw (el ejército birmano) en el Estado de Rakhine-Myanmar occidental. En varios campos en el distrito de Cox´s Bazar, tierra de frontera entre los dos países, están acampados al menos 1 millón de prófugos, fugitivos en diversas olas de violencia.

En noviembre de 2 años hace, Daca y Naipyidó se pusieron por el gradual “repatriación voluntario, seguro y digno” por parte de los evacuados, pero los retrasos burocráticos y los temores de los rohingyá han hasta ahora frenado el proceso. Con la transferencia de 150 refugiados- elegidos entre 2.260-, estaba previsto para el 15 de noviembre de 2018 el inicio de las operaciones del retorno. Más allá de algún rohingyá y un pequeño grupo de refugiados hindúes ninguno expresó la voluntad de volver atrás, al menos hasta cuando Naipyidó no garantizará “seguridad y derechos de ciudadanía”.  

U Zaw Htay, director general de la Oficina del presidente birmano, hace 4 días atrás declaró que Myanmar y Bangladés consignó a nuestro gobierno, serán aceptados por primeros 3.454”. dijo durante una conferencia de prensa. Para la repatriación, las autoridades birmanas pondrán a disposición los campos de Ngagu Ya y Taung Pyo Letwei. Éstos recibirán a 300 personas por día- 150 cada uno. Antes que los refugiados de retorno lleguen a sus respectivos pueblos, serán recibidos en una estructura de tránsito en el pueblo de Hla Phoe Khaung.

“Existe la preocupación que la repatriación pueda desencadenar tensiones étnicas en Rakhine”, declara a AsiaNews, Mons. Alexander Pyone Cho (Foto 2). Él es obispo de Pyay, diócesis que comprende también al atormentado Estado birmano occidental de Rakhine. “Los desacuerdos entre budistas (de etnia Rakhine) y musulmanes son una realidad histórica y pueden verificarse aún en el futuro”, afirma el prelado.

“Desde hace tiempo- prosigue Mons. Pyone Cho- nuestro gobierno está tratando de aliviar el retorno de los bengalíes (así son llamados los rohingyá en Myanmar, ndr)- Hasta hoy, nadie atravesó la frontera. Es complicado individuar los motivos de esta elección. La opinión más difundida es que los refugiados teman por su propia seguridad, en caso de retorno a Myanmar. Al mismo tiempo, está quien subraya cómo la crisis humanitaria garantice grandes ganancias a cuantos tienen interés que ellos permanezcan en Bangladés”.

En Rakhine, los católicos son una minoría exigua: en toda la diócesis de Pyay, hay sólo 8 mil fieles sobre una población de 2 millones de personas. “En este contexto- concluye el obispo. Caritas diocesana trata de hacer por su parte lo mejor. En cuanto Iglesia católica no estamos involucrados en ningún modo en el proceso de repatriación. Pero por el momento, nuestros voluntarios, están examinando algunos pueblos para iniciar programas de desarrollo. Son asentamientos musulmanes, Rakhine y Chin. Estarán involucradas las 3 comunidades que residen en el Estado, porque no queremos ser acusados de preferir a una en particular”.