En Daca, una enfermera católica lucha en primera línea contra el coronavirus
de Sumon Corraya

Crece el número de casos de contagio en el país. Médicos y enfermeros abandonan los hospitales para no enfermarse. Tithy Margaret Costa: “La fe me ayuda a atender a los enfermos”. A la población le cuesta respetar el distanciamiento social. Reabrieron las fábricas textiles.


Daca (AsiaNews) – Tithy Margaret Costa, una enfermera católica del Kurmitola General Hospital, lucha en primera línea contra el coronavirus. La suya es una tarea riesgosa. El hospital público de la capital puede alojar hasta 500 enfermos de Covid-19. A diario se registran muertos entre los casos más graves, mientras el flujo de nuevos pacientes crece continuamente. Al día de hoy, ya se han contagiado seis colegas de Costa, un médico y un empleado de limpieza.

Los casos de infección en el país suman 11.719 y 186 muertos; más de 1.400 personas ya se han recuperado. Entre los últimos figuran 30 fieles cristianos. Sin embargo, los números no reflejan la realidad, ya que las autoridades han realizado pocos tests de diagnóstico. 

Costa considera su trabajo como una misión, pero igualmente es duro para ella ver que todos los días muere alguien por el coronavirus. “Muchos, inclusive médicos y enfermeras, han abandonado el hospital para no enfermarse; yo jamás lo haré. Es el momento de demostrar mi talento y valentía, ayudando a estas personas indefensas”. 

La enfermera de 28 años reside en Daca y pone en riesgo su salud a pesar de ser madre de un niño. Su marido jamás pudo disuadirla de atender a los enfermos de coronavirus. Cada vez que vuelve a casa, él la ayuda a desinfectarse para limitar las posibilidades de contagio en la familia. 

“Los enfermos de Covid-19 – cuenta Costa - esperan de nosotros amor, paciencia y compasión. La fe me ayuda a brindarles la mejor atención posible”. La enfermera cuenta que un anciano musulmán, una vez curado, le pidió a Alá una bendición para ella. 

Costa está preocupada por el futuro. El gobierno ha dictado medidas de aislamiento social y el bloqueo económico hasta el 16 de mayo, pero a la población le cuesta acatar el distanciamiento social. La alta densidad poblacional y la difusión de la pobreza favorecen la propagación de la enfermedad. Los casos de contagio están en aumento, y desde el 4 de mayo reabrieron las fábricas textiles, que generan el 80% de las exportaciones, empleando a buena parte de la fuerza laboral nacional.