03/10/2019, 13.56
IRAK - VATICANO
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Card Sako, Mes misionero: una ocasión para reflexionar sobre la vocación

Para el purpurado, cada uno de nosotros “es discípulo de Cristo y también apóstol”. En un contexto en el cual rigen “desafíos”, es necesario dar testimonio “con gestos, con las obras”, haciéndose promotores de la caridad. Los musulmanes, conmovidos por este amor y por un Evangelio que no es un “dogma cerrado”. Se precisan misioneros extranjeros para cubrir las necesidades

Bagdad (AsiaNews) - A los cristianos iraquíes, les digo que aprovechen este tiempo para “profundizar la vocación, rezar, reflexionar sobre la llamada al sacerdocio, a la vida consagrada y también a ser laicos”. Porque la fuerza de la Iglesia “depende en gran parte de esto”. En diálogo con AsiaNews, es lo que afirma el patriarca caldeo, Card. Louis Raphael Sako, cuando comenta el inicio del Mes misionero extraordinario, en el cual el Papa invita a “salir de sí mismos, entregarse”. “Es necesario -exhorta el purpurado- pensar en esta vocación y alimentarla, empezando por hablar de ella en las familias: hablar del sacerdocio, de la vida en el monasterio.. porque sin curas, sin religiosas, sin misioneros, ¿cómo es posible seguir adelante?”.

Al cumplirse 100 años de la promulgación de la Carta Apostólica Maximum Illud de Benedicto XV, inmediatamente después del fin de la Primera Guerra Mundial y para dar un “nuevo impulso a la misión”, el Papa Francisco ha querido relanzar la tarea misionera de la Iglesia y de todos los cristianos. Para el pontífice argentino, este período también pretende ser “una sacudida que nos impulse a ser activos en el bien. No notarios de la fe y guardianes de la gracia, sino misioneros”.

El primero de octubre, “en comunión con el Papa, hemos inaugurado el mes con la presencia de 200 fieles”. Muchos, subraya el Card. Sako, “no han podido participar por el los cortes de calles, debido a las manifestaciones contra la corrupción y la desocupación, que han provocado al menos siete muertos y 400 heridos en los últimos dos días; en estas horas, el premier Adel Abdul Mahdi ha impuesto el toque de queda hasta nueva orden.  El mensaje que queremos difundir, es que “cada uno de nosotros es discípulo de Cristo y también apóstol, enviado para dar el anuncio de la Buena Nueva”, agrega el prelado.

En la realidad iraquí, tan particular, es importante destacar el elemento de la “alegría”, que está presente en el Evangelio, aplicar preceptos y valores “en la conducta, en los vínculos con los demás”, y también y sobre todo “con nuestros hermanos musulmanes, que esperan un testimonio distinto” en su caso. Hacer esto, reflexiona, “es algo que compete a nosotros, y no debemos ser tímidos al afirmar nuestra fe cristiana, incluso en las liturgias, que son signo de nuestro amor por Cristo. No solo palabras, sino un testimonio de verdad”. 

Los cristianos caldeos viven a diario en un contexto de “desafíos”, empezando por el del fundamentalismo islámico, que no escatima en el uso de la violencia. “Toda nuestra historia - resalta - es así, nuestros padres resistieron sin perder la fe ni la esperanza. También nosotros debemos hacerlo”. Otro reto a afrontar es la “secularización”, que se centra exclusivamente en la economía, en el dinero, y que “quiere vaciar la sociedad [dejando fuera] los valores cristianos”. Es por eso que nosotros tenemos “una misión” aquí, “que es dar testimonio con gestos, con las obras: lo que conmueve de los cristianos, incluso y sobre todo allí donde son una minoría, es su caridad, que son honestos, no solo de palabra, sino en la vida cotidiana, en la familia”. 

El primado caldeo subraya que los musulmanes se sienten conmovidos por este amor, por esta apertura, por el hecho de que “el Evangelio no es un dogma cerrado. La Iglesia cambia, está en camino y debe salir, tal como hizo la barca de Pedro; no debe ser rígida, sino saber leer los signos de los tiempos”. Y en este contexto, los laicos desempeñan un rol fundamental, ya que son “miembros activos”, y la Iglesia caldea ha querido subrayarlo “al recibirlos en el Sínodo, haciéndolos partícipes del trabajo y de las decisiones. “Cuando el Papa dice que los bautizados seamos misioneros -afirma el purpurado - no está hablando del clero, sino de todos los cristianos, pues la llamada a ser misionero va dirigida a cada uno de nosotros”. 

Por último, preguntamos al patriarca caldeo si Irak tiene necesidad de misioneros extranjeros: “Nosotros, aquí, ya somos misioneros - responde -, porque necesitamos de todos, inclusive de sacerdotes del exterior. Tenemos nueve religiosas indias malabares, dos curas que también vienen de la India y que trabajan en las parroquias, en Bagdad, pero es necesario el sostén de toda la Iglesia universal. Esta camino - concluye - es un intercambio que enriquece. También necesitamos institutos, escuelas, hospitales, centros juveniles… los recursos son limitados y muchos de ellos los hemos tenido que enviar al exterior, para las comunidades de la diáspora”.

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