Lahore: Sawan Masih, víctima de blasfemia, libre después de seis años en el corredor de la muerte
de Shafique Khokhar

Cristiano, de 38 años, fue condenado a la pena capital en primer grado en 2014. Un amigo musulmán lo acusó de insultar al profeta Mahoma. La calumnia como excusa para expulsar a los cristianos y apoderarse de sus tierras. Activista a AsiaNews: las leyes sobre la blasfemia se usan como venganza o para resolver controversias personales.

 


Después de pasar más de seis años en el corredor de la muerte, el Tribunal Superior de Lahore (Punjab) absolvió el pasado 5 de octubre al trabajador sanitario cristiano Sawan Masih, de 38 años, del cargo de blasfemia que, en primera instancia, lo había condenado a la pena el capital. Comentando el fallo con AsiaNews, el activista y defensor de los derechos humanos Suneel Malik señaló que "confirma estudios según los cuales las leyes sobre la blasfemia se utilizan para resolver disputas personales y controversias por la tierra". Por esos cargos "totalmente fabricados", continúa, "estuvo en prisión más de siete años, a pesar de no haber cometido ningún delito".

Sawan Masih, esposo de Sobia y padre de tres hijos (Noor de 16 años, Saim de 14 años y Rebeca de 12 años) fue condenado el 8 de marzo de 2014 por insultar al profeta Mahoma durante una conversación con un amigo musulmán. El acusador Shahid Imran declaró que él había dicho "Jesús es genuino" y es "el verdadero hijo de Alá" y "volverá, mientras que su profeta es falso. Solo Jesús es la verdadera fuente de salvación”.

El incidente desencadenó una violenta campaña anticristiana de grupos extremistas islámicos que provocó el asalto de una turba enfurecida de más de 3.000 personas contra Joseph Colony, una zona de mayoría cristiana en Lahore. Durante el ataque se destruyeron o incendiaron 150 casas, 75 tiendas y dos iglesias, incluyendo la casa del propio Masih, y los altoparlantes de las mezquitas lanzaban a grandes voces (falsas) acusaciones contra los cristianos.

Los jueces del Tribunal Superior consideraron que Sawan Masih no cometió blasfemia; más aún, el gran acusador Shahid Imran, podría acabar en el estrado por calumnias. Detrás de la denuncia estaba, de hecho, un rico empresario local, que quería apoderarse de la tierra de los cristianos con fines industriales, expulsándolos de la Colonia Joseph. Masih reiteró su inocencia y consiguió que cancelaran la pena de muerte dictada en primera instancia el 27 de marzo de 2014, en virtud del artículo 295 C del Código Penal de Pakistán. Tres años después, en 2017, un tribunal antiterrorista había absuelto a más de 100 musulmanes sospechosos de participar en el ataque contra la colonia cristiana.

El reverendo Javed Bashir, de la Iglesia Pentecostal Voice of Christ en Karachi, confirma que en Pakistán "las falsas acusaciones de blasfemia a menudo están motivadas por la venganza personal y el odio religioso" y las normas "se usan para resolver disputas personales". Sin embargo, el reciente fallo de los jueces de Lahore restaura la justicia y el honor del poder judicial del país.

Repasando todas las etapas de la historia, desde la falsa acusación hasta el ataque a la colonia Joseph, el activista considera que Suneel Malik, el cristiano de 38 años "pagó un alto precio por un crimen que nunca cometió". Por esa razón, continúa, es "imperativo que el gobierno persiga y castigue las falsas acusaciones y los testimonios inventados", que prevén penas que van desde seis meses hasta siete años de cárcel. La activista Shazia George destaca la presión a la que están sometidos los jueces "por grupos religiosos" para que dicten sentencias de condena en casos de blasfemia. “Las estadísticas oficiales -concluye- muestran que al menos 80 personas, entre jueces, abogados y políticos, han sido asesinadas extrajudicialmente por apoyar a los acusados ​​en casos de blasfemia o por haber manifestado su desacuerdo con las leyes”.