P. Kinley Tshering, primer sacerdote de Bután gracias al encuentro con Madre Teresa
de Kim Ae-ran*

El sacerdote estudió con los jesuitas y fue bautizado en secreto. Cultivaba en secreto la vocación, hasta un encuentro casual en avión con la santa de Calcuta. Sueña con abrir un centro de asistencia para jóvenes necesitados y ser ejemplo para la vocación de otros sacerdotes.

 


Thimphu (AsiaNews) – De empresario a primer sacerdote de Bután, gracias a un encuentro con Madre Teresa de Calcuta a la cual revela su vocación sacerdotal, un deseo que lleva en el corazón desde niño pero siempre tuvo que reprimir por la oposición de la familia. Es la historia del p. Kinley Tshering, ex superior provincial de en Darjeeling, en India, hoy ya volvió a su país de origen para servir a la Iglesia y a la minúscula comunidad católica compuesta por cerca de 100 fieles. La cuenta un religiosa de las Hijas d S. Pablo. La historia fue publicada en el Korea Times (Traducción a cargo de AsiaNews).  

Recientemente me encontré por casualidad al p. Kinley Tshering, ex superior provincial de los jesuitas de Darjeeling en India, primer y único cura católico nativo de Bután.

Bután es una rígida teocracia budista con una población de menos de 1 millón de habitantes, situado en Asia meridional sobre el Himalaya oriental, encerrado entre India y China. Bután  es la segunda nación menos poblada en el mundo después de Maldivas. Bután y Maldivas eran lo únicos países si católicos. Pero cerca de hace 10 años atrás, el gobierno de Bután concedió la libertad religiosa y por el momento son cerca de 100 católicos, por lo más provenientes de Nepal o India.

El pacífico Bután, con la mayor tasa de felicidad es el único país a emisión cero y el menos corrupto. Un lugar en el cual fumar y dañar la naturaleza están prohibidos. No habiendo sido jamás colonizado, Bután es el único que logró desarrollar una identidad distinta basada en el budismo introducido en el S. VII d,C. En el país la instrucción de base y la asistencia sanitaria son gratuitas para todos.

A los misioneros extranjeros no les es permitido vivir allí; pueden trabajar sólo los nativos católicos o cristianos. Cerca del 77% de la población budista Vajrayana, y casi el 23% es hindú. Menos del 1% de la población profesa otras religiones.

Nacido en Bután en una familia de clase elevada, el p. Kinley quedó maravillado cuando vio (por primera vez) al niño en el pesebre (representado en las ) postales de navidad. A la edad de 5 años se transfirió al extranjero para estudiar en un colegio dirigido por los jesuitas en Darjeeling. Allí vio un crucifijo en un convento y las monjas le explicaron la historia del neonato en el pesebre en relación con el hombre de la cruz.

El 18 de mayo de 1974, a la edad de 15 años, recibió el bautismo en secreto. no obstante la opinión contraria de su familia, aspiraba a sr sacerdote, pero a causa de la objeción de los misioneros a él cercanos, entró en la universidad, se graduó en economía empresarial y trabajó en una compañía por 3 años. dado que era el primer graduado en Mba (Master in Business Administration) de Bután, además con un diploma conseguido en el prestigioso Indian Institute of Management de Bangalore, tuvo muchas oportunidades de suceso. 

Un día del año 1985, durante un vuelo de negocios para Calcuta, él se sentó junto a Madre Teresa y le confesó su deseo de ser sacerdote. esto despertó en él la llamada a la vocación. Madre Teresa, teniéndolo de las manos, le dijo: “Muchas no hablan como tú. Tú tienes la vocación. Deberías ser un cura”.

Él puso su manto cristiano (la fe) sobre el manto butanés (la cultura). dado que es una persona inclusiva, él no puede conocer mejor el catolicismo gracias a su pasado budista. Se hizo sacerdote porque estaba fascinado por el amor de Cristo. Observando a los misioneros que dedicaban ellos mismos a los pobres, también él deseaba vivir para los pobres. El 21 de junio de 1986 entró a formar parte de la Compañía de Jesús; el 23 de octubre de 1995 recibió la ordenación; después fue director de la St. Josep’s High School y estuvo al servicio de la provincia de los jesuitas por 6 años.

En los últimos años trabajó como misionero en Bután. Su sueño es construir un centro de atención social para ayudar a los pobres en el país. Él no permitió construir una Iglesia, pero le es posible construir un centro católico para educar y ayudar a los jóvenes necesitados.

Otro sueño es aquel que otro ciudadano originario del país se haga sacerdote. Él espera ser “un hombre para los marginados, un servidor de la alegría del Evangelio, de tener el olor de las ovejas, de ir adonde los otros no quieren ir para amar y servir. Mi objetivo no es convertir personas. Pienso que sea más importante poner en práctica la misericordia y el amor”

*Religiosa de la Hijas de S. Pablo