La tregua de Idlib y las presiones de MoscĂș sobre Siria
de Pierre Balanian

Dos días después de la visita de Vladimir Putin al país atormentado por la guerra, Rusia y Turquía suscribieron un tregua en Idlib. Según varios observadores, el cese del fuego está plagado de contradicciones. Prosigue el paso de mercenarios yihadistas desde Idlib y desde el este del Éufrates hacia Libia, a través de Turquía. 

 


Damasco (AsiaNews) – La reciente visita del presidente ruso, Vladimir Putin, a dos lugares sagrados del cristianismo en Siria posee una riqueza de significados, tanto para el rol como para el porvenir de dicha religión en la región medio-oriental. Es la opinión que prevalece en muchos cristianos de Damasco. El 7 de enero pasado, día en que se festeja la Navidad ortodoxa, Putin llegó a la capital siria en la que fue la primera visita de un jefe de Estado ruso a la ciudad. El presidente primero visitó la tumba de San Juan Bautista, el único santuario del mundo que se encuentra dentro de una mezquita; luego, se dirigió a la iglesia de Santa María, primer santuario mariano del cristianismo. 

El presidente ruso se entretuvo por largo tiempo con su homólogo sirio, Bashar al-Assad. Horas después, hacia la medianoche del día siguiente, se consumó el ataque con misiles de las Fuerzas armadas iraníes, contra la base estadounidense de Ain Assad, en Irak. Según afirma una fuente de AsiaNews, Putin y Assad acordaron la inminente apertura de una universidad rusa en Damasco, para reforzar los lazos culturales y científicos entre los dos países. Otras indiscreciones aluden a un acuerdo tácito de los líderes, referido al traslado de los yihadistas de al-Nusra, desde Siria hasta Libia.  

Dos días después de la visita de Putin a Damasco, se anunció un acuerdo preliminar para un cese del fuego en Idlib; una tregua de contornos poco claros y plagada de contradicciones entre Moscú y Ankara. Comenzando por la entrada en vigor de dicha tregua: desde las nueve horas del 11 de enero para Rusia, y desde la medianoche del día siguiente para Turquía. Así mismo, los objetivos que se pretenden lograr a través del cese de fuego también parecen ser distintos entre los dos países firmantes. El Centro de reconciliación ruso ha invitado a las facciones armadas a “abstenerse de las provocaciones” y a “participar en el proceso de pacificación en las zonas bajo su control”: al mismo tiempo, el ministro turco del Interior, Suleyman Soylu, participó en la campaña “Estamos con Idlib”, destinada a llevar ayuda a la ciudad. 

En la prensa iraní se filtraron algunas indiscreciones respecto al texto del acuerdo de tregua en Idlib. Entre ellas, un párrafo en el cual se solicita “la disolución del Frente de socorro al pueblo de Siria (al-Nusra)” y “que pasen al control del Ejército sirio las autopistas Damasco-Alepo y Alepo-Latakia”; en caso de que no se llegue a un acuerdo respecto a estas dos peticiones, “se recurrirá al uso de la fuerza militar”. 

El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (SOHR) ha expresado escepticismo acerca de la situación de la tregua, y días atrás aludió a los continuos bombardeos sobre las posiciones de los combatientes armados en Idlib. 

El 12 de enero, la fuerza aérea siria lanzó varios afiches, de los cuales AsiaNews pudo obtener una copia. La aeronáutica invitó a la población civil de la provincia de Idlib y del sector oeste de Alepo a abandonar la zona de conflicto y refugiarse en las zonas que están bajo el control del gobierno. Los corredores humanitarios abiertos son tres: Al Habit, Abu Dhur, y Al Hader3. “Las organizaciones terroristas quieren usarlos a ustedes como escudos humanos - se lee en los volantes lanzados desde el cielo - y ello impide que la unidad del Ejército pueda venir a salvarlos y a limpiar vuestro territorio de criminales terroristas”. Pocas horas después, los grupos yihadistas de al-Nusra lanzaron misiles contra los barrios del oeste de Alepo, causando tres muertos y numerosos heridos de gravedad, incluyendo niños.  

En tanto, prosigue el paso de mercenarios yihadistas desde Idlib y desde el Este del Éufrates hacia Libia, a través de Turquía. Ferho, una fuente kurda contactada por AsiaNews en Azaz (Siria) - localidad actualmente bajo la ocupación turca - informó sobre la llegada de nueve cadáveres provenientes de Libia. Los cuerpos llegaron hace tres días y pertenecen a mercenarios sirios que murieron en el Norte de África; seis formaban parte de la Brigada del Sultán Murad y fueron sepultados con documentos falsos. Se afirma que los milicianos fueron muertos por los kurdos en los combates librados en una zona siria llamada Nabea Al Slam. Según la fuente, los familiares de los fallecidos recibieron 30.000 dólares como compensación, además de la ciudadanía turca.