Misión de Suihari, cuatro pueblos se preparan al bautismo

El p. Gian Battista Zanchi continúa el programa de Cuaresma en 52 pueblos. Cada día confesiones, visitas y catequesis. La comunidad que pide ser cristiana sigue un camino espiritual de 3 años. El don de los misioneros sorprende a quien no está acostumbrado a la gratuidad. 

 


Rajshahi (AsiaNews) – En la misión del PIME de Suihari, en el norte de Bangladés, 4 pueblos se preparan a recibir el bautismo. El primero de ellos será Paskur, compuesto por 9 familias de origen Santhal, por un total de 52 personas. Lo cuenta a AsiaNews el p. Gian Battista Zanchi, de 78 años, ex superior general del Instituto (2001-20013) vuelto a la misión en Bangladés a fines de su segundo mandato. “No somos nosotros que les pedimos a ellos acoger a Cristo-agrega- sino que es una elección libre, madurada en el seno de una entera comunidad que se prepara por mucho tiempo, abandonando las tradiciones tribales radicadas desde hace siglos”. 

El p. Zanchi es párroco de la Iglesia del Sagrado Corazón, en la diócesis de Rajshahi, formada por 52 pueblos con más de 5.400 fieles. “Somos realmente muchos-dice- pero por fortuna logramos servir a todos”. En el mismo complejo de la iglesia se encuentra la Novara Technical School (Escuela técnica fundada por el PIME en 1965), la casa regional y el boarding. o sea el hostal para los jóvenes. “Lamentablemente estamos obligados a mandar a casa a todos los alumnos- refiere el misionero- porque hace dos días atrás el gobierno impuso la clausura de las escuelas hasta el 31 de marzo a causa del coronavirus”. En Daca hay 10 contagiados, que volvieron del extranjero: “Esperemos recemos para que el virus no llegue hasta aquí, porque nos falta realmente todo”.

El riesgo es grande, prosigue el sacerdote, “pero nosotros vamos adelante con el programa de Cuaresma hasta cuando la diócesis no dará diversas disposiciones. Continuamos con confesiones, visitas a los pueblos, catequesis”. El pueblo de Paskur, cuenta el p. Zanchi,”será bautizado a fin de mayo y no en Pascua, porque aquel día yo y el otro sacerdote, el  p. Joseph Murmu, nos desplazaremos de pueblo en pueblo para garantizar a todos la función de la Resurrección de Cristo”. Además de esto, en “lista” hay otros asentamientos Santhal: Durgadanga (12 familias de 45 miembros, v. Foto, Damoua (7 familias, 33 personas) y Koikuri (16 familias de 61 componentes). “Han iniciado-explica- el camino de formación con un catequista fijo, un líder que guía la oración y una religiosa que se dedica a ellos a tiempo completo”. 

El misionero describe el proceso que lleva a la decisión de la conversión, acompañada luego por el apoyo espiritual del sacerdote. “Aquí funciona así: toda la comunidad presenta el pedido oficial de adhesión al cristianismo. Nosotros sostenemos esta praxis porque le da el sentido de la entera comunidad que se mete en camino. Luego la preparación del pueblo de catecúmenos dura 3 años”. 

La elección de bautizar enteras comunidades evita que los cristianos sean excluidos del resto del grupo que se opone a la conversión. “Como en el caso de un pueblo- cuenta- en el cual un muchacho y otra familia habían decidido convertirse al cristianismo. El joven era el hijo del jefe del pueblo, pero yo no lo sabía. Apenas el padre descubrió que se habían convertido, decidió castigar al hijo quitándoles el agua a las casas de ambos. Hizo construir un seto alrededor de las habitaciones para segregarlos del resto de los habitantes. Por dos años ellos estuvieron obligados a traer el agua de otro pueblo que estaba a 2 Km de distancia”.

Pero, luego, prosigue, sucedió un hecho inesperado: “La madre se enfermó y me pidió ayuda para internarla en el hospital de Rajshahi, el Sick Assistance Centre, dirigido precedentemente por el PIME y ahora por las religiosas de la Virgen Niña. Aquí fue atendida y se curó y en 15 días. Cuando volvió le dijo al marido. ¿Sabes que en el hospital de Rajshahi los enfermos son atendidos realmente bien? Hay un iglesia, pero nadie me obligó a ir a misa. Los enfermos llegan y son recibidos con amor’. Esa misma noche el marido sacó el seto y el día después dijo a todos: “Si quieren hacerse cristianos, yo no me opondré’. Hoy en ese pueblo hay muchos fieles”.

Normalmente, evidencia, “es siempre uno que inicia el progreso, porque se queda lleno de curiosidad y maravillado del modo en el cual trabajamos en el hostal, estamos al servicio, aceptamos los pedidos de ayuda sin hacer distinciones. Aquella persona que vuelve luego al propio pueblo y da testimonio de lo que probó y vio. El nuestro es un anuncio, no una constricción, no queremos ‘crear’ cristianos a toda costa. Es la gratuidad de nuestro servicio que los sorprende, el hecho que no pedimos nada en cambio. Yo recibí la fe como un don y la hago partícipe. Nosotros enseñamos a aquellos que fueron beneficiados en ayudar al otro en manera altruista”. (A.C.F.)