Cada vez más empresas europeas invierten en Taiwán

Gracias a la hábil gestión de la pandemia, Taipéi se posiciona como un mercado confiable y en expansión. Los europeos se muestran interesados en un floreciente sector tecnológico y en las energías renovables. Las inversiones en la isla muestran un crecimiento del 10,6% a lo largo de este año. Los franceses y alemanes, a la cabeza. Un verdadero cachetazo diplomático para China (con la ayuda de la UE). 

 


Taipéi (AsiaNews) – Crece el interés de las empresas europeas en Taiwán, un mercado confiable y en expansión, a pesar de los efectos negativos de la pandemia y de la guerra comercial (y geopolítica) entre China y los EEUU

Gracias a la hábil gestión de la emergencia por coronavirus, la economía de la isla pasó a ser una de las más dinámicas del mundo. La velocidad con que Taiwán supo contener el Covid-19 le permitirá recuperar los niveles de empleo previos a la crisis, mucho antes que otras naciones. 

Días atrás, durante un foro de inversiones en la ciudad de Taipéi, la presidente Tsai Ing-wen recordó que la Unión Europea es el primer inversor en la isla. El año pasado, el volumen de inversiones rondó el billón de dólares taiwaneses (29.5 millardos de euros), suma que representa el 25% del total de inversiones recibidas por Taiwán. Cabe remarcar que en el 2016 la suma fue cinco veces menor, con poco más de 6 millardos de euros. 

En el primer semestre del año, las inversiones extranjeras en la isla se incrementaron un 10% en comparación con el mismo período del año anterior. Un dato que contrasta con la situación mundial: a causa del Covid-19, la agencia de la ONU en el área de desarrollo y comercio estima una caída del 40% en las inversiones a nivel global. 

Según Tsai, hay un buen margen para incrementar la cooperación con Europa en el desarrollo de la inteligencia artificial, en las redes de internet ultraveloces 5G y en los sistemas de protección de datos sensibles.

Las empresas francesas (ya hay más de 200 operando en la isla) están dispuestas a reforzar su colaboración con sus pares locales, sobre todo con aquellas compañías que se dedican a la producción de computadoras y microchips. Los operadores del norte de Europa desean adquirir una cuota del mercado taiwanés enfocado en la producción de energía eólica en alta mar; según el gobierno local, para el año 2025, este recurso cubrirá el 20% de la demanda energética nacional.

Desde Alemania, el coloso Siemens está dispuesto a invertir en un proyecto para el ensamblado de turbinas eólicas en los alrededores de la ciudad de Taichung. En Taiwán hay 250 empresas alemanas: al día de hoy, ya han invertido 4 millardos de euros. 

El tamaño de la isla le impide convertirse en una alternativa comercial a China, mirada con creciente sospecha por parte de los inversionistas europeos, debido a sus prácticas desleales. Aún así, la isla no deja de ser un mercado atractivo para las empresas europeas, ya que les permite diversificar su cartera de inversiones.

Esta tendencia se ha ido incrementando gracias a los estrechos lazos que la Unión está construyendo con Taiwán. Gracias a la ayuda europea, Taipéi ayer festejó una (rara) victoria diplomática contra Beijing: logró que una alianza global de alcaldes dejase de señalar seis ciudades taiwanesas como parte de China. El régimen chino considera que la isla es una “provincia rebelde” y no excluye la opción de reconquistarla con el uso de la fuerza en un futuro cercano.