Biden: no habrá armas para los saudíes. La guerra en Yemen 'debe terminar'

El nuevo presidente estadounidense declaró que la guerra en el Estado árabe "debe terminar" y suspendió el apoyo a Riad. Sin embargo, se mantiene la ayuda para defender la soberanía y la integridad territorial de los ataques externos. Bin Salman registra el cambio de rumbo de los EE.UU y relanza una "solución política global". El líder de Al Qaeda en la Península Árabe fue arrestado en Yemen.

 


Riad (AsiaNews/Agencias) - El nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, está reordenando las alianzas y estrategias en el Oriente Medio. Con respecto a la guerra en Yemen, declaró sin ambages que "debe terminar". Al mismo tiempo, anunció que Washington dejará de apoyar a la coalición árabe liderada por Arabia Saudita, que lucha contra los rebeldes hutíes (cercanos a Irán) y es responsable de las víctimas civiles (incluso niños). Por otro lado, impuso fuertes restricciones a la venta de armas. "Como garantía de nuestro compromiso", dijo el inquilino de la Casa Blanca, "estamos poniendo fin a todo apoyo de los Estados Unidos a las operaciones militares en el contexto de la guerra en Yemen, incluida la cuestión fundamental de la venta de armas".

Biden nombró en estas horas a un experto de larga trayectoria, Timothy Lenderking, como enviado especial en Yemen, en un esfuerzo por afianzar la diplomacia en la región y "acabar" con una guerra "que ha creado una catástrofe humanitaria y estratégica". Una decisión que va en contra de las políticas de su predecesor republicano Donald Trump, que en aras de contener a Irán había tolerado las masacres y la violencia contra la población civil del país árabe. 

Al mismo tiempo, el presidente demócrata recordó que Arabia Saudita estaba expuesta a "ataques con misiles, ataques con drones, incursiones y muchas otras amenazas" de las milicias apoyadas por Irán en varios frentes. Por lo tanto, concluyó, "continuaremos sosteniendo a Riad "y ayudaremos a defender su soberanía, su integridad territorial y a su pueblo".

La guerra en Yemen estalló en 2014 como un conflicto interno entre los funcionarios del Gobierno pro-saudí y los rebeldes chiíes hutíes. En marzo del año siguiente se intensificó tras la intervención de la coalición árabe liderada por Riad. El conflicto dejó más de 10.000 muertos y 55.000 heridos. Los organismos independientes establecen que el número de víctimas (entre enero de 2016 y finales de julio de 2018) rondaría los 57.000 muertos.

Para la ONU, la guerra ha desencadenado la "peor crisis humanitaria del mundo", sobre la que el Covid-19 podría tener efectos "devastadores". Millones de personas están al borde de la inanición, y los niños podrían sufrir las consecuencias durante los próximos 20 años. 

Al comentar las palabras del presidente estadounidense, el líder saudí, hombre fuerte del país y principal patrocinador del conflicto, Mohammed bin Salman (MBS) reanudó la vía para llegar a "una solución política global" en Yemen. Esta mañana, en una nota difundida por las agencias de noticias, el príncipe heredero dijo estar "contento de que Estados Unidos destaque la importancia de los esfuerzos diplomáticos." Riad, prosigue el texto, celebra el "compromiso" de Biden de "cooperar con el reino para defender su soberanía" y repeler las "amenazas". 

Finalmente, en las últimas horas se supo que en el mes de octubre fue capturado el líder de Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA) Khalid Batarfi, más conocido por su nombre de guerra Abou Miqdad el-Kindi. El hombre fue detenido en Yemen en el marco de una operación en Gheida - una localidad de la provincia de Mahra - durante la cual murió el subcomandante Saad Atef el-Aoulaqi. Por el momento, no hay más detalles sobre los responsables de la operación ni sobre el paradero del líder yihadista. Cabe recordar que el AQPA es una de las agrupaciones más peligrosas, que ha reivindicado numerosos atentados en Europa. Entre ellos el del semanario satírico francés Charlie Hebdo, en enero de 2015.