Kondrusiewicz sigue siendo ciudadano bielorruso. Navalny quiere regresar a Rusia
de Vladimir Rozanskij

Para las autoridades de la aduana, la expulsión del obispo es parte de una “verificación” de rutina. La teóloga Natalja Vasilievič: Esta gente solo es capaz de usar la fuerza, de asustar y amenazar, pero este infantilismo no es digno del poder. La procesión cotidiana en Minsk, para pedir el retorno de Kondrusiewicz y el fin de las persecuciones. El card. Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, interviene para apoyar el regreso del prelado. Ortodoxos: Frente a la bestialidad y a las ofensas contra la dignidad de la Iglesia no se puede permanecer neutral. Navalny desestima las investigaciones sobre su incidente.


Moscú (AsiaNews) - La negativa de ingresar a Bielorrusia, recibida por el arzobispo de Minsk, Tadeusz Kondrusiewicz (foto 1), depende de un procedimiento de verificación sobre la ciudadanía del obispo metropolitano, que está realizando la oficina de aduanas, según declaró el responsable de la oficina de gobierno, Aleksej Begun. Dicha  verificación, precisó, no significa que se le haya negado la ciudadanía bielorrusa; “El ministro del Interior está efectuando una verificación sobre los documentos de naturalización de Kondrusiewicz”. Según el funcionario, cada año se realizan más de 1000 procedimientos de verificación sobre los ciudadanos bielorrusos; en el caso de Kondrusiewicz, el suyo habría comenzado hace pocas semanas, y el hecho de que se efectuara en los días de las protestas callejeras “sería mera coincidencia. Para nosotros hubiera sido mejor que el obispo permanezca en el país”. El pedido de aclaraciones presentado por Kondrusiewicz será tomado en consideración en los próximos días, según Begun.

La politóloga y teóloga bielorrusa Natalja Vasilievič comentó en el sitio naviny.by que la expulsión de Kondrusiewicz fue un grave error estratégico de las autoridades bielorrusas: ahora, el obispo puede pasear por toda Europa y relatar las persecuciones en Bielorrusia, “y sin duda, le creerán; quien organizó la expulsión, probablemente haya recibido un premio, cuando lo cierto es que deberían despedirlo. Esta gente solo es capaz de utilizar la fuerza, de asustar y amenazar, pero este infantilismo no es digno del poder. Según Vasilievič, esta actitud no hace más que alimentar la hostilidad de los católicos, y el Vaticano no puede sino interpretarlo como una señal de inadecuación e incompetencia del régimen. 

En este sentido, el card. Pietro Parolin, Secretario de Estado vaticano, declaró hace un par de días: “Insistimos para que el obispo Kondrusiewicz pueda regresar a la sede y continuar como guía de su grey, recordando siempre el rol de la Iglesia: ser factor de reconciliación, diálogo y paz”.

El pasado 11 de septiembre los católicos bielorrusos organizaron una procesión en la que participaron fieles de todas las parroquias de Minsk (foto 2).  La marcha se repite todos los días, de forma más acotada, en la iglesia de la Santa Cruz, la parroquia católica más antigua de la capital. La marcha pide que “cesen las persecuciones contra la Iglesia” y que se permita el retorno del arzobispo Kondrusiewicz. Quien organiza las procesiones es el padre Jurij Sanko, párroco de la iglesia de la Santa Cruz, junto al vicario general, el obispo Jurij Kosobutskij. Este último declaró que “la negativa al retorno del arzobispo, que es ilegal, es un golpe grave para toda la comunidad católica del país, que se ha quedado sin su pastor”. 

En la homilía del 14 de septiembre, Kosobutskij subrayó la importancia del compromiso espiritual sobre uno mismo, y el carácter inaceptable del juicio hacia los demás, como enseño Jesús. “En estos días, se ha vuelto muy popular una canción de Viktor Tsoj, que habla del viento de los cambios: todos debemos comenzar por el cambio de nosotros mismos, de nuestro corazón. A este fin colaboran la oración, la solidaridad y la acogida hacia todos, sin excluir a nadie, incluso a los que nos ofenden”, afirmó el obispo y vicario.  

El nuevo obispo metropolitano ortodoxo Benjamin (Tupeko) difundió un llamamiento en el canal televisivo Spas. En su mensaje invita “a las personas que no tienen paz en el alma, y se ven impulsadas a oponerse a cualquiera” a “esforzarse por comprender las razones de la parte contraria, pero no para justificar el pecado, sino para perdonar al pecador”. Según un sacerdote bielorruso, el padre Aleksandr Shramko, el metropolitano invita a “no oponerse a la mentira, tratando de engullirla”, como declaró a Credo.Press.ru. Otro sacerdote ortodoxo, el padre Sergij Timoshenkov, director de la Secretaría misionera de la Iglesia ortodoxa en Bielorrusia, afirmó en declaraciones al sitio ahilla.ru que “frente a la bestialidad y frente a las ofensas cometidas contra la dignidad de la Iglesia, no se puede permanecer neutral”. Benjamin difundió una fotografía en la que aparece junto a sus predecesores, Filaret (Vakhromeev) y Pavel (Ponomarev), para mostrar la continuidad de la guía del Exarcado bielorruso. 

La incertidumbre sobre el futuro del país también se constata en la escasa confianza de los bielorrusos en los depósitos bancarios: en el solo mes de agosto, de los bancos locales se retiraron depósitos por más de un millardo de dólares, y el rédito anual de las cuentas bancarias escaló un 20%, como suele ocurrir en los países que se encuentran en la vigilia de cambios radicales. A Bielorrusia llegó un contingente de más de 1500 soldados rusos sumado a más de 150 unidades técnicas de la fuerza aérea y vehículos terrestres. Según la versión oficial, participarán de “ejercicios acordados” con el ejército bielorruso. El 14 de septiembre, fue arrestado otro miembro del Centro de coordinación de la oposición, Konstantin Titov.

Para consuelo de todos los opositores en Rusia y Bielorrusia, Aleksej Navalny ayer publicó su primera fotografía desde Berlín (foto 3), luego de permanecer en coma tras sufrir un envenenamiento, y declaró que su intención es regresar a su patria lo antes posible, sin la necesidad de investigaciones sobre su incidente.