Riad ingresa a la era ‘post-Wahabí’, impulsada por la economía (más que por los derechos)

El reino saudí se abre al yoga y facilita la difusión de publicaciones extranjeras. En los textos escolares se eliminan términos como cerdos y monos en alusión a los no-musulmanes. La nación de Bin Salman se reconstruyó a partir de "cimientos" basados en el dinero, salvaguardando el Islam. Un asesor del gobierno sostiene que una de las “tareas pendientes” es abrir una iglesia.


Riad (AsiaNews) -  Promoción del yoga; canales preferenciales para la aprobación de publicaciones importadas del extranjero; revisión de los libros de texto escolares para eliminar términos despectivos en alusión a los no-musulmanes. A buen ritmo, pero con sus luces y sombras, avanza la revolución silenciosa en el reino wahabí, impulsada por el príncipe heredero Mohammad bin Salman (MBS), para liberar a la religión de una visión radical -pero cuyo objetivo real es abrir el país a la economía internacional. Por un lado, Riad impone a las mezquitas y a los almuédanos que bajen el volumen de sus altavoces. Por otro, arma la mano del verdugo, ejecutando a personas que eran menores de edad  al momento de cometer el delito.

El pasado 21 de junio, coincidiendo con el Día Internacional del Yoga, se firmó un Memorando de Entendimiento entre Arabia Saudita y la India, con miras a promover el yoga en el reino. El acuerdo prevé la colaboración entre el Ministerio de Deportes saudí y el Morarji Desai National Institute of Yoga, afiliado al Departamento indio de Ayush (dedicado a la medicina y las prácticas tradicionales, desde el ayurveda al yoga, pasando por la naturopatía y el Siddha). Uno de sus objetivos es concientizar sobre los beneficios físicos y mentales ligados a la práctica de esta disciplina nacida en la India.

En tanto, el jefe de la Comisión General de Medios Audiovisuales (GCAM) se ocupó de agilizar el procedimiento para la aprobación de las publicaciones extranjeras: ahora tramitarlo llevará 30 días menos. Según los responsables, la medida también apunta a combatir el fraude y la piratería. Además, dará el visto bueno para la comercialización de al menos 300.000 nuevos títulos en el plazo de un año e impulsará los puntos de venta que hasta ahora sufrían la competencia desleal de otras casas editoriales árabes.

Por último, la progresiva erosión del poder de los líderes islámicos -y de la tan temida policía religiosa, que no escatimaba en la violencia para hacer cumplir los preceptos de la fe- se pone de manifiesto en la decisión de revisar los libros de texto escolares, la base sobre la que se construye el respeto y la convivencia desde una edad temprana. Los activistas y movimientos que defienden los derechos de las minorías consideran muy importante la decisión de prohibir términos despectivos -como ‘monos’ y ‘cerdos’- para referirse a los fieles de otras religiones.

Para liberar al país de su dependencia del petróleo, una de las bases del programa "Visión 2030", bin Salman procura intervenir -aunque con mucho cuidado- en el sistema radical de la fe musulmana. Las reformas introducidas en los últimos años han impactado en el ámbito social y los derechos. Se ha permitido que las mujeres conduzcan vehículos y tengan acceso (controlado) a los estadios, además de participar en el ámbito religioso. Sin embargo, el arresto de funcionarios de alto rango y empresarios, la represión de activistas y voces críticas y el caso Khashoggi han ensombrecido las perspectivas de cambio real.

Aziz Alghashian, un experto en Islam de la Universidad de Essex, señala que "la nación se está reconstruyendo desde los cimientos" y se orienta cada vez más hacia "la economía" y el beneficio, en lugar de la esfera religiosa, "en un intento de parecer más atractiva para los inversores". O "menos intimidante", aunque sigue estando lejos del modelo de Dubai. A pesar de ello, el cambio es real, basta pensar que hoy algunas tiendas y centros comerciales permanecen abiertos durante los cinco momentos de la oración islámica. Un hecho impensable en el pasado, cuando las brigadas que velaban por las “buenas costumbres” imponían los cierres a golpes de vara.  

En el ámbito de la libertad religiosa, parece surgir un tenue rayo de esperanza. Aunque la práctica de cualquier credo distinto del Islam sigue estando prohibida, en declaraciones a Insider, el asesor de gobierno Ali Shihabi dijo que una de las asignaturas pendientes “en la lista de la dirigencia saudí” es  permitir la construcción de al menos una iglesia.  E incluso podría haber cambios con respecto a las bebidas alcohólicas. Aunque las autoridades descartan categóricamente dar luz verde al consumo de alcohol, “a puerta cerrada” es probable que “esto suceda” con el visto bueno de las autoridades. “No es exagerado decir que Arabia Saudita ha ingresado a una era post-wahabí”, dijo Kristin Diwan, del Arab Gulf States Institute en Washington, en declaraciones a AFP. “La religión ya no tiene poder de veto sobre la economía, la vida social y la política exterior”.