Cristianos, sunnitas y chiítas manifiestan en espera del discurso de Hariri
de Pierre Balanian

Continúan las manifestaciones contra el gobierno y el Parlamento. El discurso de Hariri se lo espera para hoy a las 18. Cristianos y musulmanes unidos. Los chiítas y musulmanes unidos. Los chiíes critican a Nabi Berri y Hassan Nasrallah. La policía bloquea las calles para impedir el flujo de nuevos manifestantes; el ejército las libera.  

 


Beirut (AsiaNews) – “No comment” y “Esperemos en bien”: son los escasos comentarios que algunos diputados expresan a AsiaNews antes de entrar a una reunión en el palacio presidencial de Baabda.

Ellos fueron convocados de urgencia después de 4 días de manifestaciones populares que piden su cancelación y un ultimátum del Premier Saad Hariri para encontrar una solución a la crisis política y económica del país. Hasta ahora nada trascendió, pero se trata de un secreto de Pulcinella: quieren salvar lo insalvable. 

Mientras tanto desde las primeras horas de hoy, en el cual termina el ultimátum de hariri, cuyo discurso es esperado para las 18, continúa el flujo creciente e inarrestable de la población en protesta. Las fuerzas de la gendarmería, bajo el mando del ministerio del Interior, han bloqueado los ingresos principales a la capital para impedir el aumento de presión popular alrededor de los palacios del poder.

Con una decisión contraria, el ejército intervino para abrir las calles. Oficialmente, ellos quieren evitar que haya enfrentamientos entre los manifestantes; en realidad parece que quieran garantizar las manifestaciones callejeras. Desde las zonas sobre el Monte Líbano, cuyas calles de acceso están todavía bloqueadas, los cristianos estacionan los automóviles y continúan a pie, o en ciclomotores o con autostop para ayudar a las manifestaciones de los habitantes del centro, en su mayoría musulmana, que se quedaron a dormir en el centro de en el centro de la capital.

“¡Ni por casualidad tenemos un crucifijo de Jesucristo, ni hemos traicionado al Profeta! (los policías) ¡nos tratan como si fuésemos combatientes de Daesh!”, dice a AsiaNews, Roland Rizk.

Los manifestantes están unidos más allá de las fronteras confesionales. Y citan con orgullo la desaparición de un tabú: ayer por la noche en Nabatiyeh, una zona  ampliamente chiíta a pocos Km de la frontera con Israel, la gente manifestaba criticando abiertamente a Nabih Berri, el presidente del Parlamento, chiíta, desde hace 30 años en el poder. Hasta ahora él fue casi divinizado. 

Milicianos de Amal (el partido chiíta) empezaron insultando, luego amenazaron, después agredieron a los manifestantes chiítas acusándolos de traición y golpeando hasta las mujeres.

Aún, si siendo tímidas, se difunden las críticas contra Hassan Nasrallah, el jefe de los Hezbolá. Lo mismo hacen los cristianos que acusan al ministro de Exteriores Gebran Bassil, las Fuerzas libanesas de Geagea, el presidente Michel Aoun. El fin del confesionalismo parece haberse dado.

Todos esperan el discurso de Hariri que se espera para esta tarde. Pero, ye los manifestantes hicieron saber que quieren la caída del gobierno y de todo el Parlamento. De otro modo no dejarán la calle: “Para nada sirven- dicen - las medias medidas y las falsas promesas”.

El jefe del Estado mayor parece dar tiempo al gobierno y al pueblo y fijó el retorno a la calma para el 27 de este mes. Después, quizás será el propio ejército quien va a tener la última palabra.