Sor Zita Rema, una vida de misionera para los migrantes de Chattogram (Foto)
de Sumon Corraya

La salesiana tiene orígenes Orao. Proviene de la diócesis de Mymensingh y siempre trabajó al servicio de los migrantes económicos en las grandes ciudades. Organiza las lecciones de catecismo para los hijos de los trabajadores; convence a los patrones de las empresas a conceder los permisos para asistir a la misa dominical; visita las zonas de colinas más remotas.

 


Chattogram (AsiaNews) – “Amo realmente mi trabajo misionero, ayudo a nuestro pueblo a transformarse, sobre todo a aquellos que están alejados de la Iglesia. Trabajo para ser un puente entre ellos”: lo afirma sor Zita Rema, salesiana de Bangladés. Originaria de la diócesis de Mymensingh, la religiosa siempre trabajó en las grandes ciudades para llevar el mensaje cristiano a los migrantes internos. Después de años en Daca, por el momento está en Chattogram, en el sur del país.

A AsiaNews la religiosa narra su experiencia misionera en vista del Mes Misionero Extraordinario de octubre de 2019. “Mientras se acerca el inicio del mes- dice- advierto una responsabilidad aún más grandes en el responder a la llamada del Papa Francisco a ser misioneros en la vida. Si bien ya hago misión, este mes me ayuda a entender que soy un misionera y que debo enseñar a los otros a hacer los mismo”.  

Sor Zita forma parte de la Congregación de las religiosas salesianas de María Inmaculada y es del grupo Orao. Dedicó toda su vida al cuidado de los migrantes. En este período se está ocupando de la enseñanza a los hijos de los trabajadores cristianos que emigran en busca de fortuna en la zona portuaria de  Chattogram (ex Chittagong, ndr). “Conduzco las lecciones de catecismo-dice la religiosa- y distribuyo en manera gratuita los libros que ellos necesitan. Noto también un cambio positivo ya sea en los niños como en los adultos de la comunidad católica. Esto me da una gran alegría para mi vida religiosa”.

El problema más grande, reporta, “es que el domingo no es fiesta, por lo tanto aquellos que trabajan no pueden venir a misa. Así permanecen distantes u alejados de la Iglesia y no reciben una atención espiritual”. Muchos cristianos están comprometidos en las industrias, en Ong, como representantes médicos y en los centros estéticos. “Nosotros visitamos a los fieles y hablamos con los patrones, tratando de convencerles alguna hora para que puedan venir a misa”.

No sin dificultad, como por ejemplo los “viajes de 3 horas de pie en el autobuses públicos”, al menos una vez al mes sor Zita visita las áreas más remotas en la Hill Track, la zona de colinas en la frontera con Myanmar. “Para hacer misión allí-refiere- se necesita tanto dinero porque empleamos diversos días de viaje”. No pudiendo ir y volver en una jornada, “debemos quedarnos en la zona al menos una semana, moviéndonos en grupo y alquilando una jeep para desplazarnos a través de los bosques, ríos y colinas”. 

En esta zona tan alejada, agrega, “los niños no hablan la lengua bengalí, por lo tanto hacemos conocer a Jesucristo a través de la enseñanza de canciones. Necesitamos católicos que difundan las enseñanzas cristianas, los valores de la Iglesia. Por esto invitamos a los niños y a los adolescentes a elegir la vida religiosa. Algunos de ellos vienen a nuestro convento, ven como vivimos, como rezamos, las horas transcurridas ejercitándose en el canto y se quedan inspirados y maravillados”. “Lamentablemente-concluye la salesiana. el área está habitada por grupos criminales especializados en los secuestros. Tenemos miedo, pero continuamos nuestro trabajo porque confiamos en Dios”.