13/07/2016, 13.00
SIRIA
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Caritas Siria: Más allá de la guerra, muchos pequeños gestos unen a cristianos y musulmanes

de Sandra Awad*

En una carta a AsiaNews la responsable de comunicación de Cáritas habla del mensaje de esperanza lanzado por el Papa Francisco para el país. A partir de pequeños gestos, como el compartir la preparación de una comida, una señal de paz para el futuro. La paz es posible, es sólo cuestión de tiempo. Mañana, 175 trabajadores de Caritas se reunirán para un encuentro de formación.

Damasco (AsiaNews) - Compartir la preparación de una comida, multiplicar los esfuerzos - así como el pan y los peces - con el fin de ser de ayuda para muchas personas, para entender que la paz es posible, que es sólo una cuestión de tiempo, cuando hay misericordia y ayuda mutua. Estos son algunos de los factores que llevan a mirar con esperanza el futuro del país, como lo relata en una carta enviada a AsiaNews Sandra Awad, responsable de comunicación de Caritas Siria, 38 años, casada y madre de dos hijos, que vive cada día el drama de guerra. A la vista de los "recursos limitados" y de la "terrible tragedia que nos rodea", añade, la misericordia es "lo más importante que estamos llamados a vivir y compartir" hoy en Siria.

Mientras tanto, los operadores de Caritas están ultimando la preparación de los detalles para el encuentro previsto para mañana en Tartus, en la costa; al menos 175 trabajadores y voluntarios de entidades humanitarias católicas se reunirán para un momento de encuentro y formación, que proseguirá durante toda la semana. Un renovado esfuerzo desde una perspectiva de paz, como
pide el papa Francisco en el video-mensaje distribuido durante la campaña por la paz en Siria promovida por Cáritas Internacional sobre el tema: "Siria, la paz es posible."

"Nosotros, los sirios - subraya Sandra Awad - necesitamos mensajes como estos, lanzados por una personalidad capaz de infundirnos fuerza y ​​esperanza, a pesar de todas las dificultades y privaciones en las que nos vemos obligados a vivir".

A continuación, el testimonio de la responsable de Cáritas. Traducción de AsiaNews:

He seguido siempre muy cuidadosamente las visitas y las iniciativas del Papa Francisco en apoyo a los más necesitados y escuchado con atención sus mensajes de amor y solidaridad en la televisión y en las redes sociales. De él siempre me han golpeado la modestia y la cercanía a la gente, el respeto y el amor que muestra y atrae sobre su persona. Sin embargo, cuando oí hace unos días su mensaje de apoyo a la campaña por la paz en Siria promovida por Cáritas, sus palabras han tenido un impacto mucho más fuerte en mí, porque esta vez estaba hablando de mi pueblo, se dirigía a mi país, a mi amada Siria.

Su mensaje me impactó profundamente, y lo he repetido varias veces dentro de mí. Veo a alguien en el mundo cuyo corazón está triste por la guerra en mi país, y quiere promover iniciativas concretas y animar a otros a trabajar por la paz. Y esta persona no es cualquiera, es el Santo Padre que es amado y escuchado en todo el mundo. Nosotros, los sirios, necesitamos mensajes como estos, lanzados por una personalidad capaz de infundirnos fuerza y esperanza, a pesar de todas las dificultades y privaciones en las que nos vemos obligados a vivir.

Y también como cristianos que han optado por permanecer en Siria a pesar de las amenazas que nos rodean lanzadas por grupos fanáticos y extremistas. Necesitamos estos estímulos para permanecer ligados a nuestro país y a nuestras raíces que se hunden en Oriente; y también como operadores de Caritas Siria, que vamos a trabajar todos los días bajo los proyectiles de mortero y las bombas, es muy importante conocer y escuchar que el Santo Padre se une a nosotros en nuestra campaña y dice con confianza: ¡en Siria la paz es posible!

Hace unos días yo estaba en misa cuando el sacerdote comenzó su sermón hablando del milagro de los panes y los peces de Jesús, capaz de alimentar a cientos de personas que padecen hambre. En realidad no pude oír las palabras del sacerdote, porque yo estaba inmersa en pensamientos de guerra, mi mente se absorbe en los cinco años de conflicto, que ha generado pobreza y hambre en la mayoría de la población. Me acordaba de una familia, que me contaba que no comía más que una vez al día, intentando salvar un poco de comida para el día siguiente en caso de que no hubiera nada con qué alimentarse.

