Mongolia Interior: detener la difusión de la peste bubónica, que ha llegado a Beijing
de Wang Zhicheng

En el pasado mes de agosto ya se habían descubierto 12 cepas “feroces” presentes en las ratas. Pero no se notificó a las autoridades sanitarias. La misma falta de comunicación que se constató en la epidemia de SARS (2003). El desequilibrio que rige entre la oferta sanitaria en los centros urbanos y en la zona rural.


Beijing (AsiaNews) – La infección de peste bubónica descubierta en una pareja del Interior de Mongolia está desencadenando acciones enérgicas en la región autónoma para detener la difusión de la enfermedad y evitar que la ola alcance la capital. El gobierno de la región del norte ha colocado “filtros” para controlar posibles enfermedades en las personas que dejan la provincia; ha instituido equipos para realizar controles médicos e incluso inspecciones en el tráfico.

Lo cierto es que la epidemia ya ha llegado a Beijing: la pareja – cuyo nombre se desconoce - fue tratada durante meses en el Interior de Mongolia por un diagnóstico de neumonía. Viendo que no se curaba, fue trasladada a Beijing a principios de noviembre, y allí se descubrió la verdadera causa: peste bubónica. 

Según investigaciones de la revista económica Caixin, a mediados de agosto ya se habían descubierto 12 cepas “feroces” de peste bubónica en alguna ratas, en la región septentrional. Si bien el protocolo obliga a notificar inmediatamente a las autoridades sanitarias, la comunicación del hallazgo no se realizó. Luego se detectó el caso de la pareja, con un diagnóstico equivocado (neumonía) que solo pudo ser esclarecido una vez que la pareja fue trasladada a Beijing. 

Ahora, el Interior de Mongolia intenta ganar el tiempo perdido. A partir del incidente, surgen dos problemas; el primero, es el enorme desequilibrio entre la oferta sanitaria (personal y estructuras) en ciudades como Beijing, y las zonas rurales o menos desarrolladas; el segundo, la no comunicación inmediata de la enfermedad, que recuerda lo sucedido en el 2003 con la epidemia de SARS: las autoridades ocultaron la enfermedad y la entidad de la infección durante meses, dejando que se desarrollase hasta convertirse en una epidemia mundial.