El Papa Francisco participó en la 75ª Asamblea General de la ONU con un mensaje en video, elogiando a las Naciones Unidas como "puente entre los pueblos". La pandemia es "una oportunidad para convertir, transformar, repensar nuestra forma de vida y nuestros sistemas económicos y sociales". En la raíz de todos los problemas está la "cultura del descarte", que determina la explotación, la marginación, la humillación de la dignidad humana así como el aborto y las violaciones de la libertad religiosa. Es hora de pasar del "nominalismo declaracionista" a la eficacia de la solidaridad.
Conclusiones del informe sobre "discursos de odio en la prensa" de la Fundación Hrant Dink. En los periódicos nacionales y locales, todos los días hay por lo menos 17 artículos "de odio" contra las minorías, despreciando su identidad religiosa y étnica.
Durante décadas, las dos comunidades ortodoxas han luchado por la posesión de iglesias y propiedades. Los jacobitas son discriminados porque siguen un rito "extranjero" (el antioqueno). La disputa por las propiedades de la Iglesia incluye 1700 edificios sagrados. Después de enfrentamientos, manifestaciones y huelgas de hambre, el gobierno de Kerala abrió ahora una mesa de negociaciones para resolver la situación. La Iglesia Católica abrió sus iglesias a los jacobitas.
En Metro Manila y en todo el país, los cementerios estarán cerrados del 29 de octubre al 4 de noviembre, para evitar la concentración de grandes multitudes. Mons. Broderick Pabillo, administrador apostólico de la arquidiócesis de Manila, hizo pública una carta pastoral en la que pide a los fieles que respeten las reglas establecidas por el gobierno. Se recomienda ofrecer una misa y rezar en familia por los difuntos, compartiendo los recuerdos de nuestros seres queridos. En la actualidad, hay 299.361 casos positivos de Covid en Filipinas, con 5.196 muertes.
En el 2020, el Partido Comunista chino se propuso “formar” y adoctrinar a 453.000 trabajadores “excedentarios” en el territorio del Tíbet. Se repite el esquema adoptado en los “campos de concentración” de Xinjiang. Beijing aduce que los agricultores y pastores nómades participan de forma voluntaria, para hallar un empleo. Sin embargo, para muchos observadores, el régimen los obliga, en un contexto de fuerte control social.