Doha, más de 6.500 trabajadores migrantes muertos por el Mundial de Fútbol del 2022

Los datos provienen de la India, Bangladés, Nepal y Sri Lanka: informan sobre la desaparición de 5927 personas. La embajada de Pakistán habla de 824 compatriotas muertos. La cifra podría ser mucho mayor, ya que faltan los datos de Kenia y Filipinas. Se acusa a Doha de no proteger a los trabajadores inmigrantes.


Doha (AsiaNews/Agencias) - Más de 6500 trabajadores migrantes de India, Pakistán, Nepal, Bangladés y Sri Lanka han muerto en Qatar desde que el país fue seleccionado como sede del Mundial de Fútbol 2022, en diciembre de 2010. Esto es lo que se desprende de una investigación de The Guardian, que arroja una nueva sombra sobre el evento -y el país anfitrión-, objeto de polémicas en el pasado a raíz de los accidentes laborales, las condiciones de esclavitud y los salarios impagos.

Los datos provenientes de la India, Bangladés, Nepal y Sri Lanka informan de la desaparición de 5927 trabajadores migrantes entre 2011 y 2020. La embajada de Pakistán en Qatar habla de otros 824 compatriotas muertos entre 2010 y 2020. Las estadísticas podrían ser mucho más elevadas, ya que las víctimas verificadas no incluyen a las naciones que cuentan con una enorme fuerza de trabajo en el país del Golfo, como Filipinas y Kenia. Tampoco se cuentan las muertes de los últimos meses del año pasado. 

Aunque los datos no indican el empleo ni el lugar de trabajo de las víctimas, es muy probable que la gran mayoría esté relacionadas con las obras e infraestructuras en construcción para hospedar la Copa Mundial prevista para el año que viene, según ha declarado Nick McGeehan, director de FairSquare Projects, una ONG especializada en los derechos de los trabajadores del Golfo. "Una porción muy significativa de los trabajadores migrantes que murieron a partir del 2011 estaban en Qatar”, dice, “y sólo porque a la nación se le concedió la oportunidad de organizar la Copa del Mundo”. 

La investigación también muestra la incapacidad o "falta de voluntad" de Doha para proteger a la mano de obra inmigrante, más de 2 millones de personas en el pequeño país del Golfo. También hay poca o ninguna voluntad de investigar las verdaderas causas de la elevada tasa de mortalidad y los motivos de las muertes entre los trabajadores, que en su gran mayoría son personas jóvenes y sanas. Además, detrás de las estadísticas están las vidas de miles de familias devastadas por la pérdida de un ser querido, que pierden la posibilidad de ganar un sustento, y no reciben ninguna indemnización. 

Entre tantas historias está la del joven Ghal Singh Rai, de Nepal, que pagó casi 1.500 dólares para ser contratado por una empresa de limpieza que opera en el Education City World Cup Stadium. Apenas siete días después de su llegada, presuntamente se suicidó. Mohammad Shahid Miah, de Bangladesh, murió por una descarga eléctrica en su dormitorio después de que el agua entrara en contacto con cables eléctricos expuestos.

Según los datos obtenidos por The Guardian, el 69% de las muertes de trabajadores indios, nepalíes y bangladesíes se clasifican como "naturales". Si nos atenemos solamente a las muertes entre los indios, el porcentaje es del 80%. Estas clasificaciones, advierten los expertos, suelen hacerse sin una autopsia previa y, en la mayoría de los casos, no ofrecen una explicación médica legítima y segura sobre la causa real de las muertes.

El gobierno qatarí respondió que la cifra de muertes -dato que no discute- es proporcional al tamaño de la mano de obra migrante y que las cifras incluyen a los trabajadores de cuello blanco que han muerto por causas naturales después de vivir en Qatar durante muchos años. "La tasa de mortalidad entre estas comunidades", señala un vocero del gobierno en Doha, "está dentro de lo esperado para el tamaño y la demografía de la población". Sin embargo, cada vida que se pierde es una tragedia y no se escatiman esfuerzos para evitar estas muertes en nuestro país”.