La Iglesia argentina pide un juicio justo para un misionero surcoreano
de Silvina Premat

Hwang Doo-Jin fue sentenciado por un tribunal argentino a 12 años de cárcel por intento de homicidio de su pareja. Obispos locales: Evitar prejuicios y abusos. La defensa ha apelado. Se teme que haya discriminación porque pertenece a una pequeña comunidad de migrantes.

 


Buenos Aires (Asia News) - En una iniciativa poco común, la Iglesia pidió que la justicia argentina otorgue a un ciudadano coreano el mismo trato que merece todo imputado. DooJinHwang fue condenado a doce años de cárcel por intento de femicidio, en un fallo que la defensa apeló esta semana ante el Superior Tribunal de Justicia de la Provincia de Chubut.

“Pedimos que su paso por la justicia esté libre de ´peros´, que los cargos que se le imputan correspondan exactamente a sus actos y que sea eliminado cualquier sesgo discriminatorio siempre latente al considerarle parte de una minoría invisible y víctima fácil de discriminación, prejuicios y atropellos”, dice un comunicado de la Comisión Pastoral de Migrantes e Itinerantes de la Conferencia Episcopal Argentina, al que adhieren los obispos de la diócesis de Comodoro Rivadavia.

Hwang, de 66 años, vive en Puerto Madryn - en el sur del país - desde hace poco menos de una década. Fue detenido hace tres años tras un confuso episodio ocurrido en la vivienda que compartía con una mujer argentina, con la que había convivido un año y medio. La mujer acusó a Hwang de intentar asesinarla, aunque él siempre rechazó la intención criminal.

Según el defensor público del acusado, las pruebas y argumentos de Hwang no fueron tenidos en cuenta por los jueces y por eso apeló el fallo de la justicia en dos oportunidades. Hwang llegó a la Argentina como misionero de una iglesia evangélica surcoreana. En su país de origen dejó un hijo y tres nietos. Antes de ser arrestado trabajaba como acupunturista y las personas que lo conocen lo describen como un hombre pacífico, sereno, de muy buen trato con todos, aunque no hablaba el español con fluidez.

Como explicó a Asia News la hermana Cecilia Lee, religiosa franciscana que participó en el juicio como intérprete, la dificultad para comunicarse y las diferencias culturales fueron serios obstáculos en la relación de pareja con la mujer que lo ha denunciado.

La hermana Ceciclia, coreana residente en la Argentina desde 1976 ,fue quien interesó a los obispos argentinos en el caso de Hwang.“Todo lo que pedimos - dijo la religiosa -  es que se haga justicia según lo que realmente sucedió. Si tiene la culpa por alguna lesión, que reciba el castigo que corresponde, pero no debe pagar por algo que no hizo”. La hermana Lee también recordó que “hay mucha presión” porque es un caso que se considera de violencia de género, un tema “que está muy exacerbado y con el que muchos no se quieren comprometer”.

El comunicado de la Comisión Pastoral, firmado por monseñor Juan Carlos Romanín, obispo emérito de Río Gallegos, remite a conceptos de la encíclica FratelliTutti. Los obispos argentinos hacen notar que la “invisibilidad del caso de Doon Jin Hwang” confirma lo que dice el Papa sobre los migrantes: “Nunca se dirá que no son humanos, pero, en la práctica, con las decisiones y el modo de tratarlos, se expresa que se los considera menos valiosos, menos importantes, menos humanos.” (FT 39). Y agregan que “a pesar del marco jurídico existente, él (Hwang) como muchos migrantes en todo el mundo, probablemente está sufriendo algún tipo de discriminación, si no de abuso”.