También recuerdo la vez en que me he encontrado de nuevo con una familia, que antes de la guerra solía ser rica, preguntándoles: "Cuando habéis comido carne por última vez". El padre y la madre se miraron a los ojos y se echaron a reír, haciéndome entender lo ingenuo de mi pregunta. ¡El consumo de carne en mi país, hace tiempo que se ha convertido en un sueño!

Mientras escuchaba las palabras del sacerdote como fondo, me vinieron a la mente muchas historias tristes de estos años de guerra. Sin embargo, de repente tuve una idea que podía darme una nueva esperanza. El milagro de los panes y los peces se renueva, incluso hoy en día, en Siria... De hecho, las organizaciones humanitarias y las organizaciones benéficas internacionales han estado activas en el campo en ayuda de los pobres y desafortunados.

Muchas familias vinculan su propia supervivencia a este tipo de ayuda. Somos una de estas realidades, miembros activos en la zona, y estamos comprometidos en un esfuerzo por minimizar el impacto de la guerra sobre las familias sirias, apoyándolos de diversas maneras: distribución de alimentos y ropa, vales, atención médica, ayuda en el pago del alquiler, estando cerca de las personas de edad, brindando educación y apoyo psicológico a los niños.

Hemos puesto en marcha varias actividades al mismo tiempo, pero al mismo tiempo vemos las limitaciones que tienen nuestros recursos y la financiación disponible frente a esta terrible tragedia que nos rodea. Sobre todo, una cosa: la tasa de pobreza en Siria ha alcanzado aproximadamente al 84% de la población. A pesar de todo, tratamos de hacer lo mejor posible, con los cinco panes y los dos peces – como los del pasaje del Evangelio – disponibles, para ayudar al mayor número de personas posible.

Siria es una nación enferma y necesita del apoyo de las organizaciones humanitarias y la comunidad internacional con el fin de sobrevivir; el milagro de los panes y los peces debe ser renovado para asegurar la alimentación de miles de niños suyos que están hambrientos. También necesita de la gracia de todo el mundo para escribir la palabra final a esta guerra y comenzar el trabajo de reconstrucción.

En su mensaje el Papa Francisco recordó el Año de la misericordia, que es lo más importante que estamos llamados a vivir y compartir entre nosotros en Siria. La guerra nos ha hecho pobres, y la pobreza nos ha enseñado la misericordia. Las personas se ayudan entre sí, se dan siempre y cada vez más, una mano en la necesidad. Por ejemplo, durante el Ramadán - el mes sagrado de ayuno y oración para el Islam - muchas realidades benéficas y voluntarios, musulmanes y cristianos, han cocinado en las calles y distribuido la comida a las personas más necesitadas. Los operadores de Caritas se han unido a una de estas campañas, que tuvo lugar cerca de la puerta principal de la mezquita de Omayyad en Damasco. Fue una campaña de distribución de alimentos promovida por el "Grupo de Voluntarios Saed"; con ellos hemos preparado (en la foto) más de 15.000 platos de comida, que se distribuyeron luego, al final del día, a las familias más pobres y necesitadas.

A pesar del inmenso esfuerzo, el estrés y las altas temperaturas durante el día, todos los rostros estaban sonriendo, y sus corazones se llenaron de alegría por el placer de trabajar y donar...

Este es el rostro más bello de nuestra amada Siria, su imagen más verdadera; Siria no es sólo guerra, es al mismo tiempo compartir una comida y la misericordia entre musulmanes y cristianos, es poner a disposición la ofrenda de la viuda a otra persona en necesidad, es la multiplicación de los panes y los peces a través de la fe, la esperanza y el amor.

Apreciamos el hermoso mensaje del Santo Padre, que es nuestra fuente de fortaleza, y el enorme esfuerzo realizado por Caritas Internationalis para preparar y poner en marcha esta campaña. Hay personas que han trabajado como si Siria fuese su propio país y lo más precioso en el mundo para ellos. Queremos agradecer a todos y decirles: con personas como tú, la paz no sólo es posible en Siria, sino que es una certeza, y es sólo cuestión de tiempo.

* Responsable de las Comunicaciones de Caritas Siria

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