Premios Nobel, activistas y políticos: alarma por la democracia, víctima del Covid-19

Entre los más de 500 firmatarios están los asiáticos Shirin Ebadi y José Ramos-Horta, la ex secretaria de Estado Albright, y el actor Richard Gere. La emergencia sanitaria “un formidable desafío mundial”. La lucha al coronavirus usada para reprimir la libertad. El caso Filipinas: durante la pandemia Duterte reforzó sus propios poderes. Las acusacions a China.

 


Bangkok (AsiaNews/Agencias) - Entre las víctimas de la pandemia global de Covid-19 arriesga de estar también la democracia; algunos gobiernos, de hecho, usan la lucha al nuevo coronavirus para “reforzar las fuerzas del propio poder”, minando en lo profundo los derechos de base los derechos de base y las libertades civiles. es la alarma lanzada por más de 500 entre líderes políticos, intelectuales, activistas y premios Nobel, en una carta firmada entre otros por Shirin Ebadi, Lech Walesa y José Ramos-Horta, por la ex secretaria de Estado Madeleine Albright y por el actor y activista Richard Gere. La emergencia sanitaria, advierten los autores es un “un formidable desafío mundial a la democracia”. 

Ya en las semanas pasadas las Naciones Unidas habían lanzado la alarma, hablando de explotación” de la lucha contra al Covid -19 para reprimir las libertades democráticas y personales. Ahora la alerta viene relanzada por centenares de personalidades de primer plano de la política, de la cultura y del activismo según los cuales “las personas que aman “a la democracia)” deben unir “voluntad, disciplina y solidaridad para defenderla”.  

“Están en juego-prosigue el texto- la libertad, la salud y la dignidad de las personas por todas partes”.

La carta que entiende despertar “las conciencias y movilizar a los ciudadanos”, nace por iniciativa del Instituto internacional para la democracia y la asistencia electoral (International Idea), organismo con base en Estocolmo, en Suecia. La pandemia ya ha determinado “pesadas consecuencias” a nivel económico y social”, continúan, y es “bastante probable que esté ya determinando profundas consecuencias políticas”, afirma el secretario general Kevin Casas-Zamora. 

Si bien las consecuencias en el plano político estén aún en las primeras fases, el secretario general evidencia algunos casos preocupantes “como Hungría, donde los poderes especiales invocados por el gobierno” no tendrían un “término último”. En este caso se reveló determinante la intervención del Parlamento que, el 16 de junio pasado, anuló la decisión.

Está el caso, agrega Kevin Casas-Zamora, de Filipinas del presidente Rodrigo Duterte que reforzó sus propios poderes con la pandemia y en el Salvador, el uso de los centros de detención para los enfermos. Los poderes especiales, advierte el activista, son “parte del arsenal” de armas que se pueden usar para contrarrestar el difundirse del virus pero deben ser “proporcionales” a la emergencia.

El documento no cita expresamnte la falta de democracia en China, pero la cita en este modo: "No es un caso que la presente pandemia comenzó en un país donde el flujo libre de las informaciones es sofocado y donde el gobierno castiga las advertencias sobre el peligro del virus- advertencias que fueron vistas como difusión de voces que dañan el prestigio del Estado. Cuando las voces de ciudadanos responsables son suprimidas, los resultados pueden ser mortales, no sólo para una nación, sino para el mundo entero"