La Iglesia ortodoxa rusa rompe con Alejandría y conquista África
de Vladimir Rozanskij

Suspendidas las relaciones con el Patriarcado de Alejandría y se abren nuevas parroquias en todo el continente africano. Los “cismáticos” ucranianos y sus amigos “financiados por occidente”. El Patriarcado de Constantinopla vulnerable a la instrumentalización de los “enemigos de la Ortodoxia”.

 


Moscú (AsiaNews) - Se concluyó ayer la última sesión anual del Sínodo de los obispos de la Iglesia ortodoxa rusa. Esta vez, se reunió en el monasterio de San Daniel en Moscú, estaba presente también el Supremo Consejo eclesiástico, un organismo de participación de clero y laicado que no venía convocado desde 1920. El Patriarcado decidió una restructuración de las diócesis de tal modo que puedan a los fieles en los más lejanos lugares del inmenso territorio ruso, si bien el número de los obispos no es suficiente para cubrir todas las cátedras.

La decisión más delicada y dramática se refiere al continente africano. De hecho, el Sínodo se pronunció oficialmente por la suspensión de las relaciones eclesiales con el Patriarca de Alejandría, Teodoro II (Choreutakis), reo de haber reconocido a la nueva Iglesia autocéfala d Ucrania. Ya en la vigilia del Sínodo, interviniendo en el canal Rusia 24, el metropolitano Hilarión (Alfeev) había anunciado que el Patriarcado de Moscú ya se está organizando para abrir nuevas parroquias “para sus propios fieles” en toda África, territorio canónico del Patriarcado alejandrino. “Ya en el pasado, hemos abierto varias parroquias africanas- declaró Hilarión- siempre en acuerdo con el Patriarcado de Alejandría, al cual las parroquias rusas se sometían; hasta los sacerdotes rusos que ejercían su servicio en aquellas iglesias, entraban temporalmente a formar parte de la jurisdicción alejandrina y ahora debemos hacerlo solos”

En realidad, bien 27 sacerdotes ortodoxos del clero alejandrino, en Kenia, Tanzania, Zambia otros países rechazaron reconocer a la Iglesia ucraniana. Hilarión, de hecho, observó que “notamos el descontento que crece dentro de la Iglesia ortodoxa en África… no sé cómo irán las cosas en adelante, pero si el patriarca Teodoro permanecerá de la parte del cisma, deberemos resolver los problemas para los ortodoxos fieles a la verdadera Iglesia”. El Sínodo ruso subrayó que la decisión de Teodoro del pasado 8 de noviembre “no fue tomada después de una adecuada discusión y votación del Sínodo de la Iglesia alejandrina, sino que fue una elección unilateral del patriarca”. 

En Moscú fue bloqueada la actividad de la representación alejandrina, mientras la representación moscovita en el Cairo fue transformada en parroquia patriarcal rusa. También las otras parroquias para los rusos en África obtuvieron del Sínodo moscovita la stavropegia, o sea la independencia de cualquier otra jurisdicción ortodoxa local y la dependencia directa con el patriarcado de Moscú. A todos los obispos y sacerdotes africanos, que no adherirán al reconocimiento “cismático”, los rusos garantizan la comunión y el apoyo, admitiendo la validez de sus celebraciones.

La misma posición fue tomada por Moscú contra la Iglesia ortodoxa griega, obrando la distinción entre los obispos buenos y los “cismáticos”. Serán monitoreados por los rusos las diversas celebraciones litúrgicas ortodoxas en estos países, para verificar cuáles eclesiásticos pronunciarán realmente el nombre del metropolitano Epifanio de Kiev durante los dípticos eucarísticos. Todo esto sin faltar de expresar el “profundo arrepentimiento” por estas ofensas a la unidad d la Iglesia universal, cuyo destino está “en las manos de Dios”.

El Patriarcado de Moscú apunta evidentemente a organizar una red tradicionalista internacional entre los ortodoxos de todas las Iglesias, con la cual contraponerse a los cismáticos influenciados y financiados por occidente, según la vulgata a menudo repetido por el mismo patriarca Cirilo (Gundjaev). Los griegos y en particular la sede constantinopolitana, son considerados por los rusos los más vulnerables a la instrumentalización de los “enemigos de la Ortodoxia”. Uno de los más intransigentes representantes de la Iglesia rusa, el protoierej Vsevolod Chaplin (por largo tiempo responsable del sector social del patriarcado), comentando favorablemente las decisiones del Sínodo moscovita, agregó que “sería necesario nombrar nuevos primados eclesiásticos realmente ortodoxos en Constantinopla, Atenas y Alejandría en la cátedras vacantes, al puesto de los traidores… Solamente sacándonos de encima el polvo de los heréticos y de los cismáticos, podremos salvar a la única Iglesia en la verdadera fe”.