Nueva Delhi prohibe el aceite de palma malayo después de las críticas de Mahathir

El Premier malayo censura a India por la conducta en Cachemira y la nueva ley sobre la ciudadanía. En 2019, Nueva Delhi se aseguró el 28% de las exportaciones de Kuala Lumpur por 1,3 millardos de dólares. Entre los desacuerdos, también el rechazo del gobierno malayo extraditar a un controvertido predicador musulmán, buscado en India.

 


Nueva Delhi (SAsiaNews/Agencias)- El gobierno indio prohibió la importación de aceite de palma refinado de Malasia. en aquello que según los analistas es el último capítulo de una disputa entre los dos países. La desencadenó, las recientes observaciones del Premier malayo,  Mahathir Mohamad, sobre Cachemira y la nueva ley sobre la ciudadanía introducida por Nueva Delhi el pasado 12 de diciembre. Citando documentos del gobierno, los medios malayos han sacado a la luz la prohibición anteayer. El día antes circularon indiscreciones según las cuales India pedía informalmente a los refinadores y a los comerciantes evitar comprar aceite de palma de Malasia. 

El año pasado, India-primer país en el mundo por importaciones de aceite de palma- era el mejor cliente de Malasia. En 2019, Nueva Delhi se aseguró el 28% de las exportaciones de Kuala Lumpur; más doble respecto al año precedente. Para India, Indonesia queda como la principal fuente de productos a base de aceite de palma, con una cuota de mercado del 60%. En 2018, Yakarta exportó a India mercaderías por un valor aproximado a los 3,8 millardos de dólares estadounidenses, mientras que Kuala Lumpur cobró cerca de 1,3 millardos. A partir del pasado septiembre, India dispuso un aumento a los impuestos sobre el aceite de palma refinado proveniente de Malasia, llevándolos al 50% del precedente 45%. La decisión sirve como protección contra los picos de las importaciones y respeta una acuerdo comercial, firmado entre los 2 países al inicio de 2018.

La relaciones entre los dos países se hicieron siempre más frías a partir de la vuelta al poder de  Mahathir Mohamad, sucedido en mayo del mismo año. Desacuerdos surgieron sobre varias cuestiones, entre los cuales en rechazo malayo de extraditar al controvertido predicador musulmán Zakir Naik, buscado en India por acusaciones de reciclaje de dinero e incitación al extremismo. No obstante promueva políticas sectarias, Naik goza del status de residente permanente en Malasia y de la protección de la coalición en el poder.

Pero las relaciones parecen haberse deteriorado desde cuando Mahathir, de 94 años, sostuvo en agosto pasado que India “invadió y ocupó” Cachemira que es de mayoría islámica, territorio reivindicado también por el vecino Pakistán. Más de reciente, el gobierno indio se molestó por las observaciones de Mahathir en lo referente a la nueva ley india sobre la ciudadanía, que facilita el reconocimiento de esta última para los ciudadanos de algunos países cercanos, excluyendo a los musulmanes. Los funcionarios de Nueva Delhi que rechazaron las críticas de Malasia como “de hecho imprecisas”. Interviniendo durante un encuentro entre líderes de países musulmanes en Kuala Lumpur el pasado diciembre, Mahathir afirmó que personas “están muriendo a causa de esta ley, por lo tanto ¿por qué sería necesaria?”.