Navidad con los dalit del santuario de Nuestra Señora de Periyanayagi
de Devasagaya Raj

A pesar de la pobreza, cada familia de las aldeas dalit contribuye con su propio dineropara decorar la iglesia, construir el pesebre y todo lo demás. No pueden intercambiar regalos, pero preparan comidas especiales para el desayuno y el almuerzo y las comparten con las viudas y los pobres de la aldea.

 


Mumbai (AsiaNews) - El padre Devasagaya Raj es el párroco del Santuario de Nuestra Señora de Periyanayagi en el distrito de Cuddalore en Tamil Nadu y fue secretario nacional de la Oficina para las castas programadas / clases atrasadas de la Conferencia Episcopal de la India (CBCI). El sacerdote cuenta sobre la Navidad en la pandemia de Covid 19 de los cristianos dalit de su parroquia. Para ellos, la Navidad es una celebración comunitaria. 

La Navidad para los cristianos dalit de las aldeas siempre está centrada en la Iglesia. En Navidad, cada familia de los pueblos dalit contribuye con su propio dinero para decorar la iglesia, construir el pesebre y todo lo demás. El trabajo suelen hacerlo los jóvenes del pueblo. Usan su creatividad para que sea diferente cada año.

Los cristianos son solo el 2,3% de los indios. El nacimiento del Niño Dios siempre atrae a otras personas religiosas que, independientemente de la casta, visitan los pesebres y rinden homenaje al Niño Jesús. Los niños y jóvenes hacen procesiones por las calles de los pueblos desde principios de diciembre cantando bhajans. La celebración de la Navidad en las familias cristianas dalit es muy sencilla. El día de Navidad los niños seguramente tomarán un buen desayuno, mientras por lo general no comen nada o tienen un humilde cocido de arroz. Las reuniones se hacen por la tarde.

Para Navidad compran ropa nueva. Como son pobres, no pueden intercambiar regalos, pero preparan comidas especiales para el desayuno y el almuerzo, y las comparten con las viudas y los pobres del pueblo. Están muy contentos y complacidos con la decoración de la iglesia y el pesebre. La Navidad es una fiesta comunitaria más que una fiesta familiar.

Konankuppam es una pequeña parroquia de aldea en el distrito Cuddalore, en Tamil Nadu. Hay alrededor de 100 familias católicas y 90 familias son dalit. La iglesia de la parroquia fue construida por un misionero italiano, el padre Giuseppe Beschi en 1720. Es un santuario que muchas personas provenientes de diferentes partes del estado y de estados vecinos visitan sobre todo durante la fiesta anual. La mayoría de los cristianos dalit son trabajadores agrícolas sin tierra. Muchos son trabajadores migrantes en las ciudades.

D'Souza Arockiasamy, un joven de 25 años (en la foto con su madre y su hermana) trabajaba como jornalero migrante en una pastelería de Chennai por un pequeño salario. Su padre falleció, su madre, Louise Sagaya Mary, tiene una enfermedad terminal, y su hermana soltera, Jaya Arockiasamy, depende de él. Tuvo que regresar a la aldea durante la pandemia y se encuentra sin trabajo desde hace 8 meses.

Está preocupado por el vestido nuevo que deberían tener, como todos los años, su madre y su hermana. Ha pensado pedir un préstamo para comprarlos. Aunque se encuentra en dificultades, planea compartir su almuerzo especial de pollo con las familias dalit del pueblo.

D'Souza también participa en el Movimiento Juvenil Católico de Tamil Nadu, del que su hermana Jaya es secretaria. Todos los jóvenes están activamente involucrados en la preparación del pesebre, en la liturgia navideña y en la decoración de la iglesia. Entonces se sienten felices de celebrar la Navidad a pesar de la pandemia.

El confinamiento por el Covid-19 es una pesadilla para los pobres, especialmente para los ancianos que dependen del Santuario y sus peregrinos. Aunque la Iglesia siempre acoge a las personas, debemos inspirar a los fieles para que ayuden a los necesitados.

El 19 de abril el P. Devasagaya Raj pidió ayuda en Facebook para organizar un comedor gratuito en el Santuario y poder alimentar a los pobres y ancianos. El Santuario ha distribuido alimentos a todas las personas ancianas y necesitadas independientemente de su casta y credo. Ellos estaban muy agradecidos por la comida que les proporcionaban los sacerdotes del Santuario, ya que durante el confinamiento no tenían ninguna fuente de ingresos. El P. Raj también ofreció empleo en el Santuario y entregó dinero sobre todo a las familias que perdieron su trabajo debido al confinamiento, además de proporcionarles provisiones y alimentos.

(con la colaboración de Nirmala Carvalho)