31/08/2015, 00.00
CHINA
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El Partido exprime la economía y explota el Nacionalismo para salvarse a sí mismo. El pueblo es usado como "carne de cañón"

El Segundo Seminario Internacional de la Coalición por la Democracia China en el Exterior analiza el colapso de la economía china y el renacimiento del nacionalismo “al estilo nazi”: son métodos que el nuevo Mao y actual presidente Xi Jinping utiliza para exprimir a los ahorristas y canalizar la rabia social del pueblo. Sin democracia ni derechos humanos el país se arriesga a volver a desastres como la Guerra de Vietnam y la Revolución Cultural.

La Haya (AsiaNews) – Los días 16 y 17 de agosto, la Coalición por la Democracia China en el Exterior (Overseas Chinese Democracy Coalition) – coalición de disidentes de altísimo nivel forzados a vivir en el exterior que cuentan con el liderazgo de Wei Jingsheng –  llevó a cabo su Segundo Seminario Internacional. Provenientes de varios países del mundo, y de Europa y América en particular, un grupo de personas preocupadas por la democracia y el movimiento de Derechos Humanos en China se encontraron en La Haya e intercambiaron exhaustivamente información . Entre los tópicos discutidos, se alcanzó un consenso básico en dos importantes temas puntuales que se enuncian a continuación:

1. El colapso del Mercado Bursátil chino fue el resultado inevitable de la catástrofe que vive China en lo que se refiere a la Democracia y los Derechos Humanos. 

Desde su llegada al poder, Xi Jinping ha intentado nuevamente izar la sangriente bandera de Mao Zedong que condujo a la muerte de decenas de millones de personas chinas (1960-1962), y al sufrimiento de más de 100 millones de personas debido a la persecusión política (Campaña Anti-Derechos, La Revolución Cultural). Xi Jinping ha incrementado su persecusión a los defensores de los derechos humanos y a los disidentes políticos. Ha centralizado la economía, utilizándola como el fundamento para una tiranía política autrocrática. La política económica de la nueva administración de Xi se concentra en combatir y saquear las empresas privadas, y en apoyar y expandir las llamadas "empresas estatales" -que no son más que un grupo de empresas privadas que pertenecen a los grupos de interés de quienes detentan el poder-. En dichas empresas, quienes están en el poder, controlan los derechos de la plana tanto administrativa como de managers, y fundamentalmente los derechos del personal. De este modo, permiten que los miembros de estos grupos de interés y sus familiares arruinen las ganancias corporativas y devoren el bienestar de la gente de varias maneras.

Estas "empresas estatales" ,que están controladas por estos grupos de interés, explotan a sus trabajadores, y aún continúan recibiendo subsidios del Estado, que la gente en el poder se ocupa de usufructar. De esta manera, vemos el fenómeno de empresas estatales "con caracerísticas chinas": los propietarios y sus familiares, en estas empresas estatales, se vuelven millonarios y billonarios, mientras las empresas sufren pérdidas consistentes en cada año que pasa.

¿Cómo apoyar a este tipo de empresas? El sudor y la sangre de los trabajadores sigue corriendo, y mientras, el país no llega a tener el dinero suficiente para cubrir los ilimitados agujeros financieros que se producen. En vista de esta situación, las autoridades han cambiado de táctica: sacarle dinero a los accionistas, como una alternativa de transferir dichas empresas a sí mismos.

En los últimos años, la economía china comenzó un declive. En circunstancias normales, el mercado bursátil debiera haberse debilitado. Sin embargo, a causa de la manipulación del gobienro chino, todos los medios oficiales inflaron el mercado a fin de atraer a los inversionistas a través del engaño, y esto ha generado un mercado bursátil chino que se comporta con la terquedad de una mula, y continuamente se empeña en crecer arriesgando su deformidad. Finalmente, en julio de este año, el mercado ha colapsado en una avalancha tal que ya le hizo perder 30 puntos porcentuales.

En el mes de agosto perdió otro 23%. Luego el gobierno chino apuntó al "rescate", inyectando una importante suma proveniente de fondos estatales a modo de balsa de socorro.  En realidad, lo que hizo fue adquirir títulos cuando el mercado estaba en baja, para luego desembarazarse de ellos cuando el mercado creció. Esta tendencia tuvo un costo muy alto para muchos accionistas, que perdieron todo y se declararon en quiebra, mientras el gobierno chino derrochaba de diversas maneras miles y millardos de fondos de los inversionistas.

Siendo que el gobierno chino había gastado una enorme cantidad de dinero, llegando a utilizar incluso los fondos de Seguridad Social, era evidente que la moneda china iba a devaluarse a causa de este derrumbe del mercado bursátil. Y la primera reacción fue el aumento de los precios, un verdadero traspie de las pérdidas económicas para todo el pueblo chino.

En este país sin democracia ni derechos humanos, no existe transparencia en los actos del gobierno. Luego del colapso del mercado bursátil, el gobierno chino ordenó a los medios masivos de información que no asociaran el incidente del gobierno en el marco de las discusiones sobre el mercado de acciones. Este desastre del mercado bursátil fue totalmente provocado por el gobierno, manipulado por el gobierno, con el objetivo de aumentar sus ganancias; a tal punto que a los accionistas les fue prohibido preguntar: “¿Qué tipo de rol ha jugado el gobierno chino?” o bien “¿Cómo hacemos para salvaguardar los derechos legales de los accionistas?”.

Sin democracia ni derechos humanos, la gente común será "esclava y cómplice" de los grupos de interés a los cuales este gobierno representa. Sin democracia no hay modo de poder erradicar a estos grupos de interés que se vuelven megaricos esclavizando al pueblo. Sin derechos humanos, los derechos legales de todos los chinos no podrán ser salvaguardados.

Los participantes del seminario internacional, a la luz de esta situación, acuerdan que promover la democracia y los derechos humanos en China es una necesidad fundamental para obtener la custodia de los intereses de todo el pueblo chino, incluídos los accionistas, y para consentir un desarrollo estable y sano para la economía del país.

2. Las disputas territoriales y de nacionaildad son espadas de doble filo que el gobierno utiliza para redirigir los conflictos internos en China.

La pandilla autoritaria china está llevando a la economía fuera de sus carriles, con desastres de distinto tipo: económico, financiero,  ambiental,  etc. Como consecuencia,  el pueblo chino desea un cambio, y la rabia de la opinión pública se acrecienta cada vez más a nivel nacional. La violencia y la furia de quien presenta peticiones a Beijing se han intensificado a tal punto, que los conflictos sociales han alcanzado un nivel sin precedentes en la Historia china. El gobierno debe gastar cada vez más,  tanto para "mantener la estabilidad",  como en el presupuesto de Defensa nacional, pues ha comprendido que 1300 millones de chinos son más peligrosos que cualquier nación hostil.

Para mantener su poder,  el gobierno chino utiliza todos los medios a su alcance para incitar al sentimiento nacionalista: ya sea buscando desviar la rabia del pueblo chino contra otras nacionalidades -alimentando así las cuestión de las llamadas "minorías" dentro del territorio chino- o bien fomentando disputas territoriales y marítimas con otros países fuera de China

Si China fuera un país donde gobernasen las democracia y los derechos humanos,  entonces todas las regiones de China -vale decir, todas las regiones de Han,  la tibetana,  uighura de los grupos mongólicos y otros - tendrían elecciones directas para cada nivel de representación en la regiones,  provincias,  ciudades,  distritos y demás,  en un modelo de autogobierno del pueblo mismo. Vale decir,  en una China democrática,  todas las regiones debieran ser autónomas; y no sólo las cinco "regiones autónomas",  definidas como tales por el gobierno comunista.

En un ambiente de semejante autonomía cada región es igual a las demás, con paridad de intercambios económicos. No habría enormes conflictos de intereses entre las diversas etnias, como sí ocurre hoy en la Unión Europea. Sin embargo, en una China autoritaria, cada nivel de gobierno es autoritario como se lo vea. Las personas no están en grado de gobernarse en absoluto. Todos los habitantes de China sufren por la represión política y la explotación económica del régimen de Beijing. Esta situación se vuelve un caldo de cultivo de conflictos étnicos. 

El gobierno chino produce y utiliza tales conflictos étnicos para inculcar en los Han [la etnia mayoritaria ndt] un sentimiento nacionalista, y guía a los Han para que transfieran a las otras etnias la rabia que han acumulado contra el gobierno chino. De este modo, el gobierno agudiza las divisiones entre las diferentes nacionalidades. Mientras el gobierno chino produce separatismo étnico, acusa a las élites étnicas que buscan la democracia y los derechos humanos de "trabajar para el separatismo étnico". Bajo este régimen, los conflictos étnicos serán cada vez más profundos, e imposibles de resolver por generaciones.

Con respecto al territorio de ultramar, debemos tratar el conflicto en modo racional. Bajo la premisa general de la igualdad, la ventaja recíproca, la equidad y la democracia,  negociar las cuestiones relativas a los asentamientos garantizará la paz en las fronteras. Y esto,  porque es sólo en un ambiente tranquilo que China y sus intercambios económicos con el exterior pueden tener un desarrollo seguro. Pero el gobierno chino utiliza el mismo tipo de tácticas para engañar al pueblo,  creando enemigos en la mente del pueblo chino y, de esta manera, canalizando la furia hacia el exterior.

Sin democracia y sin derechos humanos en China y en sus países limítrofes,  es imposible pensar en resolver de manera pacífica los conflictos de fronteras entre las naciones: se puede llegar incluso a la guerra. Los ciudadanos chinos comunes se volverán carne de cañón en las manos de la pandilla dirigente,  y morirán inocentes. Demos un ejemplo. Entre 1950 y 1970 China proporcionó una gran ayuda a Vietnam,  llegando incluso a enviar soldados chinos  [a Vietnam ndt] para ser usados como carne de cañón a merced de la pandilla comunista y autoritaria de aquel país.

De repente, y no obstante todo esto, en 1979 el gobierno chino provocó una guerra chino-vietnamita y obligó a los soldados chinos a ser carne picada en la frontera entre China y Vietnam. Poco después, el gobierno chino y el gobierno comunista vietnamita se pusieron a festejar y brindar juntos para celebrar la amistad entre los dos Partidos comunistas, como si nada hubiera pasado.

Los participantes del Seminario Internacional, a la luz de todo esto, convenimos en comprender los sentimientos patrióticos del pueblo chino. Pero estamos absolutamente en contra del gobierno chino, que está buscando llevar a los chinos hacia el camino del Nacionalismo de corte nazi, con la intención de desviar la mirada de los conflictos existentes dentro de China. El objetivo del gobierno comunista es mantener su régimen y salvaguardar los intereses ilegales de sus grupos de interés.

Sólo a través de la promoción de la democracia y de los derechos humanos en China, será posible mitigar y resolver los conflictos étnicos y las disputas territoriales con los países vecinos, a fin de evitar la guerra y el derramamiento de sangre. Sólo con la democracia y los derechos humanos se podrá lograr una convivencia pacífica entre los grupos étnicos internos de China, así como con los países cercanos. Sólo con la democracia y los derechos humanos se podrá promover la paz y un desarrollo económico estable en China y en Asia.

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