Los grandes proyectos de Yakarta amenazan a agricultores, pescadores y comunidades indígenas
de Ati Nurbaiti

Intimidan o arrestan a cualquiera que intente detener las expropiaciones aprobadas por las autoridades para desarrollar cultivos o construir puertos y otras estructuras marítimas. La ayuda de la Iglesia. Ofrecen compensaciones irrisorias por las tierras confiscadas. Las autoridades actúan en connivencia con grupos extranjeros.


Yakarta (AsiaNews) - Para los agricultores, pescadores y comunidades indígenas, los grandes proyectos de infraestructura y agricultura del gobierno están amenazando las fuentes de alimentación, el agua, los medios de vida e incluso sus hogares. Afirman que han sido intimidados o detenidos cuando intentaron oponerse a las compensaciones y expropiaciones aprobadas por las autoridades para desarrollar cultivos y construir puertos y otras estructuras marítimas.

Recientemente, en varias ciudades de Indonesia, decenas de personas fueron arrestadas durante las manifestaciones contra una ley "ómnibus" que flexibiliza las restricciones para realizar inversiones, incluso con respecto a la seguridad ambiental y la compra de tierras. A pesar de la pandemia, los pequeños agricultores indonesios han sido capaces de sostener sus comunidades, pero las compensaciones y expropiaciones los han convertido en “refugiados en su propia tierra”, dice Dinda Nuur Annisaa Yura, presidente de la organización no gubernamental Solidaridad de las Mujeres por los Derechos Humanos (Solidaritas Perempuan).

En la provincia de Nusa Tenggara Oriental, donde vive el famoso dragón de Komodo, decenas de familias indígenas del bosque de Pubabu fueron expulsadas en agosto; durmieron a la intemperie hasta que la iglesia local les proporcionó refugio. Un video que muestra los abusos contra ellos atrajo la atención de la opinión pública. En paralelo, el 17 de agosto, día de la independencia, el presidente Joko “Jokowi” Widodo vistió un traje tradicional de la misma regencia (Timor Tengah Selatan) donde se habían producido los desalojos.

Una mujer que vive en la región, Martheda Esterlina Selan, pidió al gobierno que la expulse a ella y a otros indígenas basipae "fuera del país" si las autoridades pueden demostrar que la expropiación de sus tierras ancestrales tiene una base legal. “Nosotros protegemos [esta tierra] para que nadie dañe el bosque”, dijo “Mama Ester” en un reciente webinar, y agregó que ahora su comunidad ya no puede buscar tamarindo y miel para vender. 

Los abogados dicen que los habitantes de la zona hace mucho tiempo que han demostrado ser propietarios de la tierra. Los interesados se preguntan si una "mafia de la tierra" está influyendo en la toma de decisiones. Las autoridades responden que con los nuevos proyectos han dado trabajo a cientos de personas en los cultivos de plantas medicinales, como el kelor (Moringa oleifera) y de árboles para leña (lamtoro).

Una situación similar se produjo en el norte de Sumatra. Según informes de la prensa, decenas de indígenas locales denunciaron que fueron atacados por los guardias de seguridad de una empresa de cultivos de propiedad estatal, y por policías y personal militar. Para la Alianza Popular del Archipiélago, el enfrentamiento que se ha verificado en la regencia de Langkat fue una advertencia a 500 familias para que abandonaran el área de 117 hectáreas destinada a la producción de azúcar. Los residentes han rechazado ofertas de 2 millones de rupias (unos 115 euros) por cada hectárea de tierra en la que cultivan frutas y hortalizas, y afirman que rinden 2,5 millones de rupias (143 dólares) al mes por familia.

En las Célebres de Sur, la Coalición para Salvar los Mares de Indonesia ha pedido a los gobiernos de Indonesia y Holanda que dejen de entregar compensaciones por las tierras para la ampliación del nuevo puerto de Makassar. El proyecto implicará el desplazamiento de 5.000 personas. La empresa de dragado holandesa declara que ha proporcionado "soluciones sostenibles desde el punto de vista ambiental" para el desarrollo de proyectos marítimos en 90 países. Las autoridades afirman que la gente del lugar ha aceptado las ofertas de compensación, pero ellos lo niegan.

El puerto de Makassar es un elemento clave en el ambicioso plan de Jokowi para mejorar las conexiones marítimas en la "nación archipiélago" más grande del mundo. Según los responsables del proyecto, la construcción de la estructura ya ha reducido las demoras en las operaciones de carga y descarga de 2-3 días a 24 horas, y debería reducir los precios logísticos en un 30%.

Mientras tanto, los pescadores de la capital protestan contra los planes para desarrollar una nueva zona portuaria y un gran dique para evitar inundaciones. Además de pagar más por el agua potable, los pescadores locales enfrentan mayores costos de combustible porque las obras de construcción los obligan a navegar más lejos de la costa para encontrar suficiente cantidad de peces. Ya en 2016 informaron que se había producido una caída drástica en los ingresos de 300.000 (17 euros) a 50.000 rupias (3 euros) por día.