Diyarbakir, artefacto rudimentario estalla sobre un autobús de trabajadores: siete muertos y 10 heridos

La bomba estaba al borde de la calle y estalló anoche, cuando pasaba el vehículo. Según las autoridades turcas, detrás del atentado estarían los milicianos kurdos del PKK. Dos de los heridos ya fueron dados de alta, pero hay dos personas en estado crítico. En el mes de agosto expulsaron a tres alcaldes y arrestaron a 400 personas por presuntos lazos con el movimiento independentista.


Diyarbakir (AsiaNews/Agencias) - Es de cuando menos siete muertos y una decena de heridos el saldo, aún provisorio, de un atentado ocurrido anoche en la provincia, mayoritariamente kurda, de Diyarbakir, en el sudeste de Turquía. Según fue informado por la oficina del gobernador local, se trató de un artefacto rudimentario, colocado al borde de la calle, que estalló al paso de un vehículo cargado con habitantes de la zona, de un pueblo cercano. 

Las autoridades turcas levantan el dedo acusador contra los milicianos del Partido Kurdo de los Trabajadores (PKK), una organización “terrorista” según Turquía, Estados Unidos y la Unión Europea. Para Ankara, ellos serían los responsables del ataque que golpeó a la población civil; la explosión se produjo en el distrito de Kulp y embistió a un grupo de operarios forestales que regresaban del trabajo. 

Al comentar el atentado, el ministro del Interior de Turquía, Suleyman Soylu se refirió a “siete hermanos nuestros que han sufrido el martirio, a causa de la explosión de un artefacto rudimentario, que embistió el vehículo donde viajaban”. Los heridos, agrega luego de su visita al hospital, serían “cuando menos 10, pero uno ya fue dado de alta”, en tanto hay dos personas que se encuentran “en graves condiciones”. 

El PKK, partido proscripto en Turquía y cuyo líder, Abdullah Öcalan, se encuentra en prisión desde 1999 [la pena de muerte fue conmutada por prisión perpetua en el 2002] lanzó una lucha armada contra Ankara en 1984, denunciando los abusos y discriminaciones a gran escala contra la minoría kurda. Desde que se puso fin al cese del fuego, que había entrado en vigor en marzo del 2013, las operaciones militares turcas y las represalias kurdas han provocado cientos de víctimas.  

Según el gobierno turco, el PKK (y los grupos afiliados a éste) sería responsable de una serie de atentados que recientemente han ensangrentado el país. Las víctimas de la guerrilla separatista serían al menos 40.000, y entre ellas hay mujeres, niños y bebés.  La violencia ha forzado a la huída de muchos habitantes del área, para evitar quedar en la línea de fuego, que envuelve tanto a centro urbanos como zonas rurales. Uno de los objetivos de las operaciones militares del ejército turco -que en el último tiempo han recrudecido el nivel de presión contra los grupos y políticos kurdos- es expulsar a los combatientes de los centros urbanos. 

En agosto, las autoridades turcas removieron de sus funciones a tres alcaldes y arrestaron a más de 400 personas, por presuntos lazos con el PKK. El ministerio justificó su decisión  con acusaciones como “difusión de propaganda” contra el gobierno y adhesión a una organización “terrorista”.