Bengala Occidental, inaugurada la nueva parroquia del PIME EN Kharubanga (Foto)

La iglesia de la Holy Cross está situada en el interior de la diócesis de Bagdogra, a gran distancia de los centros urbanos. Los desafíos más urgentes: aislamiento de la comunidad católica, educación de los niños, formación espiritual de los jóvenes, construcción de una iglesia más grande. “Es realmente una tierra de misión”. 

 


Nueva Delhi (AsiaNews) – Una parroquia “tras las huellas de la continuidad con los misioneros que han obrado en precedencia, para refundar la presencia del PIME en Bengala Occidental y como signo de la Providencia divina para una ayuda pastoral concreta a los católicos de la diócesis”. Es la iglesia del Pontificio instituto misiones extranjeras en Kharubanga, en la diócesis de Bagdogra, en la frontera con Bangladés, ayer la tomó en consigna. Lo narra a AsiaNews, el p. Prasanth Kumar Gunja, nuevo vice párroco de la Holy Cross Church y enviado por el instituto para recrear la presencia misionera en esta zona de India. “Es realmente- subraya- una tierra de misión. Falta de todo. La población es muy pobre, trabaja en las plantaciones de té y no frecuenta la escuela. Justamente por esto, es también más fuerte mi hambre en querer hacer más por esta gente”.

Ayer en la inauguración estaban presentes cerca de 500 personas, “entre las cuales muchos fieles, la misioneras de la Inmaculada (congregación femenina asociada al PIME, ndr), el  Clemet, ex regente de la pequeña iglesia”. Este último, prosigue el sacerdote, “concelebró la misa junto a Mons. Vincent Aind, obispo de Bagdogra, al nuevo párroco el p. Xaviour Ambati Babu, PIME, llegado de Camerún después de 15 años, y a mí, que tendré también la tarea de introducir al párroco en la vida de la comunidad.

La parroquia del PIME es una pequeña construcción a cerca de 4 Km de la calle que lleva a Calcuta. Además de la iglesia, hay sólo una habitación en la cual habitaba el ex regente y donde se alojará el  p. Prasanth. Faltan la habitación y la oficina del párroco, actualmente en construcción. “Esperamos-dice el misionero- poder terminar la semana próxima, así finalmente podemos transferirnos”. 

El lugar de culto está situado en el interior, a gran distancia de las mayores ciudades. “Es necesario alejarse diversos Km de la ruta principal-explica- para encontrar la iglesia que sirve nuevos pueblos. La zona hay casi 400 familias católicas, por un total de 1.500 fieles. La distancia es uno de los desafíos más grandes, porque las personas están aisladas de todo, de las escuelas, del mercado”.

Entre las primeras iniciativas que el PIME quisiera actuar es “ampliar la iglesia que es demasiado pequeña y tiene capacidad al máximo 150 personas. Esto quiere decir que el domingo, día en el cual casi todos los fieles vienen a misa, sólo uno sobre diez logra entrar, los otros permanecen afuera”. En segundo lugar, “queremos apuntar sobre la formación espiritual de los fieles, aliviar los contactos con las otras parroquias, hacer concreta la participación a la vida de la Iglesia como una gran familia, crear el sentimiento de reciprocidad”.

A tal propósito, agrega, “he notado una buena participación por parte de los jóvenes, que ayer han ayudado en la preparación de la ceremonia sin que nadie se lo hubiese pedido. Es síntoma que ellos están dispuestos para servir a la Iglesia y por esto da buenas esperanzas también para las vocaciones futuras”. Junto a la pastoral juvenil, dice el p. Prasanth, “debemos valorizar la educación de los niños. La parroquia dirige una escuela primaria donde estudian  271 menores hasta la cuarta clase. Sus familias son muy pobres, en su mayoría empleados en la industria del té. Ganan muy poco y no pueden permitirse pagar los estudios superiores. Quisiéramos iniciar un programa de adopción a distancia para darles un futuro diverso”.

La falta dE estructuras, la extrema pobreza, la necesidad de un cuidado pastoral, “hacen aún más urgente la presencia misionera. La inauguración, en el día de la Presentación de Jesús al Templo, es signo de la Divina Providencia, que nos guía en la ayuda a estas familias”. “Tener una parroquia del PIME-dice- en esta zona tan remota, es una gran alegría: recrea el sentido de familia, de pertenencia a la misión. Estamos listos para recoger este desafío de Iglesia en salida”. (A.C.F.)