‘Ankara deporta a los disidentes uigures a China’

Erdogan los habría vendido para conseguir millones de dosis de la vacuna china contra el Covid-19. Protestas frente a la embajada china. Problemas con la ratificación del tratado de extradición con Beijing. La oposición turca ataca al "sultán".

 


Ankara (AsiaNews) –  "Tenemos noticias de que los uigures están siendo deportados desde Turquía hacia China, a través de terceros países". En diálogo con AsiaNews, son las declaraciones de Abdürreşit Celil Karluk, un sociólogo uigur de la Universidad Haci Bayram Veli de Ankara. Desde hace días, el intelectual disidente y decenas de miembros de su comunidad protestan frente a la embajada china contra "el genocidio que el gobierno chino lleva adelante contra los musulmanes de Xinjiang".

"Estamos frente a la embajada para averiguar dónde están nuestros familiares, ya que hace años que no tenemos noticias de ellos", dice Karluk, "pero tenemos problemas con la policía". Las fuerzas de seguridad levantaron barricadas en la entrada del edificio, ordenando a los manifestantes que detengan su protesta. Algunos manifestantes son supervivientes de los campos de concentración de Xinjiang y denuncian la violencia que sufrieron a manos de las autoridades chinas.

Los uigures que viven en Turquía temen que el gobierno de Erdogan planee deportarlos a China a cambio de un suministro masivo de la vacuna china contra el coronavirus. En los últimos días, Associated Press citó declaraciones de figuras de la oposición turca que señalaron que Beijing sólo ha entregado a Ankara un tercio de las 30 millones de dosis prometidas. Los turcos aún no han ratificado el acuerdo de extradición firmado hace años con China (las autoridades chinas sí lo hicieron, en diciembre).

Varios abogados turcos revelaron que en los últimos meses la policía detuvo y trasladó a unos cincuenta uigures acusados de terrorismo a "centros de deportación". Cabe señalar que es el mismo justificativo -junto con la lucha contra el separatismo- que Beijing utiliza para desplegar la represión contra los uigures en Xinjiang. En Turquía viven unos 50.000 uigures; solo un puñado de ellos se ha unido al ISIS en Siria. 

China ha sido acusada de organizar un sistema de campos de concentración para mantener a la población uigur y kazaja bajo control. Según datos de expertos confirmados por las Naciones Unidas, más de un millón de uigures y otras minorías de habla turca y fe islámica están detenidos arbitrariamente en Xinjiang, el "Turquestán Oriental", como la llama la población local.

Recientes revelaciones de la prensa han sacado a la luz la existencia de campos de trabajo forzado en la región autónoma china. Cientos de miles de musulmanes estarían desempeñando trabajos contra su voluntad, especialmente en la cosecha del algodón. Según el investigador alemán Adrian Zenz, el gobierno chino también está llevando a cabo una campaña de esterilizaciones forzadas para controlar el crecimiento de la población de origen uigur.

Los chinos niegan todas las acusaciones y afirman que los campos de Xinjiang son centros de formación profesional y proyectos orientados al alivio de la pobreza. Las autoridades turcas y de Beijing desmienten que el acuerdo de extradición vaya a utilizarse para deportar a los disidentes uigures a China.

“Dada la actual situación política", dijo Karluk, "no será fácil para el gobierno conseguir que el parlamento ratifique el acuerdo de extradición con China. La base religiosa y nacionalista de Recep Tayyip Erdogan es sensible a la causa de los uigures, un factor que la oposición está explotando para debilitar al presidente”.

Hace una década, Erdogan acusó a Beijing de llevar a cabo un genocidio contra los uigures; tras el fallido golpe de Estado de 2016 y el enfriamiento de las relaciones con Estados Unidos y Europa, las cosas han cambiado. Buscando el respaldo político y económico de Beijing, Erdogan ha abandonado su enfoque crítico con el gigante chino.