Delhi, la Corte Suprema y la confesión sacramental: ¿violación de la privacidad?

La autoridad judicial suprema ha aceptado estudiar el planteo que hicieron tres fieles de la Iglesia Ortodoxa de Malankara, con sede en Kerala. Una norma de esta Iglesia, que se remonta a 1934, obliga a los fieles a confesarse al menos una vez al año y que el nombre de los penitentes se inscriba en un registro. Los tres acusadores afirman que la confesión se ha utilizado a menudo para obtener dinero o favores sexuales amenazando a los penitentes con revelar sus pecados.

 


Delhi (AsiaNews) - La confesión sacramental obligatoria una vez al año es una violación de la privacidad individual. Además, la confesión de los pecados por parte de las mujeres las expone a abusos y chantajes.

Tres miembros de la Iglesia Ortodoxa de Malankara, con sede en Kerala, presentaron una petición ante la Corte para solicitar un juicio. En el día de ayer, el tribunal decidió estudiar el asunto.

Mathew T Mathachan, Shaji P J y Jose C V consideran que "la obligación de confesarse es una intrusión grave en la esfera privada de una persona".

La denuncia se refiere a una norma de su Iglesia que se remonta a 1934 y exige que, para pertenecer a la comunidad ortodoxa, es obligatorio confesarse por lo menos una vez al año. El nombre de los penitentes y su confesión se asientan en un "registro de confesiones", que se actualiza constantemente.

Los tres acusadores afirman que el "registro de confesiones" se ha convertido en "un instrumento de explotación de hombres y mujeres por parte de sacerdotes inescrupulosos" que amenazan con hacer públicos los pecados a menos que los hombres paguen con dinero; las mujeres, por otro lado, serían presuntamente obligadas a someterse a actos sexuales.

Efectivamente, en 2018 la Iglesia Ortodoxa suspendió a divinis a cinco sacerdotes acusados ​​de abusar sexualmente de una madre de dos hijos, utilizando su confesión sacramental como arma. El primer sacerdote abusó de ella amenazando a la mujer con revelar sus secretos confesionales a su marido. También filmó el acto sexual y el video se convirtió en un arma de chantaje para otros sacerdotes.

"Estos abusos y manipulaciones - afirman los tres denunciantes - hace décadas que ocurren". Los fieles "se ven obligados a permanecer inmóviles y en silencio por temor a ser expulsados ​​de la parroquia, excomulgados o condenados al ostracismo".

Por su parte, el portavoz de la Iglesia Ortodoxa, el padre Johns Abraham Konatt, dijo que "puede ser que haya habido algunos casos de manipulación de la confesión, pero eso no significa que se deba descartar todo el sacramento", porque es "parte integral de la práctica de la fe cristiana".

En 2018, el tribunal de Kerala recibió una petición similar, afirmando que la confesión era contraria a la constitución india que garantiza el derecho a la vida y la libertad personal”.

El tribunal rechazó la petición y recordó que la constitución establece que una persona "tiene derecho a participar o abandonar la religión de su elección, y no existe ninguna obligación".