UNESCO: el canto bizantino también es 'patrimonio inmaterial de la humanidad'

"Destacando y valorizando musicalmente los textos litúrgicos de la Iglesia Ortodoxa Griega, ellos están inextricablemente ligados a la vida espiritual y al culto religioso. Gracias a su transmisión y uso oral en iglesias y monasterios, esta música resistió la caída de Bizancio y del Imperio Otomano, influyendo en la música popular oriental”.


Bogotá (AsiaNews/Agencias) - El canto bizantino (video), un arte musical litúrgico que tiene sus raíces en una tradición milenaria, también es "patrimonio inmaterial de la humanidad" junto con otras 42 nuevas tradiciones y prácticas culturales, de las cuales 15 tienen su origen en Asia. Así lo decidió la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) durante la 14ª reunión del Comité Intergubernamental para la Protección del Patrimonio Cultural Inmaterial, que se clausura hoy en Bogotá (Colombia). Este último ha incluido el canto bizantino en la Lista Representativa (Representative List of the Intangible Cultural Heritage of Humanity).

"Como arte vivo que ha existido durante más de 2.000 años -dice la UNESCO-, el canto bizantino es una importante tradición cultural y un sistema musical completo que forma parte de las tradiciones comunes que se han desarrollado en el Imperio Bizantino. "Destacando y valorizando musicalmente los textos litúrgicos de la Iglesia Ortodoxa Griega, ellos están inextrincablemente ligados a la vida espiritual y al culto religioso”.

El canto bizantino es un género musical único. Es una monodía vocal sin acompañamiento instrumental y está organizada en ocho formas (oktoíjos). Se diferencia, sin embargo, en que se canta principalmente en griego (o árabe en algunas regiones) y se acompaña vocalmente con un sonido severo y prolongado llamado ison o isocrátima. El canto gregoriano también se originó de esta música.

Para enriquecer los textos bíblicos, el canto bizantino se desarrolló sobre todo después del siglo III en el Imperio Bizantino, antes de alcanzar su apogeo entre los siglos XIII y XV. Gracias a su transmisión y uso oral en iglesias y monasterios, esta música resistió la caída de Bizancio y del Imperio Otomano, influyendo en la música popular oriental (balcánica, judía, árabe, armenia o siria).