Líderes cristianos arremeten contra los políticos que orquestan el derrumbe del Gran Líbano

El patriarca maronita acusa a la clase dirigente de egoísmo y de priorizar los intereses personales. La idea es minar las bases de la nación "para acaparar lo que queda". Se necesita un Ejecutivo compuesto por "figuras independientes" para impedir el asalto de las "fuerzas internas y externas". Metropolitano ortodoxo griego: arrastran al Líbano "al fondo del abismo".

 


Beirut (AsiaNews/Agencias) - Los líderes cristianos libaneses vuelven a atacar a la clase dirigente del país, acusándola de egoísmo y de priorizar los intereses personales. Lo que pretende es derribar la idea misma de nación para repartirse "lo que queda" de ella. Al día siguiente de la visita del representante del Presidente francés, Patrick Durel, enviado a una misión especial en Beirut en nombre de Emmanuel Macron, el Patriarca Maronita Card Beshara Raï levanta el dedo acusador contra los que orquestan “la caída del Gran Líbano, para acaparar” lo que queda de él. Para el purpurado, la misión del diplomático transalpino es un último intento de "llamar a la razón" a una clase política que es "completamente ajena a las necesidades de la gente". 

En la homilía de la misa dominical, el primado maronita ataca a los dirigentes que procuran "cambiar el rostro" de la nación e insiste en la creación de un Ejecutivo compuesto "en su totalidad, no sólo en parte, por figuras independientes". "Esta insistencia", añadió, “en impedir la formación de un nuevo ejecutivo y en ignorar los intereses del pueblo y del país forman parte de un proyecto que pretende derribar al Gran Líbano para hacerse de lo que queda”.

El país, agrega, “está a merced de fuerzas internas y externas que quieren atacarlo por intereses personales, confesionales e internacionales. Finalmente, sin nombrarlos, el cardenal se dirige a los "saboteadores de diferentes formaciones políticas", acusándolos de no querer "un estado civil separado de la religión", una nación "con diferentes religiones y culturas, como lo había imaginado el patriarca Élias Hoyek”.

A mediados de octubre, el Presidente Michel Aoun confió el mandato al Primer Ministro Rafic Hariri (quien ya ocupó tres veces el cargo), para impulsar el nacimiento de un nuevo ejecutivo. La crisis del último año es sólo una de las muchas dificultades que afectan la política, la economía y las propias instituciones. Una situación precaria, a la que el Covid-19 y la doble explosión en el puerto de Beirut han dado el tiro de gracia, empujando al 55% de la población por debajo de la línea de pobreza en un contexto marcado por la emergencia continua. La extrema precariedad ha desencadenado un aumento de los suicidios y una carrera para comprar los pocos medicamentos que quedan. Mientras tanto, los hospitales se encuentran en condiciones catastróficas

Durante la misa celebrada ayer en la iglesia ortodoxa-griega de San Jorge, el obispo Metropolitano Élias Audi atacó a la clase dirigente por su gestión de las cuestiones de gobierno y por sus intervenciones posteriores a la explosión en el puerto de Beirut. "Los responsables -dijo en su homilía- sólo se preocupan por sí mismos" y por negociar tal o cual ministerio, pero ha llegado la hora de “dejar de tergiversar” y de formar un ejecutivo de verdad. Luego de enumerar los fracasos de la clase gobernante dijo: “No es demasiado tarde para retomar el hilo del discurso y entender que se está llevando al Líbano al fondo de un abismo” del cual podría no salir.