El Patriarca Kirill consagra la Catedral de Nuestra Señora de Kazán
de Vladimir Rozanskij

A la solemne celebración asistieron 7.000 fieles, a pesar de las restricciones vigentes para prevenir el Covid. En 2004, el Papa Wojtyla había restituido el icono de la Madre de Dios a la Iglesia Ortodoxa Rusa. La capital de Tartaristán es un lugar de diálogo entre las religiones.


Moscú (AsiaNews) - El patriarca ortodoxo Kirill (Gundjaev) consagró ayer la catedral dedicada al icono de la Madre de Dios en Kazán, capital de la república de Tartaristán y patria de los tártaros rusos. El Presidente Vladimir Putin envió un mensaje de buenos deseos con ocasión de la celebración, que reunió a una multitud de más de 7.000 fieles. La gente marchó por las calles de Kazán a pesar de la preocupación por la tercera ola de la pandemia de Covid-19 que afecta a todo el país y no da señales de remitir.

El Patriarca hizo una excepción y abandonó su residencia en las afueras de Moscú, donde permanece aislado desde el comienzo de la emergencia de Covid. Viajó a Kazán con un programa destinado a evitar cualquier riesgo de contagio para él y los demás concelebrantes. La delegación de la Iglesia Ortodoxa se mantuvo alejada de la multitud de fieles. La gente permaneció afuera, frente a una pantalla gigante instalada en el exterior de la catedral. En el interior del templo sólo se admitió el ingreso de 300 personas, incluidas las autoridades.

Kirill había prometido consagrar la iglesia al Metropolitano de Kazán, Feofan (Ašurkov), fallecido en diciembre de 2020 a causa del coronavirus, gran amigo y colaborador desde su juventud. La promesa fue reiterada al presidente de Tartaristán, Rustam Minnikhanov, quien ha invertido tres mil millones de rublos (unos 40 millones de euros) en la restauración de la catedral. El sucesor de Feofan, el metropolitano Kirill (Nakonečnyj), y su predecesor, el metropolitano Anastasij (Metkin), concelebraron con el patriarca.

En su homilía, el Patriarca recordó que "hoy consagramos la catedral construida en el lugar donde se encontró el icono milagroso conocido en todo el mundo como Nuestra Señora de Kazán". Destacó que el edificio fue reconstruido con los medios y a instancias de todo el pueblo de esta ciudad y de toda Rusia. “En un lugar que parecía hostil a la fe ortodoxa", añadió Kirill, "se ha levantado este monumento al espíritu, el valor y la fe de nuestro pueblo".

La catedral fue reconstruida respetando el edificio original, que había sido dinamitado por orden de Stalin en 1932 de forma espectacular y demostrativa. La iglesia alberga el icono restituido a la Iglesia rusa por el Papa Juan Pablo II en 2004. Walter Kasper lo trajo de regreso a Rusia. El Papa Wojtyla lo había recibido como regalo en 1993, de mano de los católicos estadounidenses, a los que había llegado tras largas vicisitudes, y desde entonces rezaba todos los días delante de la imagen en su capilla personal. El deseo del santo papa polaco era devolver el icono personalmente, pero no pudo cumplirlo.

El icono es una de las copias más antiguas del original, que se perdió hace siglos. Las autoridades religiosas y civiles lo exhibieron en varias ocasiones para invocar la ayuda de la Madre de Dios en las circunstancias más dramáticas de la historia rusa. A mediados del siglo XVI, el zar Iván el Terrible lo hizo en la conquista de Kazán, el último kanato de los tártaros, que ocuparon Rusia durante más de dos siglos.

Tras ganar la batalla en 1579, Iván construyó la iglesia, hoy restaurada; su elevación solemne a catedral tuvo lugar en 1808, en un nuevo y magnífico edificio. Ahora la imagen ha sido reubicada en la esquina donde había permanecido hasta la época soviética, cubierta por la orilla de plata que la adornaba hasta 1904, cuando se perdió la variante actual del icono.

En 1917, los bolcheviques clausuraron la iglesia y el monasterio adyacente. A partir de entonces las autoridades soviéticas utilizaron el edificio como fábrica de tabaco y, más tarde, como escuela y para otros fines, antes de destruirlo para dar paso a un enorme cine (el Vostok-Kino). El renacimiento del edificio comenzó en 2004; el Patriarca Kirill puso la primera piedra de la reconstrucción en 2016.

Aunque Tartaristán es una república de mayoría musulmana, muestra una gran apertura al diálogo con otras religiones. Su histórico primer presidente, Mintimer Šaimiev, en el cargo de 1991 a 2010, hizo reconstruir por iniciativa propia la gran mezquita Qol-Şärif en el interior del Kremlin de la ciudad, que domina Kazán desde lo alto. Junto a ella, Šaimiev hizo restaurar la catedral ortodoxa de la Anunciación. En 2005, bajo los muros del Kremlin de Kazán, cedió un terreno a los católicos para que construyeran su iglesia. El cardenal Angelo Sodano consagró el templo en 2008 con el título de la Exaltación de la Santa Cruz.