Dusambé castiga la educación religiosa ‘clandestina’ de los niños

de Vladimir Rozanskij

Nueva normativa tras la prohibición de las escuelas religiosas privadas en 2016. El gobierno teme la difusión de ideas extremistas. Los jóvenes que viajaron al extranjero para cursar estudios religiosos fueron repatriados por la fuerza. Para muchos tayikos, la nueva medida represiva es una violación de la libertad religiosa.

Moscú (AsiaNews) - Tayikistán introdujo nuevas medidas punitivas contra la educación religiosa "clandestina" de los niños. El 6 de octubre, los diputados del Madzhilis Namoyandagon, la Cámara Baja del Parlamento, aprobaron algunas modificaciones al Código Penal, según las cuales se prevé la privación de la libertad por tres años en caso de educación religiosa ilegal -que incluye las lecciones impartidas por internet.

Las modificaciones son obra del gobierno; Nusratullo Mirzoyev, vicepresidente primero del Comité de Seguridad del Estado, presentó las enmiendas ante la Cámara Baja. Según su informe, "el 95% de los jóvenes que se incorporan a grupos y organizaciones de tendencia radical recibieron su primera formación en colegios religiosos privados". En 2019-2020, y en los primeros nueve meses de este año, las autoridades tayikas detectaron 1.833 casos de formación religiosa ilegal: se presentaron denuncias contra 43 imanes-jatib, 983 ministros de culto ilegales, 32 docentes y 17 estudiantes. Los estudiantes entregaban a los mulás entre 200 y 5.000 somonis (entre 20 y 500 euros) para el ejercicio del culto. Por llevar a sus hijos a colegios religiosos privados, 33 padres recibieron sanciones administrativas.

Según la nueva ley, en caso de infringir las normas relativas a la educación religiosa se aplican multas de entre 48.000 y 72.000 somonis. Si un ciudadano que ya ha sido multado incurre en la misma infracción en el plazo de un año desde la sanción, puede ser encarcelado hasta tres años. Mirzoyev explicó los peligros de los cursos online, que también son castigados con el arresto y hasta tres años de prisión.

En Tayikistán, la prohibición de la enseñanza religiosa privada rige desde 2016. El gobierno, procura así responder al peligro de la radicalización y el extremismo religioso. Las autoridades creen que los elementos extremistas que recurren a esta modalidad de educación pueden arruinar la mentalidad de los jóvenes tayikos, aunque sólo sea por asistir a las oraciones comunitarias en edificios privados, difíciles de controlar.

En 2011 ya se había aprobado una normativa según la cual la enseñanza religiosa en el extranjero solo se permite con previo acuerdo de las autoridades, y tras haber completado la formación en el país. En ese momento, el presidente Emomali Rakhmon advirtió que los tayikos que asisten a madrasas extranjeras "no se convierten en mulás, sino en terroristas". Según los datos del Comité de Asuntos Religiosos, desde 2010 el gobierno ha repatriado por la fuerza a más de 3.000 ciudadanos tayikos que recibieron formación religiosa por canales ilegales en Yemen, Siria, Egipto, Pakistán, Bangladés, Afganistán, Irak e Irán

Ayer se supo que hace pocas semanas, 10 niños tayikos fueron repatriados desde Bangladés, donde cursaban estudios en una escuela religiosa. Las autoridades colocaron a los jóvenes en un internado estatal, donde tendrán que pasar un periodo de "readaptación".

El padre de uno de los niños, Mahmadsharif Saidov, denunció en Radio Ozody que el Estado se apropió de su hijo S.M., de 13 años. El progenitor lo había sacado de la ciudad de Bahdat en 2015 tras el cierre del instituto local. Desde Almaty, en Kazajistán, padre e hijo viajaron a Dubai, y desde allí a Bangladés, porque "quería que mi hijo se convirtiera en un lector del Corán". Tras su regreso, el hijo vivió durante algún tiempo en casa de sus padres, para luego ser trasladado a un establecimiento del gobierno "para niños difíciles". Los padres no tienen permitido verlo, y mucho menos llevarlo a casa en los fines de semana

Las flamantes medidas de represión contra el extremismo religioso se fundamentan de manera explícita por la situación creada tras la toma del poder en Kabul, actualmente en manos de los talibanes. Sin embargo, muchos musulmanes tayikos creen que estas restricciones representan una violación de sus derechos a la libertad de conciencia y de educación.