Omán, líderes políticos y religiosos dieron el último adiós al sultán Qabus. El sucesor, a favor de una continuidad

El anciano monarca falleció a la edad de 79 años. Supo modernizar el país y asumir un rol de mediador en los conflictos de la región. Los cristianos también rinden un homensaje a un “líder único”. El sucesor, Haitham ben Tare, promete seguir su huella y “promover soluciones pacíficas” a las crisis regionales. 

 


Mascate (AsiaNews) - Líderes religiosos y políticos de todo el mundo rindieron homenaje, durante el pasado fin de semana, a la memoria de Qabus bin Said al Said, el sultán de Omán fallecido el 10 de enero pasado a la edad de 79 años. Uno de los monarcas más ancianos e ilustrados de la región, él supo modernizar el país, manteniendo un equilibrio entre las potencias regionales, un mérito que le valió al país el apodo de la “Suiza del Oriente Medio”. En su lugar, ya ha jurado como nuevo sultán, su sobrino y ex ministro de Cultura y Patrimonio, Haitham ben Tarek. 

En el palacio Alam, que en el pasado fue usado por el sultán para las ceremonias oficiales, se llevó a cabo el acto para recordar al anciano líder desaparecido. Estuvieron presentes varios jefes de Estado y de gobierno, tanto de la región como mundiales, entre ellos, el príncipe heredero de Abu Dabi, Sheikh Mohammed bin Zayed y el emir de Qatar, Sheikh Tamim bin Hamad Al-Thani. También participó el ministro iraní de Relaciones Exteriores, Mohammad Javad Zarif (que se reunió con el nuevo sultán) y el príncipe Carlos de Inglaterra, acompañado por el Primer Ministro Boris Johnson. 

Uno de los líderes cristianos que rindió homenaje al sultán es Youssef Absim, el patriarca de Antioquía de los greco-melquitas, quien comentó que “el mundo árabe ha perdido [...] a un líder único”, que ha construido un Estado moderno. Él supo promover a lo largo del tiempo iniciativas capaces de “colmar las grietas” en el mundo árabe y “reducir la escalada de nuestra región, infestada por conflictos”. También llegaron mensajes de condolencias del Papa Twadros II, patriarca de la Iglesia copta ortodoxa, para quien él fue “simbolo de la fuerza y de la unidad” para el país. 

El sultán Qabus nació en 1940 y se graduó en la Academia Militar real Sandhurst, en Inglaterra, para servir en el ejército del Canal de la Mancha. Tomó el lugar de su padre con un golpe, en 1970, y desde un principio intentó restablecer las relaciones con los Estados occidentales. Durante el reinado, reformó una nación que hasta ese momento permanecía atrasada, convirtiéndola en un destino turístico de primer nivel y en un interlocutor clave en el Oriente Medio. Su mediación, por solo dar un ejemplo, resultó fundamental para lograr la liberación del Padre Tom, el sacerdote indio secuestrado en Yemen. 

El sobrino y nuevo líder Haitham ben Tarek, ya prestó juramento el 11 de enero pasado, poco después del último adiós al sultán Qabus. En el dicurso inaugural, él subrayó que su intención es seguir el ejemplo de su predecesor, procurando abrir una nueva fase de desarrollo para la nación. Ciertos analistas y observadores lo describen como una personalidad poseesora de una rica cultura, con la calma y la capacidad para garantizar el proceso de continuidad en el rol de mediación asumido por Omán en los últimos años. 

“Seguiremos el camino del difunto sultán”, remarcó, reafirmando la política de no-interferencia que le aseguró excelentes relaciones, tanto con la potencia sunita regional (léase Arabia Saudita) como con el Irán chiíta. Luego manifestó su apoyo “a nuestra política exterior de paz entre las naciones y los pueblos [...], respetando la soberanía nacional y la colaboración internacional”. Bajo su reinado, Omán continuará “promoviendo soluciones pacíficas” a las crisis regionales y globales.  

Omán representa un “modelo” entre los Estados del Golfo, tanto por su lucha contra el terrorismo como en materia de libertad religiosa. Una nación conservadora en el plano social, en la que los ciudadanos luchan para defender los valores y tradiciones, pero que a la vez reivindican la paridad de derechos de género; además, la interferencia del Estado en la vida de las personas es limitada, a diferencia de lo que ocurre con la policía religiosa islámica (mutaween) en Arabia Saudita. Los católicos suman cerca de 55.000 y los expatriados y trabajadores migrantes equivalen al 2% de la población. Los cristianos representan el 6,5%, los hindúes el 5,5%; la mayor parte de la pobalción (aproximadamente el 75%) profesa el credo musulmán.