Daca, se propaga el Covid-19: 100 muertos y 170 médicos infectados
de Sumon Corraya

El país con 165 millones de habitantes tiene una densidad poblacional de 1265 personas por kilómetro cuadrado, y se teme que el número de contagios sea altísimo. Los problemas más graves: médicos que carecen de equipamiento de protección, o que cuentan con material de baja calidad; las aglomeraciones multitudinarias y el ocultamiento de los enfermos. La diócesis de Rajshahi y su labor en favor de los pobres y desocupados. 

 


Daca (AsiaNews) – El Covid-19 se dinfude en el país a medida que pasan los días. Al cierre de la jornada de ayer, la cifra de muertos se elevaba a 110 y el número de infectados llegó al pico más alto registrado en un solo día: 492.

Bangladés está luchando contra el coronavirus desde el 8 de marzo, fecha en que se descubrieron tres casos positivos. Hasta ayer, el número total de infectados sumaba 2948; de éstos, 85 están recibiendo cuidados intensivos en centros hospitalarios. 

El hecho más preocupante es que al menos 179 médicos han contraído el coronavirus. Según datos del Ministerio de Salud, el país, con una densidad poblacional elevadísima (1265 por km cuadrado), solo cuenta con 6 profesionales sanitarios (médicos, enfermeros, especialista en obstetricia) por cada 10.000 habitantes. Cabe destacar que Bangladés tiene 165 millones de habitantes. 

El Ministerio también ha confirmado que al día de hoy, al menos 130 enfermeros y personal de servicio han dado positivo al virus, en tanto 400 médicos se encuentran en observación, sometidos a una cuarentena en sus domicilios. 

Los expertos señalan que la principal razón de la elevada tasa de infección del personal médico es la “baja calidad” del equipo de protección que se brinda a los doctores, a lo cual se suman las aglomeraciones multitudinarias, y el ocultamiento de pacientes con síntomas de Covid-19.

Hay escasa conciencia del peligro y las personas tienden a esconder la enfermedad y no respetan la cuarentena. Mucha gente va al mercado y está en contacto con otras personas, o bien participan en funerales concurridos. Hace dos días, en plena cuarentena, al menos 100.000 personas participaron del funeral de Zubair Ahmed Ansari, un predicador islamista, en una aldea del distrito de Brahmanbaria, a unos 100 km de la capital. La policía trata de controlar la afluencia, pero todo resulta prácticamente inútil. 

Al mismo tiempo, crece la marginación social hacia aquellos que combaten el virus. Las personas que trabajan en los hospitales  – médicos, enfermeros, voluntarios – son expulsadas de sus casas y habitaciones alquiladas. Ayer, en Kushtia, el propietario de un apartamento le prohibió a una enfermera ingresar al edificio. 

La parálisis en las actividades también ha creado muchos desocupados y pobres. El gobierno trata de aliviar la situación con programas de ayuda, pero muchos líderes locales se aprovechan de estas iniciativas. Al menos 14 líderes locales fueron despedidos por corrupción en la distribución de ayudas. 

Por temor a infectarse, muchos hospitales privados, centros de diagnóstico y dispensarios se encuentran cerrados. De esta forma, numerosas personas enfermas de Covid-19 no pueden recibir atención médica. En las últimas 24 horas, cerca de 200 personas murieron por cuadros de tos, fiebre, dificultades respiratorias y diarrea. 

Para el Dr. Mustak Hosian, asesor del Instituto de Salud Pública en el área de Infectología y Control de Enfermedades, “la tasa de mortalidad es altísima en Bangladés, comparada con otros países afectados por el coronavirus. Todo ello resulta sumamente preocupante”. 

La minoría católica está compuesta mayormente por tribales: estas personas son marginadas por su fe y por la etnia de pertenencia, y ahora también por no tener trabajo.  “Estamos haciendo una colecta de dinero, pidiendo ayuda a los ricos católicos y a organizaciones de crédito corporativo para ayudar a los tribales católicos más necesitados”, dice a AsiaNews Mons. Gervas Rozario, obispo de Rajshahi. El prelado cuenta que a las personas necesitadas se les entrega dinero para que puedan comprar comida, ya que los tribales no pueden salir para buscar trabajo durante el día. “Hasta ahora – dice Mons. Rozario – hemos recaudado 550.000 takas (casi 6044 euros)”.

Muchas otras diócesis de Bangladés están haciendo lo mismo.