Cinco años después de La Habana. Moscú y el Vaticano ante el ateísmo de la pandemia
de Vladimir Rozanskij

Un encuentro en línea sobre "Iglesia y pandemia" para recordar el histórico encuentro entre el Papa Francisco y el Patriarca Kirill. Los sufrimientos vividos por las personas y la muerte de tanta gente "plantean la cuestión de la existencia de Dios de una manera más dramática que cualquier teoría filosófica de la Ilustración". Hilarion: Abrirse “a las nuevas posibilidades misioneras". La revista Civiltà Cattolica en ruso

 


Moscú (AsiaNews) - Ayer, 12 de febrero, se cumplieron cinco años del histórico encuentro entre el Papa Francisco y el patriarca de Moscú Kirill (Gundjaev), en el aeropuerto de La Habana, en Cuba. Para conmemorarlo, se reunieron en una conferencia en línea los representantes de las dos Iglesias, para dialogar sobre el tema "Iglesia y pandemia". En los últimos años, el encuentro se conmemoró con conferencias similares en Roma y Moscú, y en otras localidades.

En esta oportunidad, el Patriarca Kirill señaló que debido a la pandemia han revivido en la sociedad los estereotipos de la propaganda atea, bien conocidos en la ex Unión Soviética. Mucha gente se ha visto "empujada a dudar de la existencia de Dios con la tragedia de Covid-19". El cardenal Kurt Koch, prefecto del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos, confirmó diciendo que "el trágico sufrimiento y la muerte de tantas personas plantean la cuestión de la existencia de Dios de manera más dramática que cualquier teoría filosófica iluminista".

Koch comparó la catástrofe de la pandemia con el terremoto de Lisboa de 1755, cuando murieron 100.000 personas, e "hizo dudar de la bondad y omnipotencia de Dios". Él invitó a ver el momento de la pandemia como "el éxodo de cuarenta años del pueblo judío en el desierto, cuando Israel expresaba su descontento con Dios y quería volver al paganismo anterior".

El metropolita Hilarion (Alfeev), jefe del Departamento de Relaciones Eclesiásticas Exteriores del Patriarcado de Moscú, observó a su vez que "esta tragedia global ha puesto de manifiesto una serie de agudas desigualdades internacionales y sociales, para superar las cuales es más necesario que nunca  el testimonio común y también las acciones en conjunto de los cristianos ... Hoy estamos llamados a tomar conciencia de los desafíos que tenemos ante nosotros, y a ser capaces de mostrar los caminos para superar estas dificultades, compartidas por las principales Iglesias cristianas”.

Durante el último año, el uso masivo de las nuevas tecnologías también ha obligado a la "participación virtual en las celebraciones litúrgicas". Para Hilarion, todo esto no debe limitar la acción pastoral de la Iglesia, sino "abrirla a nuevas posibilidades misioneras", permitiendo que enormes masas de personas participen en iniciativas a las que físicamente no podrían asistir, ni siquiera en tiempos de seguridad sanitaria. En este contexto, "adquiere un particular significado la predicación en un sentido mucho más amplio, utilizando los espacios mediáticos para la proclamación de la palabra de Dios", haciendo más consciente la participación en la vida de la Iglesia en todas sus dimensiones.

En Rusia, también se acogió con satisfacción otra iniciativa vinculada al quinto aniversario de La Habana: el lanzamiento de la edición rusa de Civiltà Cattolica. Su director, el padre Antonio Spadaro SJ, concedió una larga entrevista a la corresponsal de la agencia Tass,  Vera Sherbakova, explicando que la fecha fue escogida a propósito, por "el increíble significado ecuménico" del encuentro entre el Papa y el patriarca. El proyecto de la revista en ruso constituye "la continuación del camino que comenzó en aquel momento". El padre Spadaro afirmó que en ese encuentro "más valiosa que las razones teológicas, es la tensión para responder a los desafíos de la historia". La tradicional publicación ahora podrá "participar en el enorme espacio cultural" de Rusia, no solo para "compartir nuestras ideas, sino también para escuchar las de los demás".

Spadaro explicó que La Civiltà Cattolica, fundada en 1850 por voluntad de Pío IX y confiada a los jesuitas, en 2017 pasó a ser una publicación internacional, con 15 corresponsales que escriben desde todos los continentes. Desde el mes de abril del año pasado también se publica en chino y desde noviembre en japonés, al cumplirse un año de la visita del Papa Francisco a Japón.