27/06/2019, 10.44
HONG KONG - CHINA
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Contra la extradición: Justicia y Paz de Hong Kong pide solidaridad a los católicos del mundo y al G20

Una investigación independiente sobre la violencia de la policía contra los manifestantes; que se cese de definir como “revuelta” las manifestaciones realizadas en el territorio; que sea retirada la ley de extradición. Son los reclamos expresados en una carta abierta en la cual se pide a las otras Comisiones de Justicia y Paz del mundo que apoyen este pedido con la oración y ejerciendo presión sobre sus gobernantes. Todo ello, en nombre de la Doctrina Social de la Iglesia (“está en contraste con la razón, se le denomina ley inicua; en tal caso cesa de ser ley y se convierte más bien en un acto de violencia”- Cfr. Sección 398, Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia. Pontificio Consejo Justicia y Paz) 

 

Hong Kong (AsiaNews) –  En una carta abierta difundida anoche, la Comisión diocesana de Justicia y Paz pide a las Comisiones asiáticas del organismo que recen por ellos y que sostengan los reclamos de la población de Hong Kong: Una investigación independiente sobre la violencia de la policía contra los manifestantes; que se cese de definir como “revuelta” las manifestaciones realizadas en el territorio; que sea retirada la ley de extradición.

Un llamamiento que también se dirige a los países del G20, que mañana se reunirán en Osaka. A las Comisiones nacionales de Justicia y Paz, les solicitan ejercer presiones sobre sus gobiernos. La serie de reclamos es similar a la expresada en una declaración común del Card. John Tong Hon, administrador apostólico de la diócesis, y de Eric So Shing-it, presidente del Consejo cristiano (protestante) de Hong Kong.

A continuación, publicamos el texto de la Carta (traducción de AsiaNews). 

 

Carta abierta de la Comisión Justicia y Paz de la diócesis de Hong Kong, a las respectivas Comisiones Nacionales de Asia, a algunos países del G20, Australia y Nueva Zelandia, para exhortarlos a transmitir nuestras preocupaciones y reclamos a sus gobiernos, a acompañarnos y a orar por Hong Kong. 

Bajo la Fugitive Offenders and Mutual Legal Assistance Legislative (Amendment) Bill 2019 (“el proyecto de ley sobre la extradición”) propuesto por el gobierno de Hong Kong, los ciudadanos del Territorio y los extranjeros que permanezcan o transiten en él, podrían ser extraditados no solo a China, sino también a cualquier otra jurisdicción del mundo; incluso a los países que aún no han firmado o puesto en acto el Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos (ICCPR). 

Estos regímenes incluyen a China, Corea del Norte y Zimbabwe, con los cuales Hong Kong aún no ha firmado un acuerdo formal de extradición. Considerando la situación precaria y los dolorosos testimonios que provienen de estos países en lo que respecta al estado de derecho, la libertad religiosa, la libertad de prensa y los derechos humanos -que están sumamente lejanos de los estándares actuales de Hong Kong- seguimos siendo totalmente escépticos sobre el hecho de que con la aprobación del proyecto de ley,  puedan ser salvaguardados la seguridad personal y los derechos referidos a la propiedad de los ciudadanos de Hong Kong.  

Como resultados del proyecto de ley sobre extradición se prevé la ruptura del principio “Una nación, dos sistema”, la ya de por sí frágil pared que protege a Hong Kong de la China continental. Ello ha causado las mayores preocupaciones entre los hongkoneses. 

Sin una adecuada actividad de consulta pública, el gobierno de Hong Kong ha tratado de acelerar el iter legislativo de la impopular medida de extradición, con un total desprecio por las prácticas y convenciones parlamentarias consolidadas. 

El intento de reanudar de manera directa la segunda lectura del proyecto de ley en el Consejo Legislativo, sin pasar a través del justo proceso de control, ha vuelto evidente que el jefe del Ejecutivo y el secretario de Seguridad han despojado al público y a sus representantes electos del derecho a alterar la redacción de la medida, además de constituir una flagrante falta de respeto hacia la dignidad de la legislatura. Es por ello que expresamos nuestra profunda indignación. Mientras que la justicia debiera ser sostenida en el doloroso caso de homicidio en Taiwán, no es sabio hallar justicia con una solución injustificada que comportaría el sacrificio del bien mayor para el público en general. 

La opinión pública se ha expresado reiteradamente y a viva voz contra el proyecto de la ley de extradición, empezando por la protesta de 130.000 personas del 28 de abril de 2019, seguida por la participación récord de 1,03 millones de manifestantes a principios de junio, y de 2 millones a mediados de junio, además del sacrificio de un activista que cayó muerto mientras exhibía un cartel fuera de un edificio.  

A pesar del disenso generalizado, el 12 de junio de 2019, la policía respondió con mano férrea, reprimiendo a manifestantes pacíficos y desarmados, provocando una cantidad desmesurada de víctimas y las protestas de una población enfurecida. 

Exhortamos al gobierno de Hong Kong a:

1) Instituir una Comisión de investigación totalmente imparcial e independiente, sobre las circunstancias de los incidentes ocurridos el 12 de junio de 2019 y la conducta adoptada por las Fuerzas de la policía;  

2) Que haya una retractación oficial en la descripción oficial de la protesta del 12 de junio de 2019, definida como “una revuelta”; 

3) Por último, acoger los reclamos del público, retirando inmediatamente del Consejo legislativo el proyecto de la ley sobre extradición. 

Según el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia católica, “La autoridad debe emitir leyes justas, es decir, conformes a la dignidad de la persona humana y a los dictámenes de la recta razón. “En tanto la ley humana es tal en cuanto es conforme a la recta razón y por tanto deriva de la ley eterna. Cuando por el contrario una ley está en contraste con la razón, se le denomina ley inicua; en tal caso cesa de ser ley y se convierte más bien en un acto de violencia” (Sección 398, Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, Pontificio Consejo Justicia y Paz).

Mientras los líderes mundiales se reúnen en Japón para la cumbre del G20, imploramos a vuestra Comisión [de Justicia y Paz] que le transmita nuestras preocupaciones y reclamos a vuestros gobiernos, que nos acompañe y ruegue por Hong Kong.

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