En la misa de cierre del IX Encuentro Mundial de las Familias, celebrada en el parque Fénix, el Papa Francisco dio un mandato misionero a las familias: ser portadoras de la “alegría del Evangelio”. El ejemplo de San Columbano que “llevó la luz del Evangelio a las tierras europeas en una época de oscuridad y decadencia cultural”. De manera sorpresiva, la misa se inició con un largo momento penitencial, con el pedido de perdón por los abusos cometidos por miembros de la Iglesia, por la ineptitud de pastores que no vigilaron; por los hijos que fueron apartados de las madres solteras. El próximo Encuentro mundial de las familias será en Roma, en el 2021.
Mientras se encuentra en Irlanda participando del Encuentro Mundial de las familias, el Papa Francisco hoy hizo una visita al santuario de Knock y encomendó las familias del mundo a María, “para que sean baluartes de fe y de bondad”, resistiendo “a todo lo que pretende disminuir la dignidad del hombre y de la mujer creados a imagen de Dios y llamados al sublime destino de la vida eterna”. La oración por las víctimas de los abusos sexuales. Un recuerdo por los irlandeses del Norte y un saludo a los reclusos que le escribieron mensajes.