La inseguridad alimentaria alcanza a 16 millones de habitantes. Es el peor dato registrado en Asia, después de Yemen y Afganistán, dos zonas de guerra. La economía, devastada por las sanciones internacionales, la pandemia y las catástrofes naturales. Kim Jong-un apuesta a la autosuficiencia para superar la crisis.
Seúl (AsiaNews/Agencias) - El 63% de la población norcoreana podría sufrir hambrunas. La cifra fue revelada ayer por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos y es el peor dato registrado en Asia después de Yemen (92%) y Afganistán (67,3%), dos zonas de guerra. Antes de la crisis del coronavirus, el porcentaje de norcoreanos en situación de hambre era del 59,2%. Según cálculos del gobierno estadounidense, más de 16 millones de norcoreanos pasaron situaciones de inseguridad alimentaria en el 2020, consumiendo menos de 2.100 kilocalorías por día.
Corea del Norte está aislada de la comunidad internacional (excepto por China y, en cierta medida, Rusia), y desde hace años debe lidiar con las restricciones impuestas a causa de su programa atómico y de misiles. A pesar de las tres cumbres y de las aparentes buenas relaciones con el ex presidente estadounidense Donald Trump, las negociaciones con Washington sobre la cuestión nuclear están estancadas desde hace tiempo. El país se encuentra en una situación desesperada: la emergencia de la pandemia y una serie de tifones veraniegos han debilitado una economía ya devastada por las sanciones.
Durante el reciente congreso del Partido de los Trabajadores, en el poder desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, el líder norcoreano Kim Jong-un admitió que el último plan económico quinquenal fue un fracaso. Según destaca el sitio web 38 North, el régimen ha calculado que este año, los ingresos del Estado crecerán un 0,9%, la tasa más baja desde la gran hambruna de mediados de la década del noventa del siglo pasado.
Para sacar a la nación de la crisis, el hombre fuerte de Pyongyang apuesta a la autosuficiencia. Quiere limitar los efectos de la crisis sanitaria y de las sanciones internacionales patrocinadas por los Estados Unidos. El objetivo del nuevo plan quinquenal es innovar en sectores como la construcción, el transporte y las comunicaciones, prestando especial atención a la telefonía móvil. Kim también apuesta al desarrollo de una industria nacional en el campo de la energía nuclear.