Papa: la eutanasia no es libertad, sino ver en el enfermo sólo un costo

“La práctica de la eutanasia, se legalizó en varios Estados, sólo aparentemente de propone incentivar la libertad personal; en realidad ella se basa sobre una visión utilitarista de la persona, la cual se vuelve inútil o puede ser equiparada a un costo, si del punto de vista médico no tiene esperanza de mejoramiento o no puede evitar el dolor”.

 


Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- La eutanasia que es presentada como una elección de libertad, en realidad es fruto de una visión utilitarista de  la persona, para la cual el enfermo es “un costo”, que va eliminado si la medicina no prevé una cosa mejor. Volvió a afirmarlo hoy el Papa Francisco en el encuentro con los miembros de la Asociación italiana de oncología médica a los cuales recomendó continuar trabajando para “una cultura de las praxis” médicas más atentas “al valor de cada persona”. 

A la Asociación que desde 1973 desarrolla sin fines de lucro una “preciosa función en ámbito sanitario”, incentivando la investigación y la prevención y desarrollando iniciativas de actualización y formación para operadores del sector oncológico, Francisco habló de “oncología de la misericordia” porque el esfuerzo de personalizar la curación revela “una atención no sólo a la enfermedad, sino al enfermo y a sus características, al modo en el cual reacciona a las medicinas, a las informaciones más dolorosas, al sufrimiento”. Una oncología de este tipo que va “más allá” de la aplicación de los protocolos y revela un “empleo de la tecnología que se pone al servicio de las personas. La tecnología de hecho, afirmó el Papa, “no está a servicio del hombre cuando lo reduce a una cosa, cuando distingue entre quien merece todavía de ser curado y quien en vez no, porque es considerado sólo como un peso y tantas veces- es más- un descarte. La práctica de la eutanasia, legalizada en diversos Estados, sólo aparentemente se propone incentivar la libertad personal; en realidad ella se basa sobre una visión utilitarista de la persona,  la cual se vuelve inútil o puede ser equiparada a un costo, si del punto de vista médico no tiene esperanza de mejoramiento o no puede evitar el dolor”.

“No se pierdan de ánimo jamás por la incomprensión que podrían encontrar o delante a la propuesta insistente de caminos más radicales y apresuradas. Si se elige la muerte, los problemas en un cierto sentido se resuelven; pero ¡cuánta amargura detrás de este razonamiento y cuál rechazo de la esperanza comporta la elección de renunciar a todo y expresar todo enlace! Muchas veces, nosotros somos como una caja de Pandora: todas las cosas se saben, todo se explica, todo se resuelve pero permaneció escondida una sola: la esperanza. Y tenemos que ir a buscarla. Como traducir la esperanza, es más, como darla en los casos más límites”.

El ejemplo de la dedicación a quien sufre, dijo aún Francisco, perm,anece aquel de Jesús, “el más grande maestro de humanidad”. “Su figura, cuya contemplación jamás se agita, tanto es grande la luz que emana, inspire a los enfermos y los ayude a encontrar la fuerza de no interrumpir las relaciones de amor, de ofrecer el sufrimiento por los hermanos, de tener viva la amistad con Dios. Inspire a los médicos- Él que en cierto modo se dijo vuestro colega, como médico mandado por el Padre para curar a la humanidad- a mirar siempre al bien de los otros, a expenderse con generosidad, a luchar por un mundo más solidario. Inspire a cada uno a hacerse vecino a quien sufre: la cercanía, aquella actitud tan importante y tan necesaria. También el Señor la hizo, la cercanía en medio de nosotros. Inspire a cada uno a hacerse cercano, a los pequeños ante todo y a poner a los débiles en el primer puesto, para que crezcan en una sociedad más humana y relaciones caracterizadas por la gratuidad, más que de la oportunidad”.