Otro caso de suicidio sacude al Líbano
de Pierre Balanian

Paralizado por 50 días de huelgas e impotente, el país asiste a una ola de suicidios. Quienes todavía pueden ayudar, multiplican las iniciativas para sostener a las personas desocupadas y desesperadas. Pero también se multiplican los casos de saqueo y especulación: sale a la luz un intento fingido de quitarse la vida, orquestado para pedir dinero en las redes sociales.


Beirut (AsiaNews) - A menos de cuatro días del suicidio de un hombre de 40 años, Arsal, ayer se difundió en todo el Líbano la noticia del suicidio de otro padre de familia, esta vez, en los suburbios de Beirut.  Dany Abi Haydar tenía 41 años y era padre de tres hijos. Decidió poner fin a su vida disparándose en la frente con un rifle de caza. Lo hizo delante de sus padres. 

Dany vivía en Nabaa, un barrio que también es conocido como «el Bronx de Beirut», en la zona suburbana al este de la capital. A pesar de que había crecido en una de las zonas más pobres del país, Dany era uno de los más afortunados del barrio.Trabajaba en una empresa de ilumInación, con un salario fijo que, sumado a los beneficios extraordinarios, le permitía ganar hasta 2 millones de libras libanesas al mes (unos 1.200 euros mensuales).  

El padre de Dany contó a AsiaNews cómo fueron los hechos: «Era padre de tres hijos, pero hace ocho meses perdió su empleo y ya no pudo pagar el alquiler. De modo que se mudó a nuestra casa con su familia y con su hermano. Pero sus deudas con el supermercado, solo considerando la comida, ya habían superado los 3 millones de libras, cuando en el trabajo habían comenzado a hablar de despidos».

Ayer, Dany fue al trabajo como todos los días. A las 10:30 de la mañana regresó y tomó el rifle. El padre le preguntó si tenía pensado salir a cazar animales, y el hombre respondió afirmativamente. Cuando se dio la vuelta, el hijo se disparó y cayó al suelo en un charcó de sangre. 

Prosigue el padre: «Me dirijo a los manifestantes: ¿que más quieren? Han paralizado el país por 50 días, nos han llevado a esto. ¿Quieren sangre? ¿Más sangre?» El hermano desocupado también está desolado y no pronuncia palabra; la madre – que se cubrió el rostro con la sangre del hijo - no puede creerlo, y se pregunta en voz alta: «¿Por qué te has quitado la vida? Eras creyente, rezabas, ayunabas, no hacías mal a nadie, no hablabas mal de nadie…». La empresa donde trabaja niega haberlo despedido. 

Anoche, una gran manifestación en la zona cristiana marchó desde la Iglesia de San Elías en Antelias hasta Jal el Dib: la gente que marchaba era tan numerosa que la calle quedó cortada. En Jal el Dib, colocaron tres féretros en la plaza. 

Hace dos días, la Sra. Halima Mualem - que había recibido una amenaza de desalojo por insolvencia, desocupada y a cargo de su madre y un hijo, ambos enfermos - fue fotografiada en pleno centro de la ciudad con un cartel en la mano, con una leyenda:  «Vendo un riñón a un precio económico». Una campaña en las redes sociales la salvó del desalojo, asegurando el pago del alquiler de la casa. 

Sin embargo, la solidaridad a través de las redes sociales ha demostrado ser un arma de doble filo. Anoche apareció en las redes un video de un chico que afirmaba que se prendería fuego: salvado a último momento por sus amigos, resultó ser un fraude para atraer la ayuda de la gente. Los autores fueron detenidos por las fuerzas del orden.  

Esta mañana, un señor anciano que ya no podía costear los medicamentos, amenazó con suicidarse: con la llegada de la prensa, el Ministerio de Salud prometió que le entregría los medicamentos gratuitamente a partir del próximo lunes. 

Aún así, la sociedad civil reacciona con gestos dignos de elogio. Un supermercado colocó en la puerta de ingreso un anuncio: «Estimado cliente, si usted no puede pagar pero tiene hambre, tome lo que necesite sin pagar. Aceptamos alguna donación de los clientes más afortunados, a modo de sostén».