Wang Quanzhang: En la cárcel padecí torturas para sacarme una confesión

El abogado por los derechos humanos en la primera entrevista concedida después de haber terminado de descontar su pena en abril. Él había transcurrido 4 años encarcelado por “subversión contra el Estado”. Después de haber sido golpeado por horas, las autoridades carcelarias lo obligaron a firmar una declaración jurada de culpabilidad. Wang: “Policía, magistrados, investigadores han dado vuelta a la ley”.

 


Beijing(AsiaNews/Agencias) – Para sacarle una declaración de culpabilidad, en la cárcel lo torturaron. Lo reveló ayer el abogado por los derechos humanos Wang Quanzhang a la agencia japonesa Kyodo, en la primera entrevista concedida a un órgano de prensa después de haber descontado su pena en abril.

Wang transcurrió más de detención de 4 años en una cárcel de Shandong, el activista pudo lograr alcanzar a su familia en Beijing sólo el 27 de abril, después de 2 semanas de cuarentena por el coronavirus y una ulterior detención de 7 días.

Él había sido arrestado en 2015 en una operación de seguridad denominada “709” (en cuanto comenzó el 9 de julio de ese año), que había afectado a otros 300 colegas- entre éstos algunos cristianos protestantes y católicos. Muchos de ellos fueron procesados y luego condenados; varios han “confesado” en video sus culpas: otros salieron de la prisión muy probados desde un punto de vista y psicológico, a causa de las torturas padecidas. 

Además de los fieles del Falun Gong, Wang se vino a conocimiento de su defensa también a activistas políticos (entre los cuales exponentes del Movimiento de los ciudadanos nuevos), las comunidades cristianas subterraneas y campesinos víctimas de expropiaciones consideradas ilegales.

Wang cuenta que en la prisión 2 agentes de policía los custodiaban 24 horas por día. Para debilitar su resistencia, lo obligaban a permanecer de pie con las manos en alto por 15 horas seguidas. Hasta cuando al final agotado, dejabas caer los brazos, entonces sus carceleros le gritaban ¡Traidor!”.

Después de haber sido abofeteado por horas, golpeado y pateado, el activista de 44 años fue obligado a firmar una declaración jurada con la cual “confesaba” de haber intentado derrocar el gobierno gracias a fondos recibidos desde el extranjero.

Durante el primer proceso contra él, que se desarrolló a puertas cerradas, el activista fue tirado al suelo por los guardias por haber pedido a los jueces qué entendían por “gobierno del país fundado sobre la ley”. El código de procedimiento penal chino en modo explícito el uso para extorsionar confesiones. Cuando Wang intentó luego recurrir en apelación por la condena a 4 años, un oficial judicial lo amenazó prospectándole un aumento de la pena a 8 años.   

“Mi caso-afirma Wang-demuestra que el procedimiento judicial en China está lleno de lagunas. Policía, magistrados investigadores y jueces han trastornado la ley”. El mes pasado, él había anunciado que quería recurrir en apelación contra su condena